Volumen 8: Capitulo 243

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Los asesinos de la iglesia están cayendo al suelo uno por uno.
Las cabezas y extremidades de todo los cuerpo caen al suelo y con muchos chorros de sangre.
Me duele ver a la gente morir así, pero se lo tienen merecido por haberse metido con mis soldados.
Me siento la mala pensando en esas cosas, pero no me importa.
Aunque si es cierto que ver esto es horrible en todos lo sentidos.
¡No quiero ver más estas vistas!
Siento tremendas ganas de vomitar y estoy a punto de hacerlo.
No estoy acostumbrada a presenciar esto y en un solo día he visto demasiado de lo mismo.
¿Eh?
¿Quiénes son ellas?
Acaban de aparecer de la nada seis mujeres demi-humana.
“¿Quiénes son?.” Se dice inconsciente.
Al menos se me fueron las ganas de vomitar.
….
Ohhh…recién me doy cuenta de que están encima de toda la sangre y de los muertos.
¡¡¡Por Flamee!!! Nuevamente tengo ganas de vomitar.
Estos sucesos son demasiados, espero que terminen rápido.
 

XXX
A

morest:
Lo que once grandes soldados no pudieron terminar, lo hicieron seis chicas con uniformes de sirvientas.
Puede que parezca una loca en estos momentos, pero en realidad estoy viendo a cinco sirvientas entre los cuerpos.
¿Sirvientas?
Sigo sin creer lo que veo.
Me cuesta hacerlo.
Seis sirvientas eliminaron por completo a todos los asesinos, eso si me deja sin palabras. Todavía no lo puedo razonar. Además, ahora que me fijo bien, son sirvientas geniales, ya que mataron a todos esos sin manchar sus trajes aunque una parece que si lo hizo.
¡Espera!
¿Son demi-humanas?
Que raro, recién me doy cuenta de ello.
Siento que me deje llevar porque eran sirvientas, pero ahora que observo de nuevo, veo algunas colas y orejas demi-humanas con excepción de una, la cual parece humana y cuya sirvienta es la única que se manchó con sangre.
Se queda observando fijamente unos segundos.
De alguna manera se ven lindas con esos trajes oscuros de criadas, pero aun tengo en la cabeza las imágenes de lo que acababan de hacer con esos asesinos.
No obstante, no puedo quejarme, después de todo nos salvaron y eso me alegra mucho.
Su tristeza y amargura vuelven.
Si tan solo Vicente hubiera aguantado un poco mas, todavía estaría vivo. ¡Maldit*a sea!
Aprieta con fuerza sus manos y se contiene de seguir lanzando lagrimas.
Acababa de ser salvada y no quería preocupar a nadie, mucho menos cuando ahora estaban a punto de irse.
Hmhh
Hmhh
Tengo que dejar de llorar, pero pensar en Vicente me pone triste y es imposible no dejar de pensar en él.

XXX
Z

eltia.
Una de las sirvientes que hace unos segundos había masacrado por completo a los asesinos, ahora tenia al Cardenal en sus manos y para ser exactos, lo tenia del cuello y con el brazo hacia arriba.
“¡Impresionante!.”
A pesar de ser mujer, es capaz de levantar un hombre de esa manera. Creo que nunca sería capaz de hacer eso.
La sirvienta es hermosa y su cuerpo también destaca, pero lo que mas me llama la atención, son sus ocho colas blancas y sus ojos de distinto color. Uno dorado cristalino y otro celeste turquesa.
jamás había visto a tal ser de ocho colas y tampoco pensé que existían.
Es hermosa.
Tiene un rostro serio al igual que las demás sirvientas y daba un poco de miedo.
La mujer de ocho colas suelta al cardenal de casi asfixiarlo y en el piso lo hace arrodillar.
Seguido, lo gira hacia donde estaba yo o mas bien, hacia donde estaba Blofebus y dice mientras nuevamente lo agarra del cuello, pero esta vez de la parte de atrás…

XXX
L

uego de haber puesto al Cardenal en la mira de Blofebus y para que todos lo vieran, Diana muy seria y con una mirada de desprecio empieza a hablar en tanto aprieta la parte de atrás del cuello.
“Soy la líder del escuadrón de sirvientas y este individuo oso meterse con personas que su majestad decidió y prometió proteger…”
Su voz se vuelve fría y su rostro serio con una mirada de puro desprecio hacia el Cardenal.
Estaba muy molesta.
Estaba furiosa con este humano.
El solo pensar que ese individuo que tenia en frente estuvo a punto de matar a las personas que su majestad juro proteger, le hacia hervir la sangre hasta el punto en que parecía que el fluido quería salir de la furia.
Tanto así era su enojo, que ya quería matarlo, pero no lo hacia debido a que deseaba dar su condena con gran desprecio hacia el humano.
“…Por lo tanto, tu pecado fue ir en contra de un dios y de un ser único e inigualable.”
“Ahora mismo te matare, humano.”
“Dime tus últimas palabras...”
El cardenal se muestra arrogante a las palabras de Diana y simplemente suelta su risa asquerosa y retorcida.
“Jajajajaj…Son todos unos tarados y inútiles. Dentro de poco nuestro señor gobernara todo el país y no me importa morir por el, después de todo el es la verdadera personificación del Fénix y no ese falso emperador.”
Esas palabras dejaron en sorpresa y desconcierto a todos los sirvientes de la sala, incluso Amorest y Zeltia estaban de la misma manera con esas palabras.
Pero…El escuadrón de sirvientas Ninjas y Blofebus simplemente se quedaron callados por unos segundos y luego se echaron a reír.
Ahora, el desconcierto en la sala se debía a Blofebus y a las sirvientas demi-humanas.
Nadie entendía porque se reían.
El Cardenal era el mas desconcertado, ya que no vio motivos para que se rieran de lo que había dicho.
Por un momento, la emperatriz, la concubina y los sirvientes de ambas señoras, lograron ver unas sonrisas felices y tiernas en esas terroríficas sirvientas que habían acabado en un parpadeo con todos los asesinos.
Era incluso raro verlas sonreír de esa manera tras haber hecho algo como eso.
“Bueno, parece que no tienes unas ultimas palabras, que lastima.”
[Nicol] “Que pena por el pagano, sin duda una pena. Ni siquiera valía la pena escucharlo decir sus ultimas palabras.”
Dice con un rostro serio y con unos ojos de gran desprecio.
[Lewi] “¡Que tonto!, ¡Que tonto!, se nota que no sabe nada.
Menciona entre risas orgullosas y alegres la Lamia.
[P.P] “Naciste como un ser primitivo y morirás siéndolo.”
Decía el androide con mucho desprecio y seriedad mientras movía su cola metálica por el enojo y golpeaba el suelo tan fuerte, que poco a poco rompía el piso.
[Astra] “¡Ahhhhh!...Ustedes los de la iglesia, que no han visto la majestuosidad de un mismísimo dios, no tienen derecho a llamarse religión.”
Menciona la Zombi muy feliz y sonrojada por lo que decía.
[Chiti] “Las palabras de su majestad son Ley, ¡Miau! De desprecio.”
Dijo en su tono tierno el leopardo de piel nevada.
Todas y cada una de las sirvientas no pudieron evitar pensar desconcertadas y sorprendidas por lo que Chiti había dicho ¿Miau de desprecio?.
Sin embargo, dejaron de pensar en eso segundos después y Diana se preparo para matar al humano.
Mientras Nicol y P.P le agarraban los brazos al Cardenal, Diana se ponía a un costado y acercaba sus labios a la oreja del individuo de la iglesia.
¡Humano tonto! Nosotros fuimos quienes hicimos que sus planes se cumplieran y todo esto siempre a sucedido como su majestad lo ha predicho. Además, nosotros le entregamos la mayoría de las bestias, así que siempre estuvieron en las palmas de su majestad. Siéntanse orgullosos por haber servido de alguna forma a su majestad
El cardenal, sorprendido por ello, gira su cabeza ferozmente hacia el costado en que estaba Diana y le empieza a exigir respuestas entre gritos de desesperación.
[Diana] “Ya es muy tarde para que responda o escuche tus ultimas palabras.”
Diana levanta su pierna por encima de la cabeza del cardenal.
“No soy una persona de mucha fuerza, pero no se necesita mucha para sacar la cabeza de un ser vivo, lo digo por experiencia.”
Baja a gran velocidad su pierna por arriba de la cabeza y la corta de una manera tan gentil y elegante, que ni se noto el ruido del corte o el mismo.
Fue un golpe directo de pierna lo que hizo que la cabeza del Cardenal cayera al suelo y rodara por el suelo.
“Todos los paganos deberían de morir.”
《El plan trataba de impresionar a los humanos y creo que funciono, ¿verdad?...O eso creo》
《Es momento de poner fin a todo esto y volver con una victoria a la capital de nuestro majestuoso reino.》
《 Extraño mucho pasear por la capital y hablar con mis amigas.》
《Mmmmm…Creo que lo que mas extraño en estos momentos es estar cerca de su majestad. Espero verlo pronto.

Mi Reino Fue Transportado A Otro Mundo 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora