Amor a golpes

3. De tu cama al cielo

Recuerdo el primer día que hicimos el amor. Como ya sabéis yo había perdido mi virginidad con Manuel pero, por algún motivo, yo no lo sentía así. Creo que a Manu me entregué en cuerpo pero no en alma y corazón y por eso fue tan especial sentir a Dani dentro de mi.

Pablo se habia comprado un piso nuevo al que iba a mudarse en un par de semanas. Una tarde hablando con él sobre Dani, al decirle que aun no nos habíamos acostado porque queriamos que fuera algo especial, me ofreció las llaves de su nueva casa. Yo no me lo pensé dos veces y acepté. Hable con Dani y le dije que me habia dejado las llaves para ver una peli tranquilamente. No queria asustarle ni presionarle, sabía que de esa forma todo fluiria sin más.

Unos días despues ahí estábamos. Abrimos la puerta y entramos absorbiendo el olor a muebles nuevos. Vimos la casa entera, habitación por habitacion y después nos pusimos a ver la peli en el salón. Al principio estábamos sentados uno al lado del otro, agarrados pero sin mas roce que el de nuestras manos. No se si la peli era demasiado aburrida o si eran las ganas, pero no aguantamos asi ni media hora. Empezamos a besarnos, Dani le metía la mano por debajo del pelo acariciandome la cabeza, yo le tocaba la cara lentamente pinchándome ligeramente con su barba de tres dias. Empezamos a recostarnos en el sofá hadta estar totalmente tumbados, Dani encima mia besándome cada vez con mas pasión.

Al cabo de un rato le susurré al oído "vamonos a la cama". Él me sonrió, se levantó y me agarró la mano para levantarme. Me llevó hasta una de las habitaciones, inexplicablemente a la que más me había gustado. Juro que no se lo habia dicho.

Me tumbé en la cama antes que él. Fue acercándose lentamente hasta quedar tendido a mi lado. Seguimos besándonos lenta y dulcemente. Al rato parábamos y nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos hasta que uno de los dos le sonreía al otro. Estuvimos así durante lo que me parecieron horas pero estaba tan a gusto que no necesitaba dar un paso más. Poco a poco fuimos desnudandonos el uno al otro. Primero me puse sobre el y me quité la camiseta. Él me miró como el que mira el diamante más precioso del mundo. Sus dedos empezaron a acariciar mi cuello, bajaron por mi pecho hasta encontrar mi ombligo. Sonrió al rozar mi pantalón y yo entendí que debía dirigir aquella sinfonía. Le quité lentamente la camiseta verde a juego con sus ojos.  Ya había visto su cuerpo en la playa pero me pareció que era la primera vez que realmente lo veía. Su piel morena, sus bonitos abdominales y sus pezones electrificado por la pasión que recorría su cuerpo. Me acerqué a su boca y mordí sus labios. Bajé hasta su cuello y lo chupe con pasión a la vez que mordía su oreja y él se estremecía. Me tumbé a su lado y desabroché mi pantalón mientras él hacía lo propio con el suyo. Le mire y noté lo nervioso que estaba. Le susurré: "tranquilo no hay prisa".

Seguimos besándonos hasta que yo poco a poco comencé a besarla y otras partes del cuerpo. Baje por su pecho hasta besar su ombligo. Mordí el borde de sus calzoncillos y noté su erección rozando mi barbilla. Él metió la mano y se la sacó quedando a la altura de mis ojos. La miré con deseo y saqué la lengua para mojar mis labios. Comencé dándole un beso y abrí mi boca hasta introducirmela dentro. Chupé con delicadeza mientras veía como Dani cerraba los ojos y se dejaba llevar. Disfruté con ella en mi boca porque sabía cuánto estaba él disfrutando. Unos minutos después me agarró la barbilla y me empujó hacia él para que le besara. Se puso encima mio y me deslizó las bragas por las piernas hasta acabar en el suelo. Cogí el preservativo de debajo de la almohada lo abrí con los dientes y se lo puse mirándole a los ojos. El me miraba con un deseo que me siento incapaz de describir. Se tumbó sobre mí y empezó a penetrarme muy despacio mientras me besaba los labios y el cuello. Le agarré fuerte la espalda hasta notar su piel en mis uñas y nos dejamos ir abrazados.