Casada con el CEO ©

2. La decisión

La campanilla de la cafetería suena y yo levanto la vista para atender a los clientes.

Ay, mi vida no deja de ir de mal en peor.

Pongo una gran sonrisa fingida en cara.

-Gaby, cuanto tiempo sin vernos- menciona el hombre al llegar al mostrador y reconocerme.

-Si, demasiado...

Desde la Universidad en donde me engañaste, tiempos que no me gusta recordar.

Iba a terminar mi frase cuando llego una chica rubia, mejor dicho, mi ex mejor amiga y con un bebe de aproximadamente 2 años en brazos.

Ignorándome olímpicamente se siguió derecho tomando asiento en una de las mesas cercanas y mi ex la siguió.

Camino hacia la mesa en donde se ubican imaginando como desaparecer de aquí.

La mujer después de unos momentos me reconoce y postra una gran sonrisa burlona en su rostro.

Lo que me faltaba

-Qué lindo que trabajes en el mismo lugar que hace años-asiento fingiendo una sonrisa-Al parecer por más cara que sea la universidad no logra hacer milagros- Louis la mira para que guarde silencio.

Abro mi boca para hablar, pero me interrumpe.

-Bueno la universidad solo sirve para la gente que, si merece su lugar ahí, como Louis, él ahora es director de área de una de las empresas más grandes de Inglaterra, que va, del mundo.

Les dedique mi mejor sonrisa de: me importa un comino.

-será mejor que los atienda alguien más

Me retire camino al mostrador.

- ¿clientes difíciles? - pregunta Fred, doy un brinco, no esperaba verlo aquí.

Fred es el dueño de la cafetería y mi mejor amigo, no pasa mucho tiempo fuera de la cocina por lo que verlo fuera era un milagro.

-No tienes idea, recuerdas a mi ex...

-El bastardo que te engaño

-No era necesario recordar eso, pero si, él.

- Oh nena, ya voy yo a atenderlos- dice y se va a tomar la orden de los innombrables.

...

Acababa de terminar mi turno cuando de nuevo vinieron los dolores.

-¿Estas bien? - pregunto Frederick, lo mire directamente a sus ojos grises.

-Si- respondí, aunque ambos sabíamos que no era así- ya tengo que irme a casa, gracias por lo de hace un rato.

- por ti todo, nena- me guiño el ojo.

Sonreí y tomé mis cosas para marcharme.

...

Cuando llegue a la puerta de mi apartamento el mundo se me fue abajo.

'' Aviso de desalojo''

-Mierda- maldije.

Mi vida no podría estar peor, Dios ¿no puedes joderle la vida a otro?

Luego de leer el aviso entre a mi casa y a lado de donde dejo mis llaves vi la tarjeta con el número del hombre de la otra vez.

Era una señal divina

En estos momentos estoy indecisa si llamarle o no, mi vida esta jodida, estoy enferma, el tratamiento es demasiado caro, acabo de ver a mi ex casado con la mujer por la que me cambio, aparte de que me acaba de humillar, me van a desalojar de mi departamento, no tengo familia cercana viva, no puedo ejercer mi carrera y solo tengo un verdadero amigo, mi vida es un desastre en pocas palabras.

Pues llámalo- dice mi conciencia y por una vez en la vida le hare caso

^Llamando^

-Hola- responde una voz masculina a través del teléfono.

-Aceptó.

Hay un breve silencio en el que pienso que él se arrepintió, pero las dudas se esfuman en cuanto contesta.

-¿quieres que nos veamos para aclarar algunas dudas y eso?

-Si-suspire aliviada.

Miro un rincón del pequeño apartamento.

-te veo en el mismo lugar en una hora- y sin más colgó.

Esto podría ser la única forma de salvarme o de hundirme más, pero a veces es necesario ser valiente, porque la vida no es para débiles y lo digo por experiencia. Aquí es decidir o morir.

...
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