37: días desastrosos.

1.2K 148 37
                                    

37: días desastrosos





México DF (1 hora antes).





Miro una vez más mi reflejo en el espejo frente a mí. Mi cabello había sido recogido haciéndome lucir elegante al igual que el maquillaje lograba hacer que me viera hermosa e irreconocible, y mi vestido de algún modo lograba hacerme lucir hermosa y delgada. No había duda de que tanto Freddy como Bryan habían hecho una buena elección con el vestido, ¿cómo es que eran tan buenos en esto? La misma pregunta resurgía con mi estilista personal y una de mis pocas y verdaderas amigas: Monique, quien tenía un hermoso don para hacer lucir espectaculares a las personas.
Aun no puedo esperar para ver a Alonso y charlar con él sobre nosotros, no puedo esperar para contarle la verdad y decirle que él no ha hecho nada equivocado en lo absoluto, era más bien mi propia culpa por ser tan manipulable.
Dylan, mi chofer sería el encargado de llevarme a casa de Alonso para así ambos llegar juntos a la alfombra roja. Solo espero que todo se arregle entre ambos antes de llegar al lugar. Así al menos, nuestras muestras de cariño no serían falsas y podría besar a Alonso libremente sin que piense que estoy molesta con él.
Unos suaves golpes en la puerta de mi habitación me hicieron salir de mis pensamientos. Ese debía ser Dylan.

—Señorita Smith—saluda Dylan desde la puerta—. ¿Lista?

Asiento nerviosa con una pequeña sonrisa mientras tomó mi bolso.
Dylan era un hombre alto y robusto con personalidad amable y apariencia frívola. Debo admitir que al inicio en cuanto lo conocí no pude evitar sentirme asustada por este gran hombre. No obstante, en cuanto cruzamos palabras y comenzamos a charlar me di cuenta de lo genial que era este hombre. Incluso conocí a su hija, quien por cierto, resultó ser una gran fan de mi libro y de la próxima película el salir.

—¿Cómo es que has logrado pasar por encima de toda esta gente?—pregunto mientras observo a mi alrededor a todas estas personas con cámaras fotográficas y reporteros esperando hacer una buena nota de espectaculos—, esto es soficante.

Dylan me hecha una mirada antes de tomarme del brazo y conducirme hasta el auto mientras empuja sutilmente a toda esta gente a nuestro alrededor para dejarme pasar. Una vez que se asegura que yo me encuentre dentro del auto y que de encuentra asegurada con llave, él se encamina hacía el lugar del piloto en donde logra entrar con gran dificultad.

—No es a mí a quien quieren ver, señorita—asegura, encendiendo el auto para comenzar a conducir a casa de Alonso—. Sino más bien ellos quieren ver a la belleza en la parte trasera del auto.

—Bueno—murmuro ruborizada—. He hecho mi mejor esfuerzo para que a Alonso le agrade mi atuendo.

Dylan me mira por el espejo retrovisor con una pequeña sonrisa llena de animos.

—Él la va a perdonar señorita Smith—asegura Dylan.

—¿En verdad lo crees?

—Pero claro, sería un tonto si no lo hiciera.

Trato de pensar en eso y de creerlo el resto del camino mientras los nervios me comen viva. Aun no sé cuales serán mis palabras cuanto me encuentre frente a él, pero en verdad espero que mis palabras sean lo suficientemente buenas como para no estropearlo en lo absoluto.
Pero no puedo evitar aquellas inmensas ganas de querer vomitar en cuanto me encuentro frente a la casa de los Villalpando y me doy cuenta de que es mi turno de mover los pies hacía la puerta para llamar a Alonso. Sé que su padres no se encuentran en casa porque incluso sus padres estaban invitados a la alfombra roja solo que ellos tenían que estar un poco antes que todos los actores.
Dylan abre mi puerta y me doy cuenta en ese entonces que de algún modo ya me encuentro frente a la puerta de Alonso.
Puedo escuchar murmullos dentro de la casa y tan solo segundos después la puerta de abre, solo que no es para nada lo que esperaba. Frente a mí se encontraba Natalia sonriéndome abiertamente, se encontraba luciendo nada más que su estúpida blusa a cuadros mientras su delgadas piernas estaban desnudas.

—¡Alonso!—llama con diversión—. Cariño creo que es para ti.

—Natalia quieres porfavor...

Pero no termina la frase en lo absoluto. Su rostro se torna incluso más pálido y sé que está asustado.

—__________, cariño no es lo que...

Pero una vez más no termina la oración porque esta vez es mi mano la que se estampa contra su mejilla impidiendo que termine la frase.

—No vuelvas a hablarme en tu vida.

Sé que lo digo enserio porque no puedo soportar la idea de escuchar su voz por lo que, salgo inmediatamente de ese lugar volviendo a entrar al auto. Dylan me mira confundido en cuanto ve mis lágrimas salir de mis ojos.

—¿Señorita Smith esta...?

—Llévame de regreso al hotel Dylan—lo interrumpo—, no quiero ir a esa maldita alfombra.

—Pero señorita...

—¡Por favor!

Esta vez él no dice nada, solo asiente dejándome llorar en silencio mientras regreso a mi habitación, ¿por qué fui tan estupida? Supongo que nunca lo vi venir, el es como un demonio, es hermoso y amable ante los ojos de las personas pero te mata lentamente en tu interior.
Alonso Villalpando, te odio tanto que no puedo ser capaz de poder perdonarte esta traición. No obstante, mi mente de esfuerza en decirme una y otra vez que él y yo no somos nada, pero él me dio esperanzas y eso lastimó más a mi corazón que el ver todo aquello, ¿porqué entusiasmarme si no me amaba en realidad?

Alcanzar una estrella. (A.V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora