Capítulo 14

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Kaira

Un silencio absurdo.

La plataforma ilumina un espectáculo.

El espectáculo en el cual no participo.

Sin mí el resultado es mejor.

Si subiera al escenario se convertiría en una calamidad.

Porque no es mi historia la que protejo.

Despierta, por favor.

Es ver un sueño avanzar.

El mío se ha vuelto polvo con el tiempo.

No intentes unir lo que ya no existe.

Froto mis ojos irritados, apoyando mi rostro en mis manos y muevo mi pierna con inquietud. He estado colada desde la madrugada e intentaba convencerme de que no importaba y sólo debía esperar la hora acordada. Todo tenía que ver con eso. Traje la capucha más hacia mi rostro, sintiendo las intensas ganas de echarme al piso y encogerme en un ovillo.

Venir al instituto en verdad estaba fuera de mis planes, pero tampoco echaría a perder la graduación también. Ya he tirado casi todo, esto no podía hacerlo.

Nadie debería sentir esta frustración cada minuto aún con el consumo del que debería ser un olvido temporal. Esto no es una salida ni debería ser vista como ello, no obstante, cuando lo tienes en tus manos es imposible soltarlo tan fácilmente y eso te arrastra a un sendero en ausencia de luz por el que se supone debes seguir sin caer.

No hay mayor tormento que el estar en el fondo de un acantilado lleno de heridas abiertas sin la más mínima esperanza de volver a subir.

Intento convencerme de que puedo resistir esta tormenta que ha tirado de mí con fuerza, aún cuando me estoy cegando del camino sin salida que he tomado una vez más..

Mis dedos van a la cadena plateada que cuelga de mi cuello y recorren las puntas de la estrella que dejo de sentir al instante, sintiendo un nudo en la garganta al pensar en mi conversación de anoche con Joseph. Es injusto para él porque siempre está al pendiente... Incluso en momentos del día en los que me pierdo, sus mensajes no tardan en llegar como si quisiera echarme sus ánimos encima cuando no tiene la obligación de hacerlo y me ahoga saber la razón de sus acciones. También le fallé.

Apoyo mis manos en la mesa con mi cuadernos para aparentar estudiar, las demás están vacías por lo que no importa si uso o no los lentes de sol y pueda incomodar a los demás. Ya no quiero causar más problemas dentro del instituto después de lo que pasó con la señora Brown. Ella estaría satisfecha si me arrancara los ojos de una vez.

Apenas he podido levantarme en la mañana al pensar en ver a Liz o a... Aprieto la estrella cuando su mirada viene a mi mente. No. Él está jugando. No le importo. No le...

Antes de que pudiera pensar más, una hoja se deslizó bajo mi vista como si nada.

Parpadeé confundida cuando noté que la hoja estaba en blanco porque no estaba de humor para lidiar con alguna broma, al mismo tiempo una mano se posaba por debajo de mi capucha y la quitó lentamente. Mis ojos se agrandaron al percatarme de ello y me paralicé al levantar el rostro. Su mano acarició mi cabeza al retirarla lentamente, enrollando un mechón de mi cabello en su dedo.

¿Por qué? ¡¿Por qué ahora?!

—¿Jugabas a las escondidas? —alza una ceja, dejando ir mi cabello sin antes ponerlo detrás de mi oreja—. Porque es un desperdicio esconderte cuando soy capaz de localizarte en segundos.

Enterré mis uñas en las palmas de mis manos al ver sus ojos azules tan decididos y sus palabras ser tan sinceras. Llevaba puesta la gorra de lana que había hurtado de mis manos hace años y su rostro mostraba aprecio. Mi vista se volvió borrosa y el dolor no tardó en quemar en mi pecho. ¿Qué está...

Mi deseo caídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora