Luego de seis años en un internado, Kyle vuelve a South Park para enterarse de que todo a su alrededor había cambiado, incluso Eric Cartman; quien demostraba un comportamiento sospechoso para los ojos de aquel judío.
Aferrado al pasado y a las idea...
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Kyle llegó a su casa completamente agotado y con ganas de hacer casi poco o nada.
Se quitó los zapatos, colgó su abrigo en el perchero; caminó hasta su cocina y allí prosiguió en abrir la heladera para agarrar una botella de agua fría. Le dio unos cuantos tragos mientras tomaba asiento sobre el sofá de la sala, disfrutando de esa placentera sensación en su garganta que rápidamente fue enfriándose gracias al liquido.
Al terminar de calmar esa sequedad en su boca, el judío dio un fuerte suspiro en lo que apoyaba ambos codos sobre sus rodillas. Su expresión era seria, mantenía los ojos entrecerrados mientras disfrutaba del silencio en su casa. Había mucha calma como para ser algo normal, puesto que a esa hora, constantemente su madre se encontraba mirando la telenovela o limpiando alguna que otra mierda... pero esta vez, la rotunda nada.
Kyle gruñó entredientes mientras se ponía de pie, pero antes de retirarse, sus ojos captaron un pedazo de papel sobre la mesa que estaba frente al sofá... y sin darle tantas vueltas al asunto, lo tomó entre sus manos solo para darse cuenta que era una nota de su madre que decía lo siguiente;
Querido Kyle; Me fui a hacer las compras para la cena. Hazme el favor y fíjatepor Ike ¿Sí? Me he percatado de que está algo atrasado con sus deberes... y últimamente se la pasa insultando frente al ordenador. Por favor, habla con él, ¿Okey?
Los quiere, mamá.
Terminada la lectura, el judío suspiró mientras guardaba la nota dentro de sus jeans. Tomó la botella de agua que ya se encontraba transpirando por culpa del cálido ambiente en la casa y volvió a ponerla dentro de la nevera. Allí fue cuando él se percató del surtido de cosas que había dentro.
Vegetales y frutas, algunos en buen y otros en mal estado. La carne en el refrigerador que comenzaba a tomar olor y los paquetes de fideos guardados en las alacenas; bañados en polvo y telas de araña, con su fecha de caducidad al máximo.
Kyle estaba algo confundido, puesto que no entendía cómo Sheila había estado preparando la comida teniendo todos esos alimentos abandonados. A menos que se le haya olvidado el hecho de que los tenía bien guardados... pero eso era algo ridículo y había muy poca lógica ¿Verdad?
