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"No se como sucedió.
Juro por dios que solo tenía buenas intenciones.
No sé como equilibrar correr detrás de lo que quiero y aferrarme a lo que tengo.
Soy tan culpable de alejar a la gente que quiero.
No quiero irme.
Nunca quise ver nuestros corazones romperse.
Deberíamos haber sido extraños.
Desearía poder viajar al pasado.
Sólo así podría deshacer mis errores". JOE DOLMAN - STRANGERS


La lluvia caía, llorando por lo que fue de nosotros, si es que lo hubo, temblaba de frío, pero eso no me importó. Caminando por las calles de Seúl, con mi pecho echo añicos, mis lágrimas  se camuflaban con las gotas de lluvia en mi rostro. Veía gente correr, otros con sus paraguas, todos desesperados por llegar a casa, huyendo de la tormenta.

Pero yo no podía huir de ella cuando la llevó dentro mío. Mi tormenta cada vez es más grande y no se si lograré controlarla.

Caminando por el mismo cendero de siempre, con el mismo destino de siempre, volviendo a mi pasado; el río Han.

Las luces brillaban como nunca, mucho más qué mis ojos cristalinos. Me dolían mis mejillas por el frío de la noche, mis lágrimas empezaban a secarse. Por mi mente pasaban un millón de cosas.

¿Por qué no nos vamos? Ya perdiste todo, hasta a ti misma.

Estaba perdida, mi mente y cuerpo se encontraban en diferentes lugares, estaba tan metida en mis pensamientos que no logré notar que las gotas ya no caían sobre mi.

Había dejado de llover, al igual que mis ojos. La noche era cada vez más fría, era momento de ir a casa.

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Oscuro y melancólico, mi departamento me hacía sentir más miserable de lo que ya era. No estaba en casa.

Sólo quiero desaparecer, desearía estar muerta, pero soy tan cobarde que se qué no lo haré. Mi celular marca las 2:45 a.m. ¿Tanto tiempo estuve en el río Han?

Creí que las voces en mi cabeza ya se habían ido, pero llegan a mi otra vez, martillandome la mente. Me duele pensar, pero lo hago, y me imagino todo lo que pudo haber pasado entre Jungkook y yo si nada de esto hubiese pasado.

Lo lastime, soy conciente de que lo hice. Él merece mucho más que esto. No soy más que una persona débil.

Buscó mis pastillas, necesitaba tomarlas. Encuentro una botella de whiskey en una estantería, sin pensarlo empiezo a servirme en un vaso y sin poder parar bebí y tragué aquellos medicamentos que tanto odiaba.

Necesito sacar de alguna forma todo este dolor. Necesito ayuda pero nadie podrá ayudarme.

No sé cómo paso pero ya no queda más liquido en la botella, me siento impotente, todo gira a mi alrededor, la furia corre por mis venas, me siento perdida. Gritó, no quiero escuchar las voces de mi cabeza.

Estando completamente fuera de mí, doy la botella contra la pared, justo al lado de mi rostro. Miro aquella pared que hace unas horas se encontraba limpia y pulcra, el color rojo la teñía. ¿Qué hice?

Voy corriendo hacia el baño y me observo en el espejo. No me reconocí.

Partes de la botella impactaron en mi piel, sólo veía sangre. ¿Tan lejos llegué?

Empecé a sentir un ardor horrible en mis manos, no me dí cuenta que todavía sostenía un pedazo de aquella botella. No hago más que soltarla, estaba cansada de lastimarme yo misma. ¿Qué has hecho, Sunghee?

Caigo de rodillas, todo da vueltas, mi mente va a mil. Lo último que veo son los tacones tan característicos de mi madre.

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Habitación 108, me despierto y lo primero que veo son aquellas paredes blancas, mi puerta se encuentra cerrada, cómo siempre. Solo tengo contacto con las enfermeras, mi madre dejó de visitarme. Está es mi nueva vida, y la que elegí aquella madrugada.

Aquella noche mi madre me encontró desmayada, según ella decidió salvarme, pero yo estoy muy segura de que sólo me interno para librarse de mi. Ella nunca quiso que yo estuviera bien.

Mi rutina es igual todos los días, tenía con que entretenerme pero pasaba la mitad del día aburrida, por eso la mayoría del tiempo dormía. Para saciar mi aburrimiento y huir de mis pensamientos.

No se cuánto tiempo estaré aquí encerrada, quiero irme ya.
No siento nada, las enfermeras ya no saben que hacer conmigo, estoy cayendo profundamente y nadie puede salvarme, me estoy desvaneciendo. Perdí todo, todo es mi culpa.

He escuchado por los pasillos del internado que la chica que se encontraba en la habitación 104 se suicidó, ninguna enfermera pudo con ella, ¿Me pasará lo mismo? ¿Seré tan valiente y cobarde a la vez para hacerlo?

Escucho como abren mi puerta, esas trancas hacen mucho ruido.

— Park Sunghee — la enfermera entra a mi habitación — Hora del almuerzo.

— No tengo hambre.

— Estoy segura de que si, anoche no cenaste.

— No quiero comer.

— Sunghee, la última solución es colocarte suero, ¿No quieres eso, verdad?

— Está bien — resignada digo, no me gustan las agujas.

La enfermera coloca la bandeja en mi regazo, no se ve nada apetitoso, mi estómago se cierra.

— Dentro de un rato vendrá la doctora Im para revisarte, ya que últimamente no hay forma de darte las pastillas ella misma te las dará. Queremos que mejores.

— Hmm.

Se sienta a los pies de mi cama, se queda en mi habitación hasta que terminé todo el plato.

El silencio reina en la habitación y mi mente decide recordar aquella noche. Recuerdo cada palabra dicha por él, lo lastimé tanto.

"Puedes hacerlo, yo sé que puedes, no eres una inútil"

Sólo por ti lo haré, Jungkook.

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El recuerdo de Jungkook y sus palabras fueron mi mayor aliento en esos dos años estando internada, estoy limpia.

El recuerdo de esa habitación no será algo traumático, de hecho estoy segura que lo recordaré cómo algo bonito porque después de mucho esfuerzo al fin me pude liberar de tanto tormento.

El mismo día que salí me regresaron mi antiguo celular, desde ese día sólo quiero llamarlo, pero lo lastime tanto que no lo veo adecuado. Pero adivinen que; si, lo hice.

Y acá estaba, esperando que el siguiera teniendo el mismo número, si él llegará a contestar no sé que le diría, creo que colgaría por el shock de volverlo a escuchar.

Cuatro tonos y contestan.

— ¿Hola? ¿Jungkook?

— Eeeh... disculpa, creo que te equivocaste de número — aleje el celular de mi oreja y me fijé bien en el número que marque. Era su número ¿Lo cambió?

— No, no me equivoqué, este es el número de quien quiero contactar.

— ¿Cómo dijiste que se llamaba?

— Jungkook.

— No conozco a nadie con ese nombre. Se ha equivocado.

— Entiendo. Una disculpa — enseguida corte.

Tenía tanta esperanza de volver a escucharlo, el corazón me dolía.

Todos estos días, meses y años me los pasé pensando en él, al principio no quería mejorar, pero pensé en Jungkook y en lo feliz que se pondría si lo lograba. Soñe todas las noches con salir del internado y llamarlo, hablar con él, pero caí en cuenta que ya ha pasado mucho tiempo. Y que lo lastimé.

Fin.













Todavía falta el epilogo.
Perdón si paso todo muy rápido, no quería hacer el capítulo tan extenso y lo hice cortisimo jajjsjsjsjs 🤙🏼

Medicine | jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora