26: Un día con Freddy (parte 1).

1.3K 150 1
                                    

26: Un día con Freddy - Parte 1.





Esta mañana despierto antes de que la alarma de mi teléfono suene o incluso antes de que alguno de los chicos se aparezca por mi puerta, aunque dudo que eso suceda sabiendo que ellos tienen que grabar algunas escenas antes que las mías debido a que tienen un evento esta tarde, por lo que decido darme una relajante ducha de diez minutos permitiéndome saborear el calor del agua. Una vez fuera decido ponerme uno de los tantos conjuntos que compró Alan para mí ayer por la tarde.
El sonido de mi teléfono al indicar que tengo una llamada entrante hace que interrumpa el procedimiento para abrochar mis agujetas.
«Freddy» era el nombre que aparecía en mi pantalla.

—¿Hola?—suelto a través de la línea una vez que respondo.

Puedo escuchar el quejido de alguien al otro lado de la linea antes de que Freddy suelte un «—¡Guarda silencio Israel!» para después escuchar la voz del pequeño al decir «—¡Entonces cambia de estación!». Miro la pantalla, tal vez su teléfono se haya marcado por accidente.
Estoy a punto de colgar cuando finalmente Freddy habla:

—¡Hey puchonsito!—exclama alegremente—, ¿te desperté?

—No—aseguro poniendo mi teléfono el altavoz para terminar de arreglar mis agujetas—, ¿qué sucede?

—Sucede que pasaré por ti en quince minutos, es el día de pasarla conmigo, ¿lindo no?

Frunzo el ceño, ¿qué?

—Pero, creí que tenían poco tiempo para grabar antes de irse a Guadalajara.

—No, solo necesitaban a Bryan y a Alan al parecer y sí, tenemos el evento en Guadalajara pero no nos iremos hasta las cuatro treinta, así que quise adelantar el día.

—De acuerdo—digo—. Supongo que estaré esperandote abajo.

—Claro, nos vemos en un rato—dice, estoy a punto de colgar el teléfono cuando la voz de Freddy me interrumpe una vez más—. ¡Oye espera! Mi hermano nos acompañará, no te molesta ¿cierto?

—Por supuesto que no—sonrío—, escucha tengo que dejarte, tengo que ir al baño, al parecer la cena con Alan...

—¡___________!—me interrumpe, y puedo sentir el horror en su rostro incluso aunque no puedo verlo—, no quiero saberlo, te veo en unos minutos y asegúrate de tomar algo para el estómago.

Suelto una risita y cuelgo tirando el teléfono lejos de mí provocando que caiga de la cama. Alarmada, camino hacia el teléfono para asegurarme que no le haya pasado nada y gracias al cielo que no lo hizo por lo que caminé apresurada hacia el baño sintiendo mi estomago arder, maldigo la comida de anoche por esto.





—¡Dios Santo!—masculla Freddy en cuanto entro al auto—, creí que nunca saldrías, ¿qué te dio Alan de cenar? ¿Pasas?

Ruedo los ojos, solo he tardado cinco minutos más de la cuenta, ¿eso es mucho?

—No seas ridículo y exagerado, sólo han sido unos cuantos minutos más de tardanza—me giro para observar al interior del auto hasta donde se encuentra el pequeño hermano de Freddy—. Hola Isra.

Israel levanta la vista de su teléfono para ofrecerme una hermosa sonrisa. Es tan parecido a su hermano.

—¿Que onda?

Y sin más vuelve la vista hacia su pantalla. Me giro una vez más hacia mi amigo alzando una ceja, Freddy no me mira pero le sonríe al espejo retrovisor.

—¿Qué es lo que haremos hoy?—inquiero.

—Bueno, primero tengo que llevar a Israel al dentista—el semáforo frente a nosotros se ha puesto en rojo por lo que Freddy no tiene problemas en inclinarse hasta mi oído—, al parecer tiene caries—susurra.

—¡Escuché eso!—exclama el pequeño desde atrás acercándose a nosotros—. Y sólo para aclarar, es solo un pequeño diente defectuoso dentro de mi boca.

Freddy frunce el ceño.

—Eso solo te pasa por no cepillarte bien los dientes ocasionando que te salga caries.

Esta vez es Israel quien frunce el ceño haciéndole lucir exactamente como el gemelo de Freddy.

—No vuelvas a decir eso, yo no tengo caries.

El semáforo se ha puesto en verde por lo que mi compañero acelera.

—CARIES, CARIES, CARIES, CARIES—repite la palabra una y otra vez haciendo que Israel se ponga rojo del coraje y cubra los ojos de su hermano mayor provocando que el auto se mueva de un lado a otro.

En un intento por safarse del agarre de su hermano, Freddy suelta el volante luchando con Israel. El auto se mueve de un lado a otro descontroladamente por lo que soy yo la que toma el volante tratando de mantener el equilibrio. En cuanto Freddy se libra de Israel lo empuja hacia el asiento trasero y frena de golpe provocando que golpeé mi cabeza con el espejo retrovisor.

—¡Demonios Israel! No vuelvas a hacer eso—sus dedos temblorosos tocan mi frente haciendo que suelte un gemido de dolor—, ¿estás bien __________?

—Nunca vuelvas a repetir que tengo caries—amenaza antes de mirarme avergonzado—, lo siento ____________.

Hago un intento por sonreír aunque estoy casi segura que salió una mueca en su lugar.

—No fue nada—miento—. Ahora, quiero que dejen de discutir. Al menos hasta que bajemos todos completamente a salvo, fuera y después de eso, podrán pelear de nuevo, ¿de acuerdo?—ambos asienten y yo me coloco en mi asiento ignorando el dolor punzante en mi frente—. Entonces conduce.






La ida al dentista fue exactamente lo que esperaba. Freddy se paso al menos la mitad de la consulta soltando risitas al escuchar al doctor decir que Israel tenia dos caries pequeñas, su hermano por otro lado, fingió tener un espasmo para golpear la rodilla de su hermano mayor quien estoy segura, se moría por regresarle el golpe. No obstante, Freddy simplemente se limitó sonreír falsamente.
Esta claro que los hermanos Leyva son todo un caso perdido.

El resto del día transcurrió normal y sin golpes de por medio. Freddy nos llevó a los tres a comprar un helado diciendo que era muy tarde y que tenía que dirigirse al aeropuerto. Me ofreció una disculpa y prometió que en cuanto regresara continuaría con mi día haciéndolo mejor que éste.
En cuanto estuve una vez más en la habitación del hotel me permití a mi misma dormir hasta que mi cuerpo lo permitiera.
Ahora sí sería mi día de descanso, o eso me aferro a creer.

Alcanzar una estrella. (A.V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora