Kimetsu no Yaiba | One Shots

InoAoi: Al despertar [+18]

Notas:

•Inosuke Hashibira x Aoi Kanzaki.

•Mundo canónico.

•Sexo explícito.

•Relato corto.

•Esto es una adaptación al ship por mi parte a partir de "We Rode the Clouds Together" por BulletproofFurniture en AO3.

•A pedido de Elpicas27.

•Bueno, esta es mi última petición así que supongo que ya volveré a escribir más seguido de las parejas que quiera.

Sinopsis:

Inosuke y Aoi tienen un poco de sexo en la mañana temprano al recién despertar.

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Cuando Aoi se despertó, el sol parecía no haber salido hace mucho, absolutamente sofocada bajo el edredón y con su chico abrazándola por la cintura, pegada a su espalda.

Realmente, no tenía lugar para sentirse avergonzada; después de lo que ella e Inosuke habían hecho la noche anterior, era completamente asombroso que la ojiazul pensara que le quedaba algo de dignidad. 

—Inosuke —dijo rotundamente, pero fue en vano—. Inosuke —intentó de nuevo. Todo lo que obtuvo en respuesta fue un zumbido somnoliento y un empujón particularmente entusiasta contra su trasero—. ¡Inosuke! —espetó con irritación, que finalmente la recompensó con un resoplido violento y un estremecimiento de conciencia contra su espalda.

—Mm, ¿qué quieres, Aoi? —el ojiverde preguntó adormilado y ella pudo sentir sus brazos envolverla con más fuerza. Ante esto bufó.

—Es demasiado pronto para hacérmelo de nuevo como si fueras un perro en celo —respondió con irritación, ignorando el calor que se acumulaba en su estómago por el posesivo agarre de su pareja. 

Realmente era demasiado temprano, en solo unas pocas horas estaría yendo al pueblo a comprar todas las cosas que necesitaban y era culpa de Inosuke que no hubieran dormido lo suficiente la noche anterior.

Sin embargo, eso no pareció desconcertar al chico. 

—Mm, lo siento —murmuró, todavía rodando perezosamente sus caderas contra las de ella, haciéndola poner los ojos en blanco con molestia.
Esa nisiquiera era una disculpa sincera, estaba tan vacía.

—Inosuke.

—¿Qué?

—Todavía lo estás haciendo —le da a notar.

Eso pareció despertarlo un poco más. El Hashibira hizo una pausa y pareció hacer un balance, finalmente, de lo que estaba haciendo y la posición en la que se encontraba. Y después de unos momentos, se apoyó en su codo y miró a la azabache, adormilado y pensativo. Ella se sintió casi incómoda bajo su mirada y estaba a punto de enterrar su rostro en la almohada cuando él habló

—¿Quieres que me detenga?

Y no era la pregunta grosera y arrogante de un hombre que ya sabía cuál sería la respuesta, ni siquiera era la pregunta irritantemente condescendiente de una persona que seguiría haciéndolo de todos modos. Parecía sincero, por primera vez en un tiempo, para variar.