Estaba mal y lo sabía... esa cercanía entre ellos no podía ser coincidencia, el destino de ambos se había entrelazado de la forma menos adecuada posible.
Levanto su mirada clavándola en la figura que estaba frente a él, descansando en ese precioso y extremadamente costoso trono, rumores decían que cada centímetro era de oro y que las joyas que se podían ver en el eran las más grandes encontradas por el hombre.
Notó aquella figura moverse con lentitud. Solo podía ver el color del suave manto que usaba en su cuerpo, era tan largo que abarcaba parte del piso.
Un movimiento más y la figura salió de la sombras poniéndose de pie ágilmente.
-'Sabía que nos volveríamos a ver'- voz suave pero autoritaria, propia de su posición, propia de la corona que llevaba sobre su cabeza. –'Robín Hood.'-
Su ceño se frunció de inmediato.
Estaba una vez más frente a "su alteza", aquel rey tirano que gobernaba con mano dura y se enriquecía a costa de todo ser que ocupara un espacio en sus tierras.
Lo vio caminar hacia él hasta quedar justamente en frente.
-'"Su alteza"'- podía saborear la amargura en aquellas palabras. –'Sabe que me deje atrapar y puedo salir de aquí cuando lo desee.'-
No iba a permitir que ese tonto rey creyera que sus inútiles caballeros habían sido lo suficientemente buenos como apresarlo por onceaba vez y llevarlo hasta al rey con el (ahora usual) afán de que lo degollaran, aun cuando resultaba ser la verdad.
Ser Robín Hood, ayudar a los pobres, robar a los ricos, meterse en peleas por su vida y por las de los demás a diario era algo por demás de agotador, era normal que fallara de vez en cuando... o de vez en casi siempre.
-'Entonces no deseas salir de aquí, eso es halagador.'- se inclinó hasta acercar su rostro al del pato que yacía de rodillas, con sus manos y tobillos encadenados.
-'¿Qué?'- Replico sintiendo el calor llegar a sus mejillas mientras observaba esa sonrisa burlona en el rostro del conejo. - '¡Por supuesto que no... digo si...!'- sacudió su cabeza. –'Voy a cortar su cabeza un día y me llevare todo lo que tiene hasta la más pequeña joya'-
-'Podría ofrecerte un lugar en mi corte, posiblemente como Bufón...'- menciono haciendo caso omiso a la amenaza del pato. –'eres prácticamente uno ya, solo haría falta hacerlo oficial. O puede que...'-
-'¡Voy a matarlo! Voy a quitarle su corona y voy a deshacerme de todos sus caballeros... y... y...'- continúo diciendo mientras que el Rey no dejaba de hablar mencionando sus planes para el pato. - '¡¿Me está escuchando?! No voy a ser su tonto Bufón, yo voy a...'-
-'Tal vez uno de mis caballeros...'- continuo, sin tomar en cuenta las palabras del emplumado.
Estuvo por replicar, pero el Rey acabo por tomarle el rostro en sus manos, obligándolo a alargar su cuello todo lo posible, hasta que sus rostros quedaron lo suficientemente cerca como para que pudiera escucharlo murmurar.
-'O mi reina... todo buen rey necesita una reina'- Sonrió suavemente.
-'¡¿Reina?! ¡Por que habría de ser su reina! ¡Yo debería de ser el rey, yo...yo soy Robín Hood y voy a...!'-
El conejo miro hacia el atuendo de su enemigo. Era el mismo traje que usaba todas las veces que lo capturaba, esa típica playera verde con sus pantaloncillos holgados que le quedaban evidentemente grandes, esos botines color rojo oscuro que hacían juego con el chaleco que llevaba y ese sombrero, ese absurdo sombrero tan verde como la playera y los pantalones.
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Baffy Challenge!
RomanceUna recopilación de varios escritos cortos basándome en "30 day OTP challenge", centrándome en mi pareja favorita Bugs/Daffy (Baffy)