15. El adiós

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Unas semanas después de aquello, nos volvimos a ver en casa de un amigo.
Yo había tenido mucho tiempo para pensar y valorar todo lo que estaba perdiendo. Cuando él me vio entrar a la casa me pidió hablar y yo acepté. Fuimos a una habitación y nos sentamos cada uno a un lado de la cama.

Se puso a llorar y se disculpó por cómo me había tratado. Esta vez el perdón parecía incluso real. Me dijo cosas que yo pensaba como que no me merecía, que se había portado fatal conmigo y que entendería que no le perdonara nunca.

Yo ya no me sentía la misma que hacía unas semanas, por primera vez en muchísimo tiempo decidí quererme a mí antes que a él. Le dije que sí, que le perdonaba, que no se preocupara por eso.  Entonces me propuso retomar la relación y ahí fue cuando se llevó la mayor sorpresa de su vida, al escuchar de mi boca "NO".

Vi en sus ojos que sabía que mi negativa era real, que me había perdido. Se echó a llorar de nuevo, me pidió un abrazo y se lo di, y aunque sentía que aún estaba enamorada de él, sabía que estaba haciendo lo correcto.

Le dije:

- Siento que si seguimos con esto vas a acabar matándome.

Es lo más duro que he dicho en mi vida, pero lo pensaba de verdad. Me dijo que él nunca me haría daño pero instantes después de decirlo y ver mi expresión, me dijo "Lo siento".

No me hizo falta nada más, me puse de pie y rodeé la cama hasta ponerme frente a él. Me suplicó por última vez que le perdonara y le diera otra oportunidad, que iba a cambiar de verdad, que le dejara demostrármelo... mi respuesta fue:

- Cuídate mucho Dani, solo espero que la siguiente chica con la que estés no tenga que vivir todo lo que he vivido yo y que la trates como se merece, que al menos todo esto te sirva para algo.

Y me marché, sin mirar atrás, con el corazón roto pero segura de que con el paso del tiempo, que finalmente fueron años, se acabaría recomponiendo.

Amor a golpesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora