2: Un autógrafo para Jos.

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2: Un autógrafo para Jos.


Tarde como siempre.
  Hace exactamente 10 minutos que debí estar en el set de grabación con Margot y el director de la película (quien insistía en que lo llamase Mark) para ponernos al corriente con las nuevas ideas de la producción tomando en cuenta que los chicos de CD9 ahora se integrarían a nuestro equipo de filmación como los protagonistas de la película y por lo tanto, de mí trabajo.
Después de aquel Viernes por la mañana no volví a saber nada de ellos. Ni una sola noticia sobre ellos dentro o fuera de la película, ¿habrá Mark aceptado sus términos? Sólo espero que con o sin ellos esta película funcione.
Corrí a lo largo del los pasillos que formaban los remolques de la producción chocando en el camino con cientos de maquinistas, dobles y camarógrafos que caminaban de un lado a otro esperando que todo se encontrara listo para comenzar a grabar. Oh precioso lunes por la mañana.
¿Será que los chicos ya se encuentran aquí?

  —¡Cuidado!—escucho gritar a alguien tras de mi antes de que un objeto metálico golpeara mi cara—.¡En verdad lo siento!, ¿estas bien?

  No quiero levantar el rostro porque eso solo haría que notara mi rostro avergonzado. Además, quería llorar del dolor. ¿Qué demonios fue eso? Quiero gritar, aunque es más que obvio que no puedo hacerlo, estaba nerviosa y sonrojada y en verdad me hacían sentir tímida.

—Hey—me llama el chico levantando mi rostro con delicadeza—. Creo que sería estúpido preguntar si te encuentras bien, ¿no?

  Era Bryan, ¡oh por Dios santo! Tenía al mismísimo Bryan Mouque delante de mí preocupado por mi rostro..., ¡que vergüenza! Un estúpido objeto metálico acaba de golpear mí rostro y creo que le pertenece a él. El objeto quiero decir.

—Ah—balbuceo, luego de una pausa—.sí yo sólo..., no me sucedió nada.

Pero que estúpida. Era obvio que me sucedió, mí maldita nariz estaba sangrando y sin embargo me encontraba tirada negándolo sólo para no causarle ninguna molestia.

—Estas jugando?—frunce el ceño—. La nariz te está sangrando. En verdad lo siento es solo que, Freddy lanzó mi celular por accidente por mi culpa y cuando te vi quice evitarlo y creo que lo empeoré.

Claro, el objeto volador era su teléfono ¿cómo no lo vi antes? Quiero decir, es más que obvio.
Frente a nosotros, como si lo hubiese invocado, estaba Freddy quien sostenía un trozo de papel higiénico en sus manos. Dios, son tan guapos.

—Coloca la cabeza hacia atrás y presiona el papel—ordena amablemente en un murmullo sexy—, ¿segura que te encuentras bien?—asiento sin mover mucho la cabeza. Esto duele—,espera un minuto, ¿no eras tu la chica de la junta del Viernes?

—La callada?-inquiere Bryan viendo mi rostro, que lindo, ni siquiera conocen mi nombre—, ¡es cierto!

  —¿Me recuerdan?—pregunto sorprendida. Mí voz sonando aplastada por el papel higiénico en mí nariz.

—¡Pues claro!—chilla Freddy entusiasmado—. Tenemos memoria de castor.

  Suelto una risita ante aquel comentario. Aparto el papel higiénico para observarlos mejor.
Son realmente lindos y amigables.

—Ustedes son graciosos—admito—, un gusto conocerlos..., otra vez.

—El gusto es nuestro... ¿Cómo era que te llamabas?

—Mi nombre es ________ Smith, la chica con suerte a la que le harán la adaptación de su libro y la cual los pidió en su película.

—Un gusto _________—dicen ambos al mismo tiempo.

Me pongo en pie asegurándome de que mí nariz no esté sangrando demasiado. Gracias al cielo que ya no lo hace, pero sé que ha quedado una gran mancha roja por debajo de la nariz.
Mi cabeza da vueltas y Bryan me sostiene. Agradezco después de que logro mantenerme firme.

