Luna De Miel

1.4K 94 2
                                    

Besos por la mañana, citas improvisadas, silencios largos, largos y cómodos, hacer el amor, en la cama, en la sala, en el piso, en la cocina, en la tina... Esto es como una luna de miel.

Acarició su cabello, mientras descansa su cabeza sobre mi abdomen desnudo...

- te amo...- Le susurro, levanta la cabeza y sube hasta mi con una sonrisa plena, se come mis labios.- te amo. - murmura contra ellos, siento mis ojos pesados poco a poco se me van cerrando mientras veo como Alex besala piel entre mis senos.

- encargale a Simón, me tomaré este día y lo más seguro que mañana tambien lo haga, la reunión con el presidente de Jk tiene que ser hoy, no puede cancelarla como la ultima dile que estaré pendiente, confío en el, por eso lo nombramos vicepresidente... Si, gracias, estaré pendiente al teléfono.- cuelga el teléfono y voltea a verme. - princesa, despertaste. - dice poniéndose de pie. - siéntate mi amor. - dice levantando una bandeja de la mesita de noche.

- ¿que hora es? - preguntó con la voz un poco ronca, acomodando e en la cama.

- es las once de la mañana cariño. - dice dejando la bandeja sobre mis piernas, huele delicioso, se inclina y me roba un beso.

- desayuna conmigo porfavor. - le pido haciendole ojitos, sube a la cama y se sienta frente a mi.

- claro que si reina, después tengo una sorpresa para ti,  así que demonos prisa.- dice dándole una gran mordida a el sandwich, dejó el mio y mi café en la bandeja y este esboza una una gran sonrisa.

- ¿sorpresa?

- hemos estado encerrados en tu casa dos días, voy a sacarte de aquí nena...- me guiña un ojo, se acerca y me besa cerca de la boca.- hummm que bien sabes con algo de miel. - dice, tengo como que la mente en blanco, me siento feliz de estar con el finalmente, pero... Hay algo que falta o algo que no esta bien. - ¿sucede algo? pareces un poco pensativa. - suelta, se da vuelta y me quita la charola, la deja en la mesita y se sienta junto a mi.

- no, no es nada, solo que deje el trabajo estos días y se que pueden manejarlo sin mi, pero  aun así me preocupa. - respondo sonriendole.

- mira con la sorpresa que prepare para ti, nos perderemos un par de días, por que no, nos alistamos, salimos a tu oficina y luego vamos a la mia, dejamos las cosas resueltas y así estaremos un poco más tranquilos.

- me encanta la idea solo que mi oficina está en Nueva York, pero... Hay algo que tengo que hacer aquí, mejor me acompañas allí y después yo me voy contigo donde quieras. - respondo intentando levantarme... la Sabana se me resbala dejando mi desnudez a la vista, tomó el control de la mesita y al precionar el botón de encendido automáticamente la música se reproduce.

- o podríamos renunciar a todo y quedarnos aquí por siempre. - dice relamiendo sus labios regresa la mirada de sus ojitos verdes a los míos. - ¿te he dicho lo preciosa que eres? - pregunta, asiento acercándome a él, me subo a horcajadas sobre su regazo y envolviendo mis brazos por mi cuello lo beso lento, despacio, me impuso hacia delante tendiéndolo sobre la cama, muevo mis caderas en círculos al ritmo de la música.

- ¿te gusta esta música le preguntó? - moviéndome según al ritmo, es reggaeton pero honestamente se me da muy mal el español, el ritmo es pegajoso, entiendo muy poco de lo que dice, pero si estoy muy consciente de las ganas  y la forma en que me provoca bailarle a Alex.

- no me molesta. - responde atrapando mis labios de vuelta, de pronto se me cruzan los cables récordandome donde había escuchado antes esto.

Esa noche... Me arde la cara de rabia, no quiero ni imaginar de que otra mujer es capaz de hacerle sentir, lo que solamente quiero que sienta conmigo.

- ahh...- gime jugueteando con el encaje de mi braga, intentando bajarla.- mi amor... Si te sigues moviendo así, no saldremos de aquí. - dice aferrandose a mis caderas, se sienta de regreso levantándome en sus brazos se pone de pie y nos dirige a la ducha.

- ¿que haces? - preguntó haciendole un puchero, vamos a bajarnos la calentura en la ducha. - dice riendo.

- esto no es calentura...

- ¿no es?

- es amor.- le susurro contra los labios.

- ¿si?

- si... Hay tanto amor dentro de mi que me provoca una explosión de maripositas hormonales que solo quieren que terminemos haciendo el amor...- suelta una carcajada en mis labios.- mucho. - añado cuando las puntitas de mis pies tocan el piso, me en vuelve con sus brazos por la cintura.

Sr. ManciniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora