Capítulo 7

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Sábado y el canto de los pájaros anunciaban un nuevo día, siendo acompañado por rayos de sol que apuñalaban mi persiana que hacía el intento de impedirlo. Abrí mis ojos lentamente y me quedé en la cama en silencio procesando que recién me levantaba, tomé mi teléfono para ver mis redes sociales y luego de unos minutos me levanté para dirigirme al baño y asearme.

Al terminar, fui hacia la cocina para preparar mi desayuno, como no tenía ganas de hacer algo elaborado, decidí servirme un tazón de yogurt de frutilla con cereales y unas cuantas frutillas; cuando ya estuvo listo, fui hacia la sal de estar, encendí el televisor, me senté en el sillón de piernas cruzadas y comencé a comer mi desayuno con una cuchara mientras oía las noticias matutinas.

-... Hoy, alrededor de las seis de la mañana se produjo un accidente automovilístico en la autopista central de Tokyo, el evento provocó un choque en cadena llevándose consigo tres heridos, uno de gravedad y los restantes con heridas leves, además de un fallecido de 25 años –habló la reportera- Hasta ahora, la identificación del masculino difunto es Hajime Kokonoi, un joven empresario...

Al escuchar el nombre se me hizo conocido, pero como no mostraban una fotografía de la persona, no le di importancia, supongo que son los típicos borrachos que salen apenas sale el sol. Terminé mi comida y llamé a Kazutora para decirle que en la noche sería la cena con mi familia, él gustoso aceptó y dijo que me recogería para ir juntos.

Mi mañana se basó en limpiar todo mi departamento, almorzar y ver uno que otro capítulo de "The good doctor", una serie muy buena y más para alguien que aspira a ser como el protagonista. En la tarde hice las tareas restantes de la universidad, concluí un libro que llevaba desde hace un mes intentando llegar al final.

Cayó el atardecer y fui a darme una leve ducha, pues en la mañana ya lo había hecho, sequé mi cabello y cuerpo, decidí vestirme con unas calzas del tono de mi piel, una falda de color beige, zapatos del mismo color, una polera de cuello alto negro y un abrigo que me llegaba por un poco encima de las rodillas de color negro, me desenredé el pelo y lo peiné en una coleta alta, por último, pero no menos importante, me maquillé un poco.

Esperé en el sofá a que llegara mi pareja, lo mejor es que no tuve que esperar tanto ya que a los minutos se escuchó el tono de mi teléfono avisando que tenía una llamada.

- Angelito, estoy abajo –habló en tono dulce.

- Voy –colgué y salí de mi departamento cerrando con llave.

Al llegar a la recepción me despedí con una sonrisa al chico nuevo y fui hacia Tora.

- Hola amor –dije dándole un beso en los labios.

- Hola... ¿esa falda no es muy corta? –preguntó alzando una ceja.

- Emm... no –respondí mientras veía si tenía algo mal- Para mí está bien, no le veo lo malo y me gusta cómo me queda.

Él asintió no muy convencido y me tomó de la mano, no sin antes dar una mirada a la recepción. La casa de mis padres no quedaba tan lejos de mi apartamento, solo unos veinte minutos caminando; fuimos conversando de cosas al azar mientras yo le indicaba el camino.

Al llegar, abrí el protón metálico, saludé al guardia de seguridad quien me devolvió el saludo, caminamos un trazo más y toqué la puerta de entrada.

- ¡Mamá! ¡La adoptada y su novio llegaron! –gritó Hisao quien fue el que abrió la puerta.

- ¡¿Cómo que adoptada!? ¡Si soy la que más se parece a nuestros padres! –reclamé golpeándolo en la cabeza.

Ángel || Kazutora HanemiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora