Luego de seis años en un internado, Kyle vuelve a South Park para enterarse de que todo a su alrededor había cambiado, incluso Eric Cartman; quien demostraba un comportamiento sospechoso para los ojos de aquel judío.
Aferrado al pasado y a las idea...
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—Oye, Ike, vo-voy a entrar—Le anunció el pelirrojo a su hermano menor antes de poder ingresar al cuarto ajeno —. Lamento interrumpirte, pero mamá dice que bajes a cenar y terminar con tus deberes. ¿Qu-qué estás mirando?
Y al ver como el pequeño Canadiense se encontraba observando algo que llamó por completo su atención, éste se acercó para ver de que se trataba.
—Seguramente nada que te interese —alegó el chiquillo con un tono severo —. Hace días estoy tratando de empezar a ver "Evangelion", pero se me complica mucho seguir el maldito paso de la trama
—¿En serio? ¡Quiero verla contigo! —mencionó algo emocionado —. Michelle me recomendó ese anime tantas veces
—¿Quién carajos es Michelle?
—Uh,, de-después te cuento
—Como sea —cuestionó rodando los ojos —, ¿No estarás tratando de conseguir excusas para pasar tiempo de mierda a mi lado?
—¡Por supuesto que no! —dijo con prisa —. Mejor vamos a cenar de una vez
Dicho eso, ambos hermanos bajaron juntos a cenar, sorprendiendo a su madre en cuanto los vio unidos una vez más. Pero aquella mujer no hizo ni un comentario al respecto, simplemente los estableció juntos en la mesa y les sirvió un plato de comida. Cuando ella volvió a la cocina para poder limpiar los trastes, ambos aprovecharon la ausencia de Gerald para hablar de cualquier cosa con libertad.
—¿Y desde cuando te "gusta" el anime? —Le preguntó Ike, observando al pelirrojo en lo que se llevaba la mitad de una albóndiga hasta la boca.
—He visto un par con Michelle cuando teníamos tiempo libre, normalmente elegíamos los que no pasaban de los doce capítulos —contestó antes de beber un vaso con jugo sin mucha azúcar.
—Ajá, ¿Y quién es Michelle?
Y algo paranoico, Kyle se encargó de que su madre no escuchara para luego susurrar; —Es mi novia, pero no se lo digas a mamá, aún no
—¿¡Qué carajos!? —reaccionó sorprendido al mismo tiempo en que se levantaba de la silla, recibiendo un par de suplicas de su hermano para que no hiciera mucho ruido —. ¿Desde-desde cuándo?
