Capítulo 17

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Pov. Rumi

Sudaba frio. Miento si digo que no estoy aterrada hasta la cabeza, el pensar que si doy un paso en falso sería el causante del fin de mi existencia me casaba pánico, pero no daría el brazo a torcer. Salvaría a Isha aunque sea lo último que haga.

- Responde, maldita sea –insistió el sujeto luego de retirarme la cinta.

- No me apartaré –respondí segura- Amo a esa chica, si tienes miedo a que le haga daño, estás equivocado, jamás haría tal cosa.

No podía ver su cara claramente, pero supuse que le enojó mi respuesta porque de sus bolsillos sacó una pistola apuntándome que hizo que cerrara mis ojos con fuerza.

- D-de verdad, juro que no haré algo para lastimarla, solo quiero que ella sea feliz, confía en mí.

Mis ojos los mantenía cerrados, sinceramente solo esperaba el impacto de la bala.

- Solo yo la hago feliz...

- ¡UMI! –se escuchó un grito desde la entrada.

Eso provocó que abriera mis cuencas de sorpresa y alivio, él llegó. Miré a mi secuestrador y vi como la mano que sostenía el arma flaqueaba indicando que no se esperaba la presencia de Baji, era mi momento. Solo tenía mi torso amarrado, pero no a la silla por lo que podía "moverme"; así que me levanté en un rápido movimiento y me abalancé sobre él, provocando que nos tumbáramos en el suelo.

- ¡Kei-kun! –grité al mismo tiempo que le pegaba un cabezazo a mi agresor.

Él no se quedó atrás y con la culata de su revólver golpeó mi cabeza, causando que cayera a su lado.

- Maldito hijo de puta, no te atrevas a tocarla.

Tras decir esa frase, Baji le propinó un puñetazo al costado del rostro, uno tan fuerte como para que tirarlo al suelo. Y no se quedó ahí, sino que se colocó encima de él para seguir con sus golpes.

- Kei-kun... hay que llamar a la policía –dije en un susurro pero lo suficiente fuerte para que me escuchara y se detuviera.

Me arrodillé con dificultad y él rápidamente copio mi acción en frente mío, dándole la espalda al hombre de negro.

- Te dije que te mantuvieras afuera del departamento –me regañó preocupado mientras me desataba de las cuerdas.

Mi cuerpo fue libre e iba a responderle que yo si le hice caso pero que fue culpa del loco, pero antes de reformular una sola frase, el ruido de disparo llegó a mis oídos al igual que el tan conocido líquido rojo alcanzó a mi cara.

- ¿Kei-suke? –pregunté en shock al verlo escupir sangre.

Su cuerpo cayó en mi pecho y no dudé en abrazarlo mientras soltaba miles de lágrimas.

- No te vayas Kei-kun... te amo, no te atrevas a alejarte de mi lado, por favor –dije con mi corazón roto en mil pedazos.

- Yo también t-te amo... Umi... gracias –dijo como último aliento.

Y no pasó mucho tiempo para que tuviera el mismo destino que mi novio, recibiendo el impacto de una bala en el centro de mi pecho, atravesando el cuerpo inerte del pelinegro. Caí hacia atrás aun abrazando a Baji, y los miles de recuerdos se asomaban por mi cabeza, dando a entender que aquí terminaba mi aventura.

Ya no podré pasar tiempo con mi familia, ni disfrutar de las tardes con Isha... Hablando de ella ¿se enojará conmigo por no devolverle su suéter favorito? Me acuerdo que se lo pedí prestado para mi primera cita con Baji... Ah, por lo menos iré con él, así comemos yakisoba juntos, el idiota me obligó a comerla y se volvió mi comida favorita.

Ángel || Kazutora HanemiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora