Mi Reino Fue Transportado A Otro Mundo 2

Volumen 9: Capitulo 329

“Ese fue mi último recuerdo y momento junto a los demás gobernantes. Después de eso no nos vimos más.”

Menciona con una sonrisa y algunas lágrimas.

El pueblo había visto la emoción de su majestad al despedir a sus compañeros.

Muchos no pudieron contener sus lágrimas al ver ese rostro y ese cielo en el que se alzaban los seis gobernantes juntos en su última batalla.

Mientras unos lloraban de emoción o tristeza por su rey, otros gritaban palabras de consuelo.

Duro entre cinco y diez minutos este momento.

Izet se le acerca por detrás y toca suavemente su espalda con su mano.

“Padre, ¿estas bien?.”

Se da vuelta entre lágrimas y abraza con fuerza a su hija.

Suelta algunas lágrimas más y se las ceca por completo.

Seguido de ese abrazo de diez segundos, hizo una sonrisa y miró hacia donde estaban todos sus generales.

“Tan solo quería hacerle una despedida a mis compañeros.”

“Les agradezco a todos por estos hermosos momentos y esperó que comiencen este nuevo año junto a su familia.”

Tras eso, se despide de la transmisión y todo se termino.

“Con respecto a ir a ese bar…Ustedes adelántense, yo iré después. No se preocupen por mi, tengo algo que hacer en mi cuarto.”

Breisha iba a decirle algo a su majestad, pero Tiamat la detiene rápidamente al sostenerle el brazo con fuerza.

Luego, los generales, las sirvientas y los demás que se encontraban en la fiesta del palacio sonríen y asienten todos con un “Como usted diga, majestad.”

De esta manera todo se fueron a aquel bar y su majestad se dirigió a su cuarto.

Una vez en su habitación, salto a su gigante cama con techo y se cubrió el rostro con su brazo a pesar de que no se encontrará nadie con el.

El cuarto esta completamente oscuro.

Lo único que iluminaba un poco el cuarto era la luz de la una que entraba por la ventana del balcón.

“Se que dije que no voy a llorar más, pero es difícil.”

“Ver la imagen que yo mismo recree en el cielo era tan hermosa, que me fue casi imposible no emocionarme.”

“haa…estoy cansado y todavía tengo que ir al bar a beber con las sirvientas y los generales.”

“Me voy a recostar un poco y voy a descansar.”

Dijo con un tono tranquilo mientras se secaba las lágrimas.

A penas giro su cabeza hacia el lado de la puerta e intento cerrar los ojos, alguien toco la puerta.

Yossu no tenía ganas de ver a nadie, así que estaba a punto de decirle que se fuera, pero lo pensó un poco y decidió preguntar.

“¿Quién es?.”

Menciona agotado y de mala gana.

Detrás de la puerta recibe una respuesta, pero se sorprende al escuchar la voz de esa persona.

Ese fue el factor suficiente como para hacerlo levantar de su  cama e ir ansioso a abrirle la puerta a esta persona.

Al abrirla, se encontró con una mujer de largo cabello blanco y ojos rosas.