Kimetsu no Yaiba | One Shots

SabiGiyuu: Predestinado

Notas:

•Sabito Urokodaki x Giyuu Tomioka.

•Yaoi.

•AU.

•Omegaverse.

•Hice este OS para indagar en la cultura omegaverse.

Sinopsis:

Giyuu y Sabito llevan mucho tiempo juntos por lo que deciden por fin enlazarse y con esto su relación cambia un poco.

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Sabito llevaba un buen rato despierto mirando al techo, simplemente disfrutando del momento.

Estaba acostado en la cama de su novio cubierto por una sábana, sintiendo el calor de los brazos de su omega abrazándolo y él durmiendo sobre su pecho.

Se sentía cómodo, cálido, sereno, feliz.

Se entretuvo acariciando el suave cabello de Giyuu durante un rato y frotando su brazo.

Claro que esa paz fue arruinada en cierto punto cuando el ojilila oyó su celular sonar.

Consideró en gran medida ignorarlo pero luego pensó que si Sakonji era quien le estaba hablando, seguramente luego se arrepentiría de no haberlo revisado.

Estiró su brazo hasta la mesita de luz junto a la cama y tomó su celular.

Probablemente el pequeño movimiento había acabado de despertar a Giyuu pero eso no le impidió volver a cerrar sus ojos y mantenerse abrazado a su alfa.

Sabito tarareó levemente mientras revisaba sus mensajes y efectivamente, había un par de Sakonji.

—Oye, tengo que irme —dice el Urokodaki con suavidad.

Cuando el azabache no responde Sabito sólo intenta levantarse pero claramente no puede pues los brazos de su novio siguen aferrados a él y dejaba su cuerpo en peso muerto.

—Giyuu, me tengo que ir, suelta —pero eso no entraba en los planes del ojiazul—. Giyuu. —el contrario le llama.

—No quiero que te vayas todavía.

—Llevo aquí tres días, ¿cuántas veces antes hemos podido pasar todo tu celo juntos?

—Mh, cero —responde con simpleza.

—Ajá, y esta a duras penas, creo que ya nos dejaron tiempo suficiente —eso no era del todo cierto, si fuera por Sabito se la pasaría toda la vida así pero había aprendido a las malas a no cuestionar a su padrastro.

—No te vayas —dice acomodándose contra su cuello.

—Oye... —intenta decir.

—Quédate conmigo, amor —dice en su oído y Sabito se estremece automáticamente.

Y así el ojilila aceptaba que su padrastro le diera un sermón sobre su irresponsabilidad más tarde a cambio de pasar más tiempo en la cama con Giyuu.