Me agarró del cuello y me empujó hasta que mi cabeza tocó la pared de aquella casa abandonada. Mis lágrimas y mis súplicas parecían no servir de nada.
Era el último dia del año. Mi primera nochevieja con él, estaba ansiosa. Por la mañana fui con mi madre de compras en busca de algo para ponerme esa noche. Después de muchas vueltas me compré un short plateado y una camiseta negra con brillantes plateados en la zona del pecho. Me encantó el conjunto, me quedaba perfecto. Cuando me miré al espejo imaginé la cara de Dani al verme y sabía que le iba a encantar.
Después de cenar en casa con mis padres, Dani vino a recogerme para ir a tomar algo a un pub del pueblo. Me puse el abrigo y salí en cuánto me avisó de que estaba esperándome en la puerta. Al verme solo se fijó en mis piernas. El abrigo tapaba el conjunto por completo, llegando hasta casi las rodillas. De ahí para abajo mis piernas solo estaban cubiertas por unas medias.
- Ábrete el abrigo - me ordenó.
- ¿Qué pasa?
- ¡He dicho que te abras el puto abrigo! - me dijo subiendo el tono.
Sin mas rechistar agarré la cremallera del abrigo y la bajé hasta abajo. Cogí con las manos cada lado del abrigo y lo abrí para que viera cómo iba vestida. Lo primero que dijo fue "no se cómo no te da verguenza ir así". Me sentí ridícula, creia que no me quedaba bien la ropa pero entonces dijo:
- ¿A ti te parece normal ir asi vestida en invierno?
- Dani es nochevieja...
- ¡Me importa una mierda lo que sea hoy! ¿Ves que vaya yo en pantalones cortos o en tirantes? ¡Eh!
- Pensé que te gustaría...
- Claro a mi y a todos los tíos. Te gusta mucho provocar, si es que yo lo sabía...
No supe que decir. No me creía que estaba volviendo a pasar aquello.
- Si no te cambias de ropa yo no quiero saber nada de ti hoy - dijo con tono amenazador.
- No me voy a cambiar. Me he comprado esto para hoy. En nochevieja las chicas vamos así.
- Solo las que sois unas zorras - y tras decir esto se dio la vuelta y se fue.
Me quedé unos minutos pensando qué debía hacer. No pensaba cambiarme de ropa de eso estaba segura y tampoco iba a quedarme en casa. Así que decidí ir por mi cuenta. Vi su cara de rabia cuando entré al pub. Me acerqué y me puse al lado de una amiga mientras los chicos jugaban al futbolín. Él estaba a un lado, sin quitarme ojo ni un segundo.
Al cabo de una media hora, un chico del pueblo más mayor que nosotros se acercó a mi. Me dijo lo único que yo habia esperado oir de Dani, "estás guapísima". Me puse como un tomate y agradecí sus palabras. Él puso su mano en mi hombro y por el rabillo del ojo vi como Dani venía a toda prisa.- ¿Que pasa aquí?
- Nada tío, relájate.
- ¿Qué haces con mi novia?
Antes de que él contestara lo hice yo.
- ¿Tu novia? - dije mientras me reía.
- No me toques los cojones que la tenemos.
-No yo es que pensaba que hoy no eramos novios, cómo no me he cambiado...
No aguantó más. Me agarró del brazo y me sacó a rastras. Por un momento creí que estaba soñando. Estábamos en la calle, justo en la puerta del pub. Empezó a gritarme, a insultarme hasta que dejé de oirle. Solo le veía a él y a la gente que pasaba a nuestro lado sin hacer nada. Nadie preguntó qué pasaba, nadie le dijo que parara. Después de unos minutos volví a la realidad para escuchar "que te follen". Abrió la puerta y desapareció, me quedé sola un rato tomando aire, tranquilizándome. Entré, cogí mi abrigo y me fui. Lo había conseguido, se había salido con la suya. Empecé a llorar de camino a casa, impotente, decepcionada...
Cuando estaba a punto de llegar, escuché cómo alguien venía corriendo. Me asusté y empecé a correr. Justo antes de llegar a mi casa, en una vieja casa abandonada me alcanzó. Me agarró del brazo y me dio la vuelta bruscamente.
- ¡Encima te vas! ¿Que quieres dejarme mal delante de todo el mundo o qué?
- Creo que de eso ya te has encargado tú
Vi como su cara se transformaba. El poco amor que parecía sentir se esfumó. Me agarró el cuello y me hizo retroceder hasta que mi cabeza chocó contra la pared. Entonces empezó a apretar. Noté como iban saliendo lagrimas de mis ojos mientras que de los suyos sólo salía ira. Ira que llevaba tiempo contenida y que había explotado. Tan fuerte como pude le pedí que me soltara, le dije que me estaba haciendo daño. Intenté quitarle las manos con las mías hincandole las uñas, pero aguantó hasta casi perder la consciencia. Me soltó y dio dos pasos hacia atrás mirando a todos lados a ver si alguien habia sido testigo de la escena. Afortunadamente para él no había nadie allí. Cuando pude hablar me acerqué a él y mirándole a los ojos le dije "no quiero verte más en mi vida". Y me fui mientras él se echaba al suelo entre lágrimas.
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Amor a golpes
Teen FictionEsta es la historia de Dani y yo. Una historia de amor, de mentiras, de dolor, pero sobre todo una historia real que ha marcado mi vida para siempre.