La salvadora

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Narra Maria José

Me había quedado dormida con un libro en la mano cuando me acomode en la habitación. Paulina, esta era mi casa y ella me necesitaba, los nenes me necesitaban y yo los extrañaba, ya no quería estar peleada con ella e iba hacer lo imposible para arreglarnos. Acomodándome entre la cobijas escuche a mi nene moviéndose un poquito, mire su monitor que grababa todo y me di cuenta que no lloraba Ignacio, sino que era María. Su mamá estaba dándole agua y consolándola luego de cambiar el pañal de mi nene. Ella le contaba a su mamá que al parecer su tía Claudia se iba a casar conmigo. Recordé que hoy cuando me lleve un rato a los niños conmigo a ver a Claudia y a su tía Emily, esta se iba a probar el vestido de novia y tontear un poco conmigo. Con razón la actitud de mi hija de felicidad de que regresara a casa se esfumó, pobrecita. Como realmente noté que Paulina se concentró en solo darle amor y calmarla, no fue necesario que le explicara nada. Ella lo entendía, la niña entendió y listo. Veía a paulina sentada en el piso agotada abrazando a María y tratando de explicarle las cosas. Quiero besarla, abrazarla, hacerle el amor, fue un error irme de aquí, estando cerca iba a cambiar. Me quede dormida cuando apago la luz de la habitación, pero sentía que seguía en movimiento

Escuchaba un llanto desgarrador, un llanto que me hacía temblar hasta la fibra más profunda de mi cuerpo. Abrí mis ojos y me di cuenta que no eran mis hijos, era pau.

La habitación de huéspedes está debajo de los demás cuartos, Justo en un entrepiso. Noté que Paulina estaba en el balcón de nuestra casa, mire por la ventana y me paralice, vi la sombra de sus pies. Tenía que actuar ya.

Corrí con todo lo que pude hasta la habitación, cuando abrí la puerta la vi, estaba por tirarse, sus manos solo se tomaba de las barandas, su cuerpo estaba totalmente fuera del balcón sosteniéndose de la cornisa. No pensé más en salvarla. La tomé en el mismo instante cuando se soltó, entrelace mis brazos en su cadera y ella lloraba, solo lloraba.

La arrastre hasta poner sus pies en el piso del balcón, la pegue a mi pecho y la lleve hasta la cama. Mi hijo lloraba también. Cerré la puerta del balcón con seguro, corrí a traer a mi bebé, que solamente se le había caído si chupón. Ella seguía de costado en la cama, apague la luz, encendiendo la veladora en una luz tenue abrazándola.

- Te amo amor de mi vida, jamás pienses en hacerte nada malo, yo no puedo vivir en un mundo donde tú no existes, tenemos tres hijos mi amor. Te amo mi vida. 


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♥ Las leemos nosotras a ustedes ahora. 

Nos vemos pronto ♥

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