—Escuchen, en serio me gustaría (en verdad me encantaría) charlar con ustedes. Quiero decir, es mi sueño hecho realidad pero si no estoy justo ahora en la sala de juntas me matarán.

—No queremos eso—murmura Bryan pensativo—. Nos vemos mas tarde chica con suerte.

  Me pongo en pie y después de despedirme de ambos sigo con mi carrera personal a lo largo de los remolques, ¡25 minutos tarde! Esta vez si me matarán.
Encuentro finalmente el remolque perteneciente a la producción en donde se acostumbra a hacer las juntas. Paso mi mano por mi frente limpiando el sudor que resbala a borbotones y me aseguro de no oler mal antes de subir los pequeños escalones y entrar de manera brusca sin pedir permiso.

—En verdad lo siento, pero Bryan lanzó su celular a mi rostro y tuve un grave accidente con mi nariz sangrante pero ya estoy aquí y en verdad, de verdad lo siento tanto—me apresuro a decir en cuanto entro al lugar.

  Pero no había nadie. Bueno si había una persona dentro. una vez más mi mala suerte hacia de las suyas esta mañana. ¿¡Donde demonios están Margot y el director!?
Jos me mira con con diversión, pasando la punta de su lengua a lo largo de sus labios resecos. Dios, ¿puedo tocar su lengua?

  —Huh, ¿de acuerdo?—dice Jos, sonriendo completamente divertido.

—Lo siento eso..., eso no era para ti yo ah..., ¿dónde están todos?—suspiro incomoda y avergonzada.

—Buenos días para ti también—murmura poniéndose en pie—.cuando llegamos nos informaron que habría junta. ¡Pero! Solo entre "gente mayor" y con mayor me refiero a "mayormente capaz de negociar" y en cuanto salgan creo que nos informarán del proceso de todo éste ah..., trabajo.

—Oh— es todo lo que logra salir de mi boca.

  Jos se gira para alejarse hasta el fondo de la mesa en la esquina izquierda del remolque, minutos después regresa con un libro en sus manos. Bueno, no cualquier libro, era mi libro.

—¿Eres tu cierto?—pregunta señalando la portada del libro en donde se puede distinguir mi nombre por debajo de la imagen. Creí que era obvio. Asiento—, es un placer conocerte, soy fan de tu libro..., al igual que mi hermana—frunce el ceño ante esto ultimo.

Quiero creer que aquello no es un sueño así que pellizco la piel de mi rodilla disimuladamente. Duele como el infierno.
¿Es que me he muerto y fuí al cielo? Si mis oídos escucharon bien, este hermoso chico me ha dicho que es fan de mi libro al igual que su hermana. Era algo simplemente asombroso el hecho de que alguien pudiese admirar mis obras siendo famoso o no. Sin embargo, la sensación de emoción esta vez es diferente tomado en cuenta que yo en verdad admiro a estos chicos y el hecho de que Jos admirara algo hecho por mí peculiar mente me hacía estremecer y sentir emocionada.

—Es bueno saber que al menos alguien en este mundo lo ha leído.

  —¿Por qué lo dices asi? Es realmente bueno el libro.

Me encojo de hombros fingiendo que no me importa en lo absoluto que me dirija la palabra. Por dentro, estoy muriendo lentamente.

—No suelo tener mucha confianza en mí misma, nunca creí que tuviera a alguien que se hiciera llamar fan mío.

—Pues créelo porque yo soy tu fan—me extiende su libro y con él arrastra un bolígrafo dorado—, ¿me harías el honor de autografiarlo para mi?

Quiero reír y al mismo tiempo llorar. Tomo el libro entre mis manos y lo abro dispuesta a escribir en la contra portada.

—¿Alguna petición en especial?

Sonríe.

—Sólo pon: para mi mayor fan en el universo. Jos Canela.

  Y esas palabras fueron como tocar el cielo con las manos. Jos Canela era mi fan.

Alcanzar una estrella. (A.V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora