Mi Reino Fue Transportado A Otro Mundo 2

volumen 8: Capitulo 247

Adeben:
“¡OH Por dios! ¿Qué está sucediendo afuera?.”
“Porque esos inútiles soldados ni siquiera pueden alejar a un grupete de personas.”
“Es irritante tener que escuchar los gritos de todo lo que sucede afuera.”
No le cuesta nada a mis soldados salir y matar a todos los que se opongan.
Todos los humanos de este reino son mis subordinados, por lo tanto, tienen que estar felices cada vez que doy mis ordenes y mucho más si tienen que morir por mi, su majestad, el dios entre dioses.
Sigo escuchando gritos tras gritos que provienen de fuera, pero no se van nunca.
Escuche que estamos siendo atacadas por monstruos y la capital no tiene suficientes soldados como para defendernos de todos ellos o al menos eso me contó uno de los soldados.
Lo primero que hice cuando me dijeron lo que sucedía, fue prevenir mi vida, después de todo mi vida es la más importante. Si yo muriera, ¿Quién gobernaría?
La sala del trono esta cerrada y solo estoy yo, mis soldados y algunos que otros sirvientes.
Mande a algunos sirvientes a buscar a mis esposas e hijos, pero parece que todavía no las han traído.
Sin contar, que mire por donde mire, solo veo a soldados inútiles y miedosos.
Todos están tiritando del miedo y en sus rostros se nota.
Si el antiguo líder de mi guardia real estuviera aquí, entonces no estaría con estos inútiles.
Además, se supone que Zero, el nuevo líder de la guardia real tendría que estar acá, pero en ningún momento volvió.
El dijo que comenzaría a trabajar en este mismo día, pero parece que la situación actual lo esta haciendo demorar y no creo que con lo poderoso que es termine muriendo, así que tengo que esperar, lo cual me molesta.
Además, será un problema si el ejército principal, que se encuentra afuera de la capital no vuelve lo más pronto posible
Ahhhhh!!!! Todos son unos inútiles.
El único del que puedo estar seguro de que vendrá, es Frederick, así que espero que venga rápido.
Si esto continua me voy a volver loco.
No puedo parar de escuchar esos gritos molestos.
Me estoy volviendo paranoico si esos ruidos no se detienen
 
Al instante pega un fuerte grito.
“¡Maldición! ¡Que alguien acabe con esos gritos molestos!.”
“¡Me arte! ¡Me arte! ¡Me arte!.”
“Preparen las cosas para partir a la ciudad Litalica. No aguanto ni un segundo más en este lugar. Luego de que lleguemos a la ciudad nos prepararemos para retomarla.”
Grito a no dar más.
Estoy irritado y molesto.
Un soldado se acerca y le dice “Pero su majestad…La emperatriz, la concubina y el príncipe heredero todavía no han llegado. ¡Tenemos que esperarlos!.”
¡¡¡Por dios!!! Este tipo es un tarado o se hace.
“Soy la persona más importante del imperio, que carajos importa la emperatriz y la concubina.”
“Ya enviamos a alguien para que las trajera, pero no hemos tenido noticias sobre ellas, así que prioricemos los que estamos acá y marchémonos en cuanto podamos, en futuro puedo tener otras esposas y príncipes herederos.”
Ante esas palabras de enojo, se calma y vuelvo a sentarse en el trono.
Mmmm…
¿Por qué todos tienen rostros tristes?
No los entiendo.
Me cuesta entenderlos.
¿Por qué estar tristes por otras personas, siendo que ellos se van a salvar?
Además, la prioridad soy yo, no la emperatriz o el príncipe heredero.
Si continuara enamorado de la emperatriz o de mi concubina, entonces de seguro pondría ese tipo de cara, pero como me aburro de todo rápido, no tengo porque encariñarme con las personas.
Al principio quede encantado con Amorest, pero con el tiempo su belleza me fue aburriendo y opte por algo nuevo.
Necesitaba algo nuevo para satisfacerme y dejar de estar aburrido, así que forme una alianza con el imperio de Tursan e hice que me casara con otra belleza.
Y después de un tiempo nuevamente me canse de ella….
Lo mismo me paso con mis hijos y al poco tiempo de verlos nacer, me aburrí tanto, que ni hasta el día de hoy quiero verlos.
Luego de todo eso entre en razón y pensé…
“Mis padres me abandonaron a temprana edad cuando fueron al campo de batalla y murieron. Todo por culpa de su apasionante amor.”
Gracias a eso me di cuenta.
Soy un dios, no necesito de nadie para vivir.
En cambio, ellos si de mi.
Con la gran verdad de la realidad, yo dejé de comportarme como un humano y empecé a comportarme como el dios que era.
Recibí el don de no encariñarme con las personas y eso es lo que me ha dado grandeza.
De esa manera inicie a satisfacerme de varias variedades de cosas para no aburrirme rápido.
Los seres humanos de este reino me pertenecen y como un dios, actuó como debe de ser.
Si no muestro la diferencia entre un dios y los humanos, entonces ellos querrán pasarme por encima.
Soy un dios ¿sabes?
Todos los humanos tendrían que estar felices por estar a mi merced.
“¡Prepárense para partir!.”

XXX
L

os minutos pasaron.
Los sirvientes y los soldados tenían rostros tristes, deprimidos y hasta algunos enojados.
La mayoría estaban apenados por como el emperador trataba a sus esposas e hijos y la minoría sentía enojo por Adeben.
El emperador se levanta de su trono, agarra su báculo con el Fénix y grita con fuerza “¡En marcha, mis humildes sirvientes!.”
Los soldados hacen un círculo alrededor de Adeben y se preparan para salir.
Cuando algunos soldados se acercan a la puerta gigante, ven en cámara lenta como la misma poco a poco se deforma.
La puerta se comienza a despedazar hasta que varias partes salen volando hacia dentro de la sala y con ello, los soldados que estaba a punto de abrirla.
Los guardias volaron hacia atrás de su majestad por la gran fuerza y ráfaga con la que la puerta se había destruido.
Ya no había una puerta a la que llamar “Puerta"
Solo quedaba el marco.
Adeben observo impresionado lo que sucedía y sus soldados se posicionaron al instante en frente de el para protegerlo
Cuando el polvo de lo sucedido se disipo, todos vieron la aparición de un solo hombre con largas túnicas oscuras y decoradas de naranja y dorado.
Su capucha cubría todo el rostro a excepción de la parte de la mandíbula y solo se podía observar una sonrisa anciana y alegre de felicidad.
Adeben no se contiene por la sorpresa y grita mentalmente aturdido “¡¡¡El Pontífice de la iglesia Flamee!!!.”
Su rostro si que era de una buena sorpresa.

-CONTINUARA-