Cuerdas

181 27 2
                                        


...

Mi cabeza daba vueltas, mi cuerpo dolía tanto. Cuando quise incorporarme noté lo que estaba pasando. Estaba en una silla con mis manos y pies atados, ni bien abrí los ojos me supe en una habitación con luz tenue y una de mis peores pesadillas frente a mi.

- Vaya vaya, la princesa ya despertó de su sueño - Carlos estaba frente a mi con un arma en su mano

- ¿Qué es esto? ¿Por qué estoy aquí? - notaba mucho voz temblorosa, entendí porque, este estupido me había drogado

- ¿De verdad lo preguntas? Creías que todo se iba a quedar así, después de todo lo que me hicistes.

- ¡Estás loco! No te hice nada - me movía intentando zafarme

- Me quitaste lo que era mío, volviste a llenar la cabeza de MI Paulina con tonterías y ahora me quieres quitar a MI HIJO

- ¡Por dios! No te basto todo lo que viste, Ignacio es mi hijo, Paulina me eligió a mi, por favor entiéndelo y déjame ir, no presentaré cargos.- De inmediato dejó el asiento y con una estúpida sonrisa se acercó a mí apuntando directamente a mi cabeza.

-¿Por quién me tomas? Tu no saldrás jamás de aquí, no permitiré que te quedes con lo que es mío, te veré sufrir el peor de los dolores y después acabaré contigo maldita- su arma golpeó mi sien. -

- Si algo me pasa Paulina me buscará por cielo, mar y tierra, no descansará hasta encontrarme y dar con el responsable.

- ¿De qué hablas?-  su risa burlona llenó el lugar- Paulina ni se acordará de ti, ya ocurrió desapareciste por siete años y ella no hizo nada por buscarte, corrió a mis brazos y ocurrirá de nuevo.

-No sabes cómo sucedieron las cosas, aún tienes oportunidad de librarte de esto, solo déjame ir, nadie sabrá que fuiste tú.

- Calla puta - otro golpe esta vez en mi ojo, el dolor era insoportable- Aún no se que te vio Paulina eres tan insignificante, una cosa tan rara- con el arma recorría mi cuello y pecho, sentí como claramente mis manos no estaban tan bien atadas, quizá habría solución- No eres siquiera atractiva, seguro no sirves ni para divertirse o quizá si, lo averiguamos y después vas a desaparecer porque en este mundo no sirves para nada.

- ¡Basta! ¿Qué es lo que quieres? No puedes obligar a Paulina a amarte.

- Lo hice una vez lo puedo volver a hacer, si no fuera por ti estaríamos juntos ahora, criando a nuestro hijo, hmmm como la extraño. mientras tú te regodeabas de tener  su amor yo la tenía en mi cama, la hacía mía una y otra vez, nos reíamos de ti y los seguiremos haciendo, en cuanto desaparezcan ella se olvidara de ti y comenzaremos la vida que nos merecemos.

Estaba destrozada, si bien sabía que nada de lo que decía era real escucharlo me lastimaba, solo pensar que podría no volver a ver a mis hijos o a Pau era algo que no quería ni pensar, tenía que actuar rápido para salir de aquí.

-Te quedas callada porque sabes que es la verdad, eras nada en la vida de Paulina, y así como llegaste te volverás a ir- de nuevo me golpeó, una bofetada que me desestabilizo -
- Ella jamás te elegiría, aún no estando yo en su mundo, no lo hizo ¿o si?
Carlos se rascó la sien y sin darme cuanta había hecho cambiar su plan.
- ¿Quieres hablar con Paulina? ¿Cómo me elija a mí y no a ti? Perfecto

- No, déjala fuera de todo esto-

- No estúpida, escucharás de sus propios labios el asco que le das.

Se alejo de mi abandonando la habitación, las cuerdas que ataban mis manos comenzaban a soltarse, pese a la oscuridad pude notar que estábamos en la cochera de nuestra antigua casa, de la casa de Pau.

No sé cuánto tiempo pasó pero él volvió esta vez con mi bolso en sus manos.

- Mira nada más, tan cursi que das asco - había tomado mi celular desbloqueandolo al instante-  Eres tan predecible, esperemos que por lo menos Paulina te responda.

