Capítulo 15

2 0 0
                                    

Kaira

No hay día en el que no cuestione lo que he hecho.

No puedo evitar cuestionar si siquiera merezco disfrutar de cosas pequeñas como ver el amanecer. Una combinación de colores que parece no molestar a nadie...

Suelto un suspiro al regresar dentro de la casa y mi mirada cae en la mochila llena de drogas que me hacen tragar en seco antes de ir a cerrarla y a mi lado Mike guarda más de ellas en la suya. Es una entrega grande que requiere al menos dos personas por lo problemático que puede llegar a ser, además del lugar en el que se lleva a cabo la entrega. Entrelazo mis dedos cuando mis brazos empiezan a arder y siento como mis uñas se clavan en mi mano después de alejarlas de mis brazos. He evitado consumir alguna sustancia en las últimas horas porque quiero tener la mente fresca y no quiero que mis manos empiecen a temblar mientras conduzco, no obstante, no estoy segura si es que el no consumir pueda ser peor a este punto. No puedo evitar mirar de reojo la hora en el reloj de la pared aun sabiendo que no iré a la graduación.

Sacudo la cabeza, debo enfocarme, no puedo perder esta entrega.

—¿Estás segura de querer conducir? —pregunta Mike, cerrando su mochila con todo listo.

—Debo hacer mi parte, ¿no?

Cargo mi mochila sin pensarlo más de lo que ya he hecho. Salimos en silencio de la casa a pesar de que mamá está trabajando horas extras por lo que no ha estado en casa por mucho tiempo y aprovechamos el espacio para prepararnos. Siento culpa por usar la casa para esto, pero ya he decepcionada a todos para que me importe demasiado. Necesito el dinero, ella nunca lo sabrá y lo sé porque ni siquiera sabe que hoy es mi graduación...

Es mejor de ese modo.

Busco las llaves de mi motocicleta en mis bolsillos mientras nos aproximamos a motocicleta y disimulo lo temblorosas que se encuentran mis manos. Subo a la moto, dejándole saber a Mike que puede subir también después de acomodar mi casco y él me deja saber que todo va acorde al plan antes de que empiece a conducir. Aferro mis manos a los manillares con fuerza antes de acelerar y subir de velocidad sin notarlo haciendo que Mike sostenga mi cintura con fuerza aunque ya esté más que acostumbrado a mi manera de manejar. Siento que conduzco más rápido de lo necesario y es porque no puedo esperar más para deshacerme de esto.

Luego de un tiempo me arrepiento al recordar lo que se encuentra frente al lugar de entrega. Siento escalofríos cuando al lado de la carretera está el comienzo de una cerca enredada de alambres con púas en todas partes antes de que un sinfín de grandes arboles comiencen a verse. Cada cinco minutos se puede apreciar un cartel en la cerca que dice "Prohibido el paso", "Cerca Eléctrica", "Peligro", "Zona restringida".

Eso solo me distrae del lugar que me espera. Si soy honesta temo enfrentarme más a ese lugar que al bosque tras esa cerca. Muerdo mi mejilla interna al verlo de lejos y pronto lo tengo frente a mí.

El cementerio.

Los ojos se me humedecen al darme cuenta lo que estoy haciendo y que es solo una minúscula parte de lo que ya he hecho. Dejamos mi moto estacionada en el pequeño parqueadero del cementerio donde apenas hay uno o dos autos. Soy consciente de que Mike espera a que yo de el primer paso al saber lo que esto significa para mí y estoy segura de que si decidiera parar él me apoyaría, pero lo hago y pronto dejamos atrás el cementerio para adentrarnos al bosque después de escalar la cerca.

Lo siento, papá.

—El famoso bosque de los perdidos —murmura Mike, viendo los grandes árboles que nos rodean.

Asentí.

—¿De verdad tenía que ser dentro del bosque la entrega? —me pongo mis lentes de sol.

—Órdenes del jefe, Pólux —responde—. Evan dijo que ni siquiera él sabía quién será el que reciba el paquete hoy así que si doy la señal nos vamos.

Mi deseo caídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora