Sí, acepto

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Este estaba siendo el uno de los días más felices de mi vida ni bien llegamos a Cuernavaca se llevaron a Pau mientras yo me quedé sola con mis niños.
- Mami ¿Que está pasando? - Mar veía sorprendida la decoración del lugar
- Es una sorpresa mi amor.
- ¿Para Bruno y para mí?
- Es para mami Mar, hoy se casan nuestras mamis- Bruno, mi cómplice se moría por decirle todo a su hermana.
- Si siiiiii al fin!!!!- nunca ví los ojos de María brillar tanto.

Mis niños estaban más felices que de costumbre, durante el camino a la habitación ellos en su idioma hablaban de esto y aunque mi niña se sintió mal por no haberla incluido en los preparativos, entendió todo.

En la habitación estaba mi madre, lucía radiante y nos esperaba para ayudarme con los niños.

- Bien Mar, que te gustaría usar ¿Vestido o traje? - sus ojitos se iluminaron al ver la cama llena de ropa, dos juegos de vestidos réplicas en color rosa y azul de los que usaríamos Pau y yo y dos trajes de esos mismos colores con flores bordadas
- ¡El vestido rosa! - Mar lo tomo en las manos - Ese quiero mami ¿Es igual al tuyo?
- Ese es como el de tu mamá mi amor, se te vera hermoso.
- soy como mami - se miraba al espejo modelándolo
Bruno me sonrió, el había elegido ese para ella mientras para el y su hermanito trajes iguales en color azul con flores blancas, mi madre los comenzó a arreglar mientras hice lo propio en el vestidor, a decir verdad me había decido por un vestido clásico al cuerpo tenía una cola algo larga y destellos en dorado, apenas podía creer que esto estaba sucediendo parece que fue ayer cuando comencé con esta aventura.

*Flashback*

Llevamos una semana entera en Madrid y los malestares comenzaron, mis hijos están con una gastroenteritis horrible y luego el resfriado, no podíamos volver así. En cuanto mi madre se enteró no se despegó de nosotros, Nos cuidaba a más no poder y aunque yo me enfocaba en mejorar y estar para mis hijos, Pau no salía de mi mente, habíamos pasado por tanto y aunque ella es mi mujer, la madre de mis hijos y el amor de mi vida nos hacía falta algo más y sería hecho en grande. Como era costumbre después de dormir a los gemelos mi madre se pasó por mi habitación, al verme sentada con la laptop sobre las piernas su expresión cambio.

- ¿Dime qué pasa Norma?- la observe por sobre mis lentes
- ¡María José! Respétame y deja esa computadora debes descansar
- Me voy a casar mamá, lo haré en cuanto regrese a México, va a ser algo grande.
-Claro mi amor, pero ahora a descansar si? mami te va a ayudar. Todo saldrá hermoso mientras tu suegra esté alejada de todo.
Suspire, esto sería un caos pero sería maravilloso, Virginia me ayudaría y mi madre también.
Y vaya que lo hizo, llegó de improviso a México junto a mi padre y hermana armando revuelo, había comprado una casa a la vuelta de la nuestra y aunque a Pau no le encantó la idea, entendía completamente que sus nietos la necesitaban. Pero mi madre no alguien sereno, para nada. Paulina sospechaba algo, se molestaba que mi madre digite mi vida, y en realidad no podía decirle la verdad. Era yo quien disponía del tiempo de ella y mi suegra que, dicho sea de paso grito y salto de felicidad cuando le conté, aunque si, hubo gritos y "tu no sabes absolutamente nada de cómo hacer una fiesta norma, y menos lo que le gusta a mi hija" "a tu hija le gusta la mía, así que mira usted señora, yo se que le gusta" insufrible. Este disgusto aumentaba cada tarde que nos desaparecimos o en casa reunión cuando nos apartabamos de todos, la realidad es que está boda estaba en curso. Nuevamente Robertas era mi cómplice... no cómo estás mujeres. Aunque no todo fue hermético ... este secreto fue descubierto por Ernesto que hubo que sobornarlo, él tenía la política que nada le ocultaba a su niña, a su mejor amiga (a su cómplice de aventuras diría yo) , pero también por mi campeón.

- Mamiiiiii ¿vamos por un helado?

Ahí estamos las 5 con varias revistas y muestras de tela en el despacho de Virginia, Bruno nos había descubierto en medio de los planes, claro que no se dejó sobornar y pidió ser participe, lo convencimos que era solo para mirar algún modelo, pero nada más y le restamos importancia. El no era tonto, el sabía que era un secreto...

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