Y así fue, al segundo todo ella respondió asustada, podía oírlo por el altavoz

- Majo mi amor por fin, ¿Dónde estás?

- Yo muy bien mi amor, está ya veremos.

- Carlos ¿Qué demonios está pasando? ¿Dónde está María José? Te exijo que me des una explicación

- Shhh no estás en condiciones de exigir nada, te espero en 10 minutos en nuestra casa y más te vale que vengas sola sin avisarle a nadie o ninguna de las dos sale de aquí- cortó de inmediato.

- Muy bien, esperemos a que tu amada mujercita venga, no te imaginas todo lo que tengo preparado para ella.

Después de lo que pareció una eternidad en la que él estuvo frente a mí apuntándome con el arma al fin escuché su voz.

- ¡¡María José!!

- Por aquí preciosa, te estamos esperando- y por fin la luz se encendió por completo, ella corrió de inmediato a mi- No no alejate de ella, ¡¡ahora!!

- Carlos ¿Qué carajos es esto? Suelta a María José.
Carlos estaba frente a Paulina, dejó de apuntarme para señalarle con el arma que se alejara.

- No mi amor, tú no estás en condiciones de exigir nada, aquí mando yo.

- Carlos déjala ir, ella no tiene nada que ver con esto, tenemos niños pequeños que la necesitan- no sabía cómo hacer que entrara en razón, pensaba en mis tres hijos, en Paulina y el miedo que podía tener ahora mismo.

- ¡Esos hijos deberían ser míos! Tu eres una maldita que se interpuso entre nosotros pero ya no más, ya no más puta - Se acercó a mí y de nuevo golpeó mi rostro un par de veces, escuchar el grito desgarrador del Paulina era terrible-

- ¿Qué quieres Carlos? Dime y te lo doy pero déjala a ella.

- Te quiero a ti, siempre te quise a ti pero tú estabas ciega y preferiste a esta que te abandona a la primer oportunidad y no a un verdadero hombre como yo pero eso se acabó, te lo digo aqui Paulina de la Mora si no eres mía no serás de nadie.

Un escalofrío paso por mi cuerpo cuando se alejó de mí y se acercó a ella, ahora estaba apuntandole directo a la cabeza, tenía que actuar rápido.

- Carlos yo....

- Carlos nada, jamás debiste irte de mi lado y ahora tu adorada María José va a sufrir las consecuencias y tú jamás la volverás a ver ni a ella ni a tus hijos, pero primero nos vamos a divertirnos  un rato o ¿que no recuerdas lo mucho que nos divertíamos juntos? pero ahora tendremos una espectadora.

- Déjala ya, te quieres vengar de mi no de ella mátame de una vez- el estaba ido y no me escuchaba, aún las cuerdas de mis tobillos están muy fuertes para soltarme, pero cedían lentamente

- Callete, que a sus hijos no los vuelven a ver, hoy  muere Paulina  y adivina quién será tu asesina- la miraba y recorría con la punta de la pistola su cuello-  el amor de tu vida la que descubrió que la engañaba con el verdadero padre de sus hijos al que dejaste casi muerto para que no pudieran huir juntos. Pero no te irás sin antes sufrir lo que yo sufro día a día.

Lo que sucedió a continuación fue simplemente desgarrador, él la tocaba y se restregaba, podía ver cómo Paulina contenía el llanto, la besa de manera obscena hasta que sus labios sangraron.

- ¿Lo ves? Nadie como yo para hacerla gozar y tú desnúdate, dale el último espectáculo a este

- Carlos por favor - Paulina lloraba

- Cállate y obedece

Ella lo comenzó a hacer lento, pero Carlos  arrancó la blusa, volvió a tocarla y besarla ahora Paulina se resistía, forcejeaba cosa que lo desesperaba lo pude notar cuando apuntó a su cabeza una vez más, estaba a punto de soltarme cuando escuché un grito de Paulina.

- Carlos por favor, estoy embarazada-

- ¿Qué? ¿Cómo?

- Estoy embarazada

- Eres una estúpida- Dejó caer su arma y abofeteó a Paulina quien en un arranque le regreso el golpe haciéndolo caer y lanzarse a golpearlo gritando toda clase de improperios al tiempo que se escuchaba un disparo.

- ¡Ayuda! !ayuda por favor!

Siempre serás tu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora