Notas:
•Giyuu Tomioka x Obanai Iguro.
•Yaoi.
•AU.
•Menciones de sexo.
•Menciones de intentos de suicidio, autolesiones, depresión, interior de la mentalidad de un suicida.
•Tengan en cuenta que son dos personas mal de la cabeza así que van a haber conversaciones raras.
•A pedido de shizuyes, majo101809, suhi_no, soyi-sama.
Sinopsis:
Ya no eran más que dos nombres en una lista de pacientes en un lugar donde solo están quienes tocan fondo en sus vidas, más específicamente en el fallido intento de sus muertes.
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Giyuu realmente no recordaba la última vez que había estado fuera de ese edificio, no podía salir y los recuerdos previos a estar allí estaban borrosos.
Su recuerdo más nítido era probablemente el mismo que el de todos, siendo alimentado ya sea por el odio o la culpa, pues es lo que los metió ahí en primer lugar.
Aún recordaba con placer y claridad su espesa sangre saliendo de sus muñecas.
No sabía si pensaba tanto en ello por el alivio que sintió en el momento en que pensaba que moriría, si era por resentimiento ya que lo había dejado encerrado allí, si era por la culpa de haber hecho sufrir tanto a su hermana y a su maestro por intentar tal cosa o si era por la satisfacción de poder recordar algo sin confusiones y ni borrosidad de por medio.
En verdad, simplemente le gustaba.
Sea lo que sea, esa era su realidad actualmente. Vigilancia las 24 horas, comidas planeadas, verificación de no tener acceso a objetos punzantes, terapias, terapias en grupo, pasatiempos sosos, prohibido acceso a electrónicos e internet.
Los psiquiatras eran buenas personas pero sumamente molestos. El resto de pacientes, por otro lado, eran interesantes aunque sea.
No tenía permiso de hablar con todos los pacientes, claro, de hecho había tiempos en los que no tenía permitido hablar con nadie. No es el caso actual, por lo menos.
Había un chico en particular que, para bien o para mal, llamaba la atención de todos a su alrededor.
Alguien tan decidido y antipático como él, de hecho hasta peor.
Un chico con ojos de colores disparejos, cabello azabache y vendas sobre la boca.
Su persona no pasaba desapercibida de por sí pero cuando se quitó dichosas vendas, fue más difícil ignorarlo.
«El chico serpiente» le decían, por tales cicatrices en cada extremo de su boca que hacían que la misma luciera como la de una serpiente.
Muchos le miraban raro, se alejaban. No eran quienes para juzgar con las cicatrices que todos traían en sus cuerpos, mayormente autoinfligidas incluso.
Giyuu no hacía eso.
Era eso, él es interesante. A él le interesaba.
Por primera vez en un tiempo ambos tenían permitido estar en la sala común a la vez, bajo supervisión por supuesto.
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Kimetsu no Yaiba | One Shots
FanfictionUna historia nueva cada capítulo para las parejas de Kimetsu no Yaiba / Demon Slayer.