Medicine | jjk

Lluvia

Estaba saliendo de la tienda de conveniencia para poder regresar a casa cuando empezó a llover, por mis ganas de comer ramen ahora estaba completamente mojada y todavía faltaban varias calles para llegar a mi apartamento, el viento soplaba cada vez más fuerte y yo no dejaba de temblar.

Me encontraba más lejos de la tienda de conveniencia y más lejos de estar bien.

Las lágrimas acompañaron la lluvia que corría por mis mejillas, quería llegar a casa, mis piernas flaqueaban, mi respiración comenzaba a acelerarse y las lágrimas caían cada vez más rápido.

La única función que tenía mi mente es atormentarme, hacerme recordar palabras que quisiera poder borrar, momentos y personas que no quería traer de vuelta. Necesitaba hablar con el doctor Kim, al final de todo era el único que se preocupaba por mí, necesitaba que me diga que estoy bien.

[...]

Me despierto temblando de frío, estoy mareada y con mucho dolor de cabeza pero ya estoy acostumbrada a despertar así, sacó de mi armario las mantas más abrigadas para taparme e ir directo a la cocina.

A la par que ponía a calentar agua, mi celular comenzó a vibrar, no tenía idea de quién era la persona que no dejaba de enviarme mensajes, supuse que era alguien que se había equivocado de número ya que solo tengo dos contactos; el doctor Kim y mi madre, pero tal fue mi sorpresa al ver que quién había sido.

Doctor Kim:

Buenas tardes señorita Park,acabo de escuchar los correos de voz que enviaste en la madrugada, decidí que además de venir los viernes, tengas consulta los martes.

¿Te parece bien?

14:36

Sé que Kim quiere mi felicidad pero no soporto tener que hablar de mis problemas en ese maldito consultorio, pero mejorar es una de mis metas y él es un especialista en eso, ¿No?

No tuve de otra que llamar a mi madre para que me cuidará, apenas pude levantarme de la cama, sentía un peso muy grande en mis hombros y la fiebre no bajaba. Al llegar, estuvo muy pendiente de mí, y por primera vez luego de mucho tiempo pude sentir un poco de cariño de su parte.

Dormí alrededor de 4 horas seguidas, me desperté más animada, algo que muy pocas veces me pasa. Fui hacia el comedor y ví como mi madre estaba preparando la cena, el olor exquisito salía de allí, mi panza hizo ruidos extraños.

– ¿Dormiste bien?

– Más que bien – solté una risa.

– La cena ya está lista, ¿Puedes poner los platos y cubiertos en la mesa?

– Si, claro – mi madre río y sonreí sin mostrar los dientes.

Fue la primera cena que no era incómoda, ella sonreía de vez en cuando, no quería que este momento terminará, necesitaba ese amor de madre.

Publicada: 2021

Corrección: 20/09/24