Capítulo 5

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¿Adivinen quien tiene novio? ¡Si, yo! JA ¡Y decían que era una perra sin corazón! ¡En sus caras, idiotas!

He pasado todo el fin de semana con mi cabeza en otro lado, pensar que me he enamorado me vuelve loca, es algo completamente desconocido, quiero dar todo de mi cuerpo y mente para que esto funcione.

Cuando terminó nuestra cita, lo primero que hice fue llamar a Ru para contarle todo, se emocionó y me felicitó, dio los típicos consejos de mejores amigas, también se puso celosa porque decía que ya no iba a tener tiempo para ella y esas cosas. El sábado en la tarde nos quedamos con Tora hasta la madrugada en una video llamada, hablamos de todo, desde el primer año de cursado hasta ese día. El domingo llegó a mi casa con helado para estudiar para la evaluación que tendríamos el lunes; comimos, estudiamos, reímos, uno que otro beso y abrazos, nada de que sobrepasarse.

Ahora era comienzo de semana, con exámenes hasta el techo, momentos de estrés y depresión si lo vemos de todos los lados posibles, y más si hablamos de una carrera universitaria que depende mucho tu salud mental.

Llegué al salón y me dirigí hacia mi pupitre, Kazutora y Rumi todavía no llegaban por lo que decidí dar una revisión a mis apuntes antes de que viniera el profesor de la cátedra. Estaba concentrada leyendo los cuadros y esquemas cuando siento una presión en mi frente, levanté mi vista y ahí estaba mi novio con una sonrisa en su cara y ojos entrecerrados.

- Buenos días, angelito –saludó.

- Buenos días, Tora –me levanté y le di un abrazo- ¿y ese apodo? ¿a qué viene?

- Pues... cada vez que te veo me siento en el cielo, eres hermosa y tu presencia es tierna, tu cara parece talla por los mismos dioses. Nada más que agregar, solo tú eres digna de ese sobrenombre.

Lo miré a los ojos sonrojada y le estaba por dar un beso, pero siento un peso en mis brazos.

- ¡Oye! ¡Suéltala, la contaminas!

Rumi ingresó por la puerta y tiró su bolso entremedio del pelinegro y yo. Comencé a reír, Hanemiya solo curvó sus labios en modo divertido.

- No seas así, Rumi-chan, no me la robaré.

- Ajá si –me robó de los brazos de él y me abrazó- Mas te vale cuidarla, Kazutoro-kun, ella es mi vida y no dudaré en matar a quien la dañe.

- Jamás haría algo que la lastime –me jaló de mi extremidad en su dirección causando que quede de medio de los dos, mientras cada uno tenía una parte de mi.

Ellos cruzaron miradas y sentía como el ambiente se volvían tenso y caían rayos donde estábamos los dos.

- E-esto, chicos...

- ¡Todos a sus lugares, comenzaremos con el examen! –avisó el docente cuando ingresó.

Me soltaron, no sin antes darse una mirada llena de celos por parte de los dos.

Madre mía... –pensé con una gotita en la sien.

~~

La primera mitad del día finalizó, me encontraba guardando mis útiles para ir hacia la cafetería como siempre, Ru me "abandonó" porque Mikey la llamó para almorzar juntos y Tora se adelantó para guardar fila ya que luego se llenaría.

Salí del aula y choqué con un castaño de coleta baja, me aprisionó entre sus brazos fuertes en forma de abrazo. Lo hubiera golpeado en su entrepierna si no fuese por su llamado.

- ¡Annaisha, hermana!

- ¡Hikaru, idiota! -me bajó y despeinó mi cabello negro- ¿Cuándo volviste?

Hikaru Abe, mi hermano mayor por tres años, estudiante de arquitectura. Se había marchado por un año a Corea del Sur para mejorar su máster, y al parecer el idiota volvió y no me dijo.

- Llegué en la mañana, padre y madre todavía no saben, así que siéntete especial –respondió con una sonrisa mientras me volvía a abrazar por los hombros.

Estuvimos hablando un largo, poniéndonos al día con nuestras cosas. Me dio un beso en la frente para despedirse, estuvo a punto de sacar su brazo cuando se oyó un llamado por el pasillo.

- Quita tus manos de ella si no quieres marcharte con un ojo morado.

Mi hermano retiró lentamente su extremidad con una mirada seria y enojada en el rostro. El de mechones rubios me jaló de mi mano para ponerme a su lado.

- ¿Quién eres? –cuestionó Hikaru.

- Su novio.

- Lo siento Tora, tuve que llamarte para avisarte que tardaría. Él es mi hermano, Hikari Abe. Nii-san, él es Kazutora Hanemiya.

Los dos se miraban desafiantes, hasta que mi pareja sonrío y habló.

- Oh, no te preocupes Anna-chan –me miró y luego volvió su vista hacia el que se encontraba en frente- Hola, mucho gusto. Disculpa lo de antes, pensé que era otro de los que se quiere sobrepasar con ella.

Mi hermano devolvió el saludo con la cabeza y giró su cabeza hacia mí.

- Nos vemos en casa de nuestros padres, ve sola, haré una cena de bienvenida. -dicho esto, se retiró dándonos la espalda.

Tora me dio un beso en los labios y me arrastró con nuestras manos entrelazadas hasta la cafetería. Nos reunimos con Baji y almorzamos los tres.

~~

Las clases terminaron y con ella mi cercanía con Kazutora, nos despedimos y yo fui directamente hacia la morada de los Abe. Al llegar, toqué el claxon para avisar mi llegada, estacioné mi motocicleta en el garaje y entré por la puerta trasera.

- ¡Llegó por quien lloraban, perras! –grité apareciendo por el comedor.

- ¡No digas groserías Annaisha! –regañó mi madre.

- Primero se dice "hola", estúpida –habló un peliblanco con mechones negros.

- ¿Por qué no cierras el hocico, Hisao? –dije con una vena en la frente- Pareces una cebra así.

Hisao Abe, mi hermano menor por seis años, estudiante de último año, aspira para ser policía.

- ¡¿Cómo que cebra?! -reí e Hikaru me dio un zape en la cabeza para que me callara. Lo miré fulminante y luego corrí a abrazar a mis padres.

Nos saludamos y fuimos hacia la mesa para cenar tranquilos. Comenzamos a hablar sobre el viaje de nii-san, mis estudios y los del menor, el trabajo de papá y el club de repostería de mamá; todo era paz y tranquilidad, hasta que el mayor de los hermanos Abe decidió hablar.

- Annaisha tiene novio.

Escupí mi té y comencé a toser, todo el ambiente se volvió oscuro y auras de sed de sangre.

- ¿Cómo que novio, hija? –preguntó mi padre.

- P-pensaba decirles, de verdad –corrí mi vista, no podía verlo a los ojos- P-pasa que el viernes oficializamos, era muy pronto para comentarlo.

- ¿Es buen chico?

- Si/no –respondimos al unísono con el castaño.

- ¿Por qué dices que no?

- Amenazó con golpearme si tocaba a Anna. Son los típicos novios celosos, te recomiendo dejarlo.

Me quedé mirándolo confundida y enojada a la vez. Tora solo me defendió, es cierto cuando dijo que hay chicos que son de sobrepasarse conmigo, aparte, ni siquiera sabía que era mi hermano.

- No conocen a Kazutora, no lo hizo de mala gana, solo me defendió, además no sabía quién eras –justifiqué.

- ¿Por qué no lo invitas a cenar, mi niña? –habló esta vez mi madre en tono amable- Ella tiene razón, no lo conocemos y no sabemos la razón de por qué lo hizo. Es bueno que nos conozcamos entre todos en una cena.

Suspiré rendida y asentí con una sonrisa. Los hombres presentes solo hicieron un puchero de niño berrinchudo y se cruzaron de brazos mirando a otro lado, con mi madre reímos y seguimos con nuestra cena echando en cara lo celoso que son.

Ángel || Kazutora HanemiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora