Conociéndonos

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Le debía una.

La noche anterior intercambiamos nuestros números de teléfono, le escribí e invite a tomar algo, no estaba demasiado segura de si eso llegaría a funcionar.

Era muy amable de su parte lo que hizo por mi, pero muy dentro mío tenía miedo de que me dejará plantada, ya me había sucedido muchísimas veces y no quería que él hiciera lo mismo. Esto debe funcionar.

Mi madre no me ha escrito para preguntarme cómo estoy, no me visitó luego de regresar del hospital, pero ¿Qué se puede esperar de alguien que siempre te decepciona?

Me coloqué un vestido rojo con flores, era suelto y largo, hace bastante tiempo no utilizaba este tipo de vestidos y se sentía muy raro. El timbre suena y mi corazón golpetea cada vez más rápido, al abrir la puerta su presencia me impactó tanto que dejé de respirar. Llevaba una camisa de tonos grises y jeans negros, su cabello estaba bien peinado y su perfume me hacía derretir.

Era hermoso.

– Hola – saludé con el corazón en la garganta.

– Hola – parecía más nervioso – Te ves linda.

– Gracias, tú también – me sonríe y juntos vamos hacía el ascensor.

Cada tanto nuestras miradas se encontraban, sus ojos brillaban demasiado y su mirada era demasiado intensa, no aguantaba el contacto visual, me costaba mirarlo.

Ninguno de los dos hablaba, subimos a su coche y solo se escuchaba Teeth de 5 Seconds of Summer de la radio, miraba por la ventana y a veces tarareaba la canción, Jungkook cada tanto quitaba la vista de la carretera para sonreirme.

El viaje fue corto y no llegó a ser incómodo aunque no intercambiamos palabras. El lugar al que decidimos ir no estaba lejos de mi apartamento, se veía demasiado bien y no había tanta gente por lo que me sentía bastante cómoda.

Fuimos hacía la terraza del lugar, un aire fresco nos recibió, las vistas eran hermosas, Seúl era hermoso.

– Buenas tardes, ¿Qué desean pedir? – el mesero se acercó a nosotros.

– Mmm... Un pastel de chocolate con café estaría bien para mí – fue Jungkook quién respondió primero.

– ¿Y para usted? – me pregunta.

– Ehh... Me gustaría un lemon pie con té de limón – no hace falta decir que amo el limón.

– Enseguida vuelvo.

– Gracias – le sonreí al mesero.

– ¿Qué tal tu vida? ¿Te dedicas a algo? – pregunta el pelinegro.

– Estudié veterinaria, pero todavía no me dedico a ello, quiero arreglar mi vida y luego comenzar a trabajar.

– Ya veo.

– ¿Y tú? – preguntó.

– Mi vida ha dado un giro completo, ya no soy lo mismo que era hace unos meses, todavía no me acostumbro a lo que estoy viviendo, ahora solo me dedico a trabajar en un taller mecánico.

– Suena bien, ¿Tienes hermanos? – indago.

– Sí, un hermano mayor pero no tengo tanta relación con él. ¿Y tú?

– Soy hija única.

– Hay muchas veces que yo también quisiera serlo – dice riéndose, sonrió en respuesta. Justo en ese momento llegó el mesero con nuestra comida.












Publicada: 08/05/22

Corrección: 20/09/24

Medicine | jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora