Las vacaciones de mitad de año se acercaban, y por consecuente, el inicio del infierno de los exámenes. Esta semana no he logrado pasar mucho tiempo con Hanemiya y eso me desanima un poco, pues me acostumbré a tenerlo a mi lado casi todo el día, a él le gusta estar a mi lado y por mi parte es recíproco. Sin embargo, el pelinegro ha podido colarse a mi departamento para estudiar juntos o simplemente a pasar el rato, además, nos veíamos en las horas de clase aunque no pudiésemos charlar mucho.
Hoy era viernes, el penúltimo examen que tendríamos, ya luego del otro viernes tendríamos vacaciones definitivamente. Salía de mi casa cuando me topé con Tora, comenzó a venir a por mi todas las mañanas para que nos fuéramos juntos a la universidad.
- ¡Buenos días, estrellita! ¡El mundo te dice hola! –chillé abrazándolo. Según mi hermano mayor, cuando me declaré en pareja comencé a ponerme más melosa, pero no me importa, supongo que es normal ¿no? Después de todo es mi novio.
- Buenos días mi ángel –correspondió el abrazo con una sonrisa de lado y me tomó de la mano así camináramos hacia el instituto.
Mientras andábamos por la acera hablamos de cómo sería la prueba, qué tan difícil será, preguntamos nuestras dudas y nos respondíamos, cosas así.
Al llegar solté su mano para ir a abrazar a Rumi, que al verla me quedé congelada en mi sitio, pues estaba muy amigable con Baji, y no hablo de amistad literalmente.
- Llegamos temprano, deberíamos dejarlos un rato hasta que suene el timbre de entrada –susurró en mi oído.
- Ahora es ella quien me deja de lado.
- Me tienes a mí, si yo estoy no necesitas a nadie más a tu lado, solo a mí... –dijo en un murmullo que no logré escuchar en su totalidad, solo lo ignoré.
Fuimos hacia el patio y tomamos asiento debajo del gran árbol que nos cubría con su sombra, estábamos entrando en verano y el calor ya se hacía presente, y la hermosa primavera dejó que sus hojas verdes crecieran de forma que formaran un escudo para los rayos ultravioletas que se radiaba la estrella más grande.
- Oye amor... –habló severo- No hace tanto calor como para poner un pantalón corto.
Él se encontraba sentado afirmado en el tronco del árbol mientras que yo estaba en sus piernas con mi espalda pegada en su pecho. Al oírlo, subí mi cabeza con una ceja alzada, lo miraba confundida, pues hoy estaban haciendo casi 30° grados y estaba que me moría.
- Emmm, si hace calor ¿Acaso te molesta? –contraataqué mirándolo seria mientras me levantaba pues el pequeño tiempo antes de entrada había terminado.
- A decir verdad –copió mi acción a la vez que se rascaba la nuca- Si, todos te están mirando y eso me molesta.
Comenzamos a caminar hacia el salón, lo miré unos segundos antes de responder, pues me parecía algo idiota de su parte.
- A mí también me fastidia, pero no les doy importancia. Además, los demás no me interesan, estoy en pareja contigo, no con los demás –respondí en un intento de calmar su "inseguridad", si así lo puedo llamar.
- Que tú no les des importancia no significa que yo también lo haga, odio que te vean como animales asechando su presa –tras decir eso me dio la espalda para retirarse, abrí mis ojos indignada y lo tomé del brazo para que me diera la cara, cosa que lo logré.
- Si estás enojado, no lo hagas conmigo, yo no tengo la puta culpa de que hombres repugnantes y necesitados me vean de esa manera, solo soy una chica que se viste como le gusta y no por intenciones de otros debo cambiar. Si tan molesto te encuentras, metete con los otros y sácales los ojos, no conmigo. –lo solté y me retiré al salón echando furia.
~~
Las clases concluyeron y en toda la jornada no le dirigí la palabra a Kazutora, pues no siento que yo deba disculparme. En los descansos hablaba con Rumi sobre lo ocurrido, ella me apoyaba y me distrajo de todo el problema con sus chistes o con solo darme de comer mis dulces favoritos; asimismo me contó que estaba comenzando un amorío con Keisuke, algo que me puse muy feliz pues se notaba a kilómetros que era un amor mutuo y que solo hacía falta amoldarse para luego obtener una linda vasija.
Al salir del edificio fui a paso lento hacia mi apartamento, iba distraída cuando escuché un grito a mis espaldas, la voz era la de mi novio por lo que frené mi caminata pero no me di vuelta.
- Anna-chan, yo... –se quedó inmóvil a un metro de mi- De verdad siento lo de esta mañana... Sé que no es tu culpa pero no pude evitar sentirme así... Entiende como me siento ¿cómo te sentirías si otras mujeres me desvistieran con la mirada? –me sorprendí, pues supongo que actuaría igual- Sabes que no lo hice con el fin de hacerte enojar ¿Me perdonas? Juro que no te levantaré más la voz ni reprocharte cosas así, pero no te enojes más conmigo.
Suspiré algo aliviada, pues su argumento estaba bien, lo que no me gustó era que me echara toda la carga de sus enojos. Estaba a punto de girarme cuando sentí que me abrazaba por la espalda, colocó sus grandes manos en mi vientre y su cabeza la escondió en el espacio de m cuello y hombros. Lo oí suspirar y habló luego de darme un beso en el cuello.
- Annaisha... Te amo como no tienes ideas. Por favor, perdóname.
- Tora, yo también te amo –confesé sonrojada y le di un beso en la cabeza- Te perdono, tampoco me gusta estar lejos de ti.
Sonrió y me dio vuelta para darme un beso que detonaba un amor sincero, era sueva y dulce, como solo los daría él.
- ¿Quieres que vayamos a tu casa? –dijo tras terminar el beso. Asentí y nos dirigimos hacia el departamento.
+18
Cuando los dos jóvenes adultos se adentraron al hogar de la chica, se ubicaron en la cama de dos plazas abrazados mientras disfrutaban una película de acción.
A mitad de la cinta cinematográfica, él comenzó a acariciar sus muslos y besar su cuello, y como resultado, las mejillas de la fémina se tiñeron de un rojo carmesí. La pelinegra giró la cabeza para verlo a los ojos, su mirada tenía un leve brillo, él tomó suavemente la mano de su amada y la besó, comenzó un camino lleno de estos, desde sus dígitos hacia sus labios de tono rosa, la besó. La besó con ternura mientras acariciaba su rostro sonrojado y suave, a la vez que abrazaba el cuerpo de la contraria y la tumbaba lentamente en el abultado colchón, seguía besándola y ella correspondía feliz.
- Sé que no soy el primero. Pero ¿me dejas ser el último? –cuestionó en un susurro cuando terminó ese lascivo encuentro entre labios. Habló como si temiera que alguien los escuche, como si estuviera cometiendo el más grave de los pecados.
Ella, en respuesta solo asintió con la cabeza con una sonrisa, segura de su decisión. A la luz de aquella pantalla de cincuenta y un pulgadas y siendo esta la única testigo de lo que harían, empezaron a besarse muy suavemente. Ella se relajó entre sus brazos y disfrutó de todas sus caricias y dulces besos.
Después de algunos minutos, estos comenzaron a ser intensos besos con lengua, empezaron las caricias desenfrenadas y palabras de amor al oído, y... finalmente lo hizo. Él se introdujo en ella por primera vez y comprobó lleno de orgullo y felicidad que, a pesar de haber estado otros hombres antes que él, ella solo era de él. Solo había sido suya, de nadie más.
Sobre ella y siendo casi uno solo, embestía y la embestía sin cesar... completamente acalorados y llenos de pasión y deseo, se estaban amando muy ardientemente. Desinhibidos y entregados completamente a la pasión, pero sobre todo al amor que sentían el uno por el otro, estaban uniendo en ese momento sus cuerpos en un ritual de puro y genuino placer.
Annaisha Abe, a pesar de ya haber tenido relaciones varias veces, por primera vez sentía que le hacían el amor. Se sentía amada.
Nota: En primer lugar, este es mi primer relato de este tipo, espero les guste. En segundo, esta historia tendrá entre 15 a 20 capítulos, es algo corta jeje. En tercero, cuídense, los quiero <333
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Ángel || Kazutora Hanemiya
FanfictionUn ángel. Todos tienen una idea de su descripción ¿no? El típico ser espiritual, servidor y mensajero de Dios, que lo asociamos como un joven o un niño bello y con alas blancas como el papel. Un ser lleno de luz, amable y cálido, que te protege y te...