29. Planes no tan Planeados

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-No sé si pueda hacerlo- me dice Fred.

Esta sentado en la orilla de mi cama, hace dos días que salí del hospital, me siento como si un gran camión me hubiera arroyado, ni siquiera puedo caminar sin que me duela todos mis huesitos.

-Por favor- hago ojitos de cachorro.

Él parece dudarlo.

-No es correcto, además ¿Por qué no contratas a un profesional?

-Si contrato aun profesional lo más probable es que sea descubierto, porque por más profesional que sea Archie tiene mejores hombres que tarde o temprano hallarán a la persona y por lo tanto a mí- él respira profundo- él no pensaría en que tú lo estas espiando, di que si, por favor- junto mis manos rogando.

-Pero...

-Él es el culpable de mi aborto, ¿no quieres hacerlo pagar? - susurro, porque con los chismosos que trabajan aquí uno ya no puede hablar en paz.

-Si, si quiero, pero no soy profesional y si me atrapan, dijiste que los Carrington son peligrosos, ¿qué será de mi dulce vida?

-Yo te protegeré.

-¿Como te protegiste? No gracias- lo miro mal.

-Solo síguelo, intenta que no te descubran y sácale fotos a lo que creas sospechoso.

Él me mira incrédulo.

-¿Solo eso? ¿No quieres que al terminar me dé un tiro? - le envió una mirada asesina y el levanta las manos con inocencia.

-Estoy hablando en serio.

-Yo también.

-Si pudiera lo haría yo sola, pero como veras no puedo- me señalo- además Archie nunca pensaría que tú lo estas siguiendo.

Él silencio reina en la habitación, en realidad espero que diga que sí, cruzo los dedos por que lo haga.

-Está bien, lo hare por ti y por mi sobrino- sonrío y abro mis brazos para que él se acerque a abrazarme.

Se levanta y me abraza teniendo cuidado de no lastimarme.

Nos separamos cuando alguien toca la puerta.

-¡Adelante! -Carla entra con una bandeja en manos.

Fred se acuesta a mi lado.

-Su desayuno, señora- deja la bandeja en mi mesita de noche.

-Gracias, Carla- agradezco sonriendo- ¿El señor Huberman ya llego?

-Aun no, señora, pero aviso que ya viene en camino- asiento y ella extiende su mano con un sobre en ella.

-¿Es para mí?

-Si, señora, es para usted y para el señor Huberman- tomo el papel.

-Puedes retirarte, Carla- ella asiente y se retira.

Observo el papel atentamente.

-¿qué es? - Fred me mira ansioso.

-No tengo idea.

Sera una carta de amor, eso sería emocionante, ¿aun que quien me enviaría una carta? Si no creo que sea eso

-Pues ábrela- muevo mis manos y abro el papel.

Esto en definitiva no me lo esperaba.

-¡Hijos de satán! - Fred me quita la carta para saber de qué se trata.

¿Cómo pueden ser tan descarados? Más Archibald, lo odio.

-Es una invitación para la boda Carrington- susurra mi mejor amigo aun sin creerlo.

Casada con el CEO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora