16. Yo confieso

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Gabriela

Christopher, ese nombre, ese hombre a estado robando mis pensamientos durante los últimos días. Se comporto tan amable y cariñoso que estoy demasiado agradecida, no, esa no es la palabra correcta, pero tengo tanto miedo de aceptar la realidad de mis sentimientos que al parecer volvieron esta vez más fuertes, ¿es amor? no lo se, estoy demasiado aturdida para identificarlo, es ¿atracción? creo que eso nunca lo he dejado de sentir, Christopher y yo somos tan magneticos como el primer día que nos vimos, es ¿confianza? creo que debería darsela, como digo todo es una mezcla rara que ya ni siquiera identifico que es real.

No he pisado mi apartamento en días, he estado quedandome con Greg y Olive, lo cual me ha hecho sentir más que confusa, quiero a Olive, la adoro y estoy dichosa de que hallá vuelto, pero Greg él solo me abrumá, por un lado siento que él es la decisión segura, la correcta, pero por otro lado siento que lo que tenemos no es eléctrico, no es apasionado, es todo tan lineal y predecible, y se que no necesito tormentas ahora mismo y eso solo lo hace más complicado.

Decidí volver a mi apartamento, ya que Gregor se va unos días por competencia, así que Olive y yo nos quedaremos en mi casa, desde que Greg mandó a instalar un sistema más sofisticado de seguridad en su apartamento, así que estará lleno de gente y realmente no creo querer lidiar con ellos ni que Olive se vea estresada.

-Mami, ¿veremos a Chris?- Olive pregunta de la nada mientras vemos una pelicula de barbie y hadas.

Últimamente Olive ve a Chris como su héroe, él la salvo y es su nueva persona favorita, lo cuál no ayuda, pero como digo mi suerte siempre ha sido una mierda.

-No, cariño, él está ocupado trabajando.

-¿Cómo papá?

-Si.

-¿tambien se fue del país?

-No, cariño, pero él tiene mucho trabajo y no lo podemos ver.- trato de explicarle para que se calle y siga viendo la pelicula.

Nadie nunca dijo que tener hijos sería fácil y eso que yo no pase por el parto.

Disfruto de unos momentos de silencio antes de que Olive se suba a mi regazo y cubra mi visión con su pequeño cuerpo.

-¿por qué no? si le dices que coma helado con nosotras, él no va a decir no.

-Cariño, él tiene una empresa, él es el jefe, no puedo irse así por que si- intento disuadirla antes de que haga un berrinche y la quito de mi regazo con cuidado.

-Pero mami, yo quiero ver a Chris y quiero helado.-No me da tiempo responder cuando suena el timbre que me salva de tener que lidiar con la rabieta que se viene.

-Podemos ir tu y yo a comer helado hoy y después veremos, ¿te parece?- intento safarme de sus manitas que rasguñan mi antebrazo.

-¡No!-patalea, lo que sirve para que me desahaga de su agarre y pueda ir a abrir la puerta- ¡Yo quiero un Chris!

Ay yo tambien, espera no, ay no se.

Y como si el cielo la haya escuchado, Chris aparece justo enfrente de mi cuando abro la puerta.

-Escuche ruido y quise saber si de verdad estabas aquí- no me da tiempo responder porque unos pasos retumban en el pasillo de entrada.

-¡Chris! - Olive se avienta al regazo de Christopher para que la sostenga.

Juro que esa niña esta encandilada con mi exesposo, ¿eso debería preocuparme?

-¿nos llevas a comer un helado?- Los ojos azules de Chris conectan con los mios.-Andale, andale, por favor.

Casada con el CEO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora