Despedida

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Había sido una noche muy buena, disfruté el tiempo que pasé junto a Jungkook, pero la felicidad que sentí se fue en un pestañeo. Me encontraba en casa de mi madre, otro sábado más almorzando juntas, intercambiamos muy pocas palabras.

Necesitaba cortar ese silencio. Necesitaba contarle sobre Jungkook.

– Madre – llamó su atención.

– ¿Sí? – no levanta su mirada del plato.

– Hace unas semanas conocí a un chico.

– Que bien – habla desinteresadamente.

– Él alegra mis días – intentó que me preste atención.

Su mirada sigue en el plato.

– Pronto los arruinará – logro ver como una sonrisa se asoma en su rostro.

– ¿Perdona? – no estoy segura de lo que escuche.

– Sunghee, todos tus amigos y familiares te han dejado. ¿Piensas que él será diferente? ¿Qué él te amará cómo nunca nadie lo hizo? – al fin levanta su mirada, arrogancia es lo que observo.

– Mamá...

– ¿Quieres terminar peor de lo que ya estás? Por favor, piensa, ese chico te dejará tarde o temprano – su sonrisa y palabras hacen que mi pecho arda. No quiero verme vulnerable frente a ella.

– ¿Y por qué no me dejas tú también? – preguntó con mi voz rota.

– Soy tu madre y tengo la obligación de cuidarte.

– Podrías esforzarte más en cuidarme, diciéndome todo esto sólo me hundes más.

[...]

Las palabras de mi madre rondaban en mi cabeza sin parar, ¿Realmente piensa que Jungkook me dejaría? ¿Por qué no lograba borrar eso de mi mente? ¿Jungkook me está usando? ¿Se arrepentiría de conocerme? Mi mente juega en mi contra. Cierro los ojos intentando que esas voces se alejen de mí, esperando que me dejen en paz, cómo lo estaban haciendo estos últimos días.

Imaginaba miles de escenarios en dónde Jungkook me dejaba, necesitaba dormir, y cómo siempre las pastillas no hacían efecto rápido. Estaba desesperada. Y de tanto imaginar lo que pasaría, decidí echar todo a perder.

Prefiero dañarme yo misma que otra persona lo haga, quiero que sea mi culpa distanciarnos, no quiero que él me deje. Quiero dejarlo libre de la oscuridad en la que vivo diariamente.

Lo soltaré. Sé que lo haré.

Llamé a Jungkook para juntarnos en una cafetería, él también tenía algo que decirme. Estoy sentada en una de las mesas más alejadas, por la ventana observó el cielo, una tormenta se aproxima.

No dejó de mover mis piernas, la ansiedad corre por mis venas y el reloj corre lento, cómo si lo llamará en mi mente aparece buscándome.

Me levanté de mi asiento y él caminó lento hacía mí.

– Sunnie – saluda sonriendo.

– Hola – respondo a su saludo tratando de sonreír. Tomamos asiento, mi mirada se encontraba en la mesa esquivando su mirada, el mesero llega y rápidamente ordenamos la comida, su mirada altera mis nervios.

– Te noto nerviosa. ¿Estás bien? – sus ojos muestran preocupación.

– Sí, no te preocupes. ¿Qué era lo qué tenías para decirme? – preguntó evadiendo el tema anterior.

– La verdad son muchas cosas – ríe – trataré de resumirlo. Cuando nos conocimos tus ojos me capturaron, nunca te lo dije, pero me encantan, muchas veces se encuentran escasos de brillo pero siempre encuentro la manera de hacerlos brillar, y me encanta. Eres tan preciosa, quiero estar en tus brazos todo el día, llenarte de besos, hacerte sentir querida, ayudarte en todo, apoyarte, hacerte feliz. Quiero ser la razón de tus sonrisas. Quizá sea algo muy apresurado, nos conocemos hace muy poco pero no puedo evitar sentirme a gusto contigo. Sunghee, me gustas mucho.

Me quiero ir de aquí, no encuentro las palabras para contestar a sus confesiones. Utilicé la comida para evitar el tema.

– Fue muy sorpresivo, ¿Verdad? – se avergüenza – Perdón por soltarlo así, no sabía cómo decirlo.

– Está bien.

– No es necesario que me correspondas, sólo necesitaba sacarlo de mi pecho. Espero que por esto no nos distanciaremos.

Todo queda en silencio.

Necesito decirlo.

– Tengo miedo – hay duda en los ojos de la persona que tengo frente a mí – Tengo miedo de todo lo que podría pasar con nosotros. No estoy acostumbrada a relacionarme con personas, no estoy acostumbrada a sentir tanta felicidad, tengo miedo de causar daño. Aunque lo intenté nunca seré yo, la persona que estás buscando no seré y no soy yo. No quiero que te encuentres con mi oscuridad, no quiero meterte en este martirio, de verdad no quiero jugar con tu corazón pero no soy lo que buscas, no soy buena para ti. Traeré muchos problemas.

– Quiero ayudarte a escapar de esa oscuridad, a reconstruir tu corazón roto. Quiero sacarte el dolor.

– Pero yo no quiero, no me gusta que me vean en mis momentos de vulnerabilidad. Seré un peso más en tu vida. Soy un desperdicio de espacio, una decepción y una carga. Todos se van cuando ven que no valgo la pena, y sé que seguiré lastimando a las personas que amo, no quiero lastimarte, no quiero ganarme tu odio – suspiro – Mi amor por ti no será suficiente, necesito que me des un tiempo para sanar, para que todas las cicatrices se cierren y no se vuelvan a abrir.

– No me lastimarás. Eres hermosa – sus ojos brillan mientras lo dice, intenta no llorar.

– Sí que lo haré. Estoy muy agradecida contigo, aún cuando mi pecho seguía doliendo tú estabas siempre para mí, pero ya no puedo hacer nada más, soy una inútil – el respirar comienza a hacerse difícil – Fui muy fuerte gracias a ti, pero serás mejor sin mí.

– Sí puedes hacerlo, yo sé que puedes, no eres una inútil, llévame contigo, hacia tu dolor. Quiero ayudarte y seguir estando a tu lado, quiero destruir tus miedos y ser quien cure todos tus dolores, déjame hacerlo – dice desesperadamente – Estás equivocada en algo, sin tí no sería mejor. No te vayas. No me dejes.

– Es la única manera de dejarte ser feliz, conmigo lo único que harás es sufrir.

– Y ahora que me alejas también estoy sufriendo. Piensa en mí – sus lágrimas caen.

– Todo esto lo hago por tí, estoy alejando el dolor de tí, me estoy alejando de tí – no aguanto y liberó mi primer sollozo.

– No te vayas, no te alejes –súplica.

– No puedo quedarme, perdón – ya es momento de dejar todo atrás. Me levanto de mi asiento, no me voy sin antes pagar la comida de la cuál apenas probé un bocado, salgo de la cafetería y la lluvia me alcanza.

Camino sin rumbo fijo, llevando mi dolor, llevándome hacia algún lugar donde pueda quitarme ese nudo en el pecho. Mis ropas se encontraban mojadas, estaba incómoda pero el dolor de mi corazón destrozado era más fuerte.

Ver su mirada cambiar completamente cuando dije las primeras palabras dolió. Me dolió dejarlo.






Publicada: 09/07/22

Corrección: 03/10/24

Medicine | jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora