Volumen 9: Capitulo 299

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Me encanta ver cosas nuevas y explorar este mundo, después de todo es algo nuevo e inexplorado para mi y mi reino. Hace que se me pongan los pelos de punta de solo imaginar las mil y una cosa que podemos descubrir junto a mí reino en este mundo.

Es todo lo que soñé.

Estoy con la gente que quiero y en mi mundo soñado.

Lo único que no me gusta es no poder estar rodeado hablando con mis antiguos amigos.

Mi amistad con ellos es lo único que mantengo y deseo tener por el resto de mi vida, en especial a Lemilia.

Me gustaría volver a verlos, pero no creo que sea posible.

Creo que ya es momento de dejarlos ir.

Ósea, siempre pensaré en ellos, pero con esto me refiero a dejar de lamentarme por no poder verlos junto a mi. Si se pudiera seria genial.

Haré todo lo posible para proteger mi reino y el de mis compañeros mientras me divierto.

Protegeré a toda mi gente y haré que todo el mundo sea parte de Orbis, haciendo que quede para la historia.

Además con mi última visita descubrí el nivel en el que se encuentra este mundo.

Es igual de cruel que en el que vivía.

La gente poderosa se aprovecha de los débiles aunque esto no creo que se pueda cambiar ni con el tiempo, pero capaz se pueda reducir un poco.

Gobernare sobre todo y haré lo posible para darle un buen futuro a este mundo así no se va corrompido como el mío.

Parece que Orbis tiene un largo trabajo por delante.

Sin embargo, siempre daré prioridad a la capital de Orbis.

“¡Ah, estoy cansado!.” Grito inconsciente en la habitación.

Ya llevo varias horas leyendo y firmado papeles.

Mucho de estos papeles son importantes, esto por no decir la mayoría.

Por lo tanto es agotador tener que leer cada minúscula letra y decidir sobre que hacer.

Gracias a dios no soy el único haciendo esto. Por más que sea casi un dios para mi pueblo mi mente no se le compara y no es que no me canse o sienta hambre o sueño. Cada cosa de esas las siento, no soy tan perfecto como lo cree mi gente.

Por suerte tengo a mi querida hija trabajando a un lado.

Ella me ayuda y se ocupa de la administración contable.

Tuve suerte de no tener que hacer contabilidad. Soy bastante malo en ello.

¡¡¡Malditos asientos y malditas cuentas contables!!!

Se que eso es importante, pero mi cabeza no llega a tanto.

Si no fuera por Izet no sabría que hacer.

Ah…parece que después de todo soy un dios que se hizo un milagro así mismo, ya que soy yo el que creo a Izet con ese talento de la contabilidad.

Además de eso, me entrega varios documentos para que ya los firme y no tenga que leerlos.

Es mi hija, me conoce bien, así que tan solo me dice que lo apruebe o no. Somos un gran equipo como padre e hija.

“¡PAPÍ ME ESTOY MURIENDO CON TODO ESTE PAPELEO, ya llevamos un buen rato acá.” Grita Izet entre lágrimas.

“No se como haces para firmar todos esos papeles, incluso no puedo ver fin a todo esto.” Dice muy entristecida y con sus brazos postrados en la mesa.

Mi Reino Fue Transportado A Otro Mundo 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora