Martes
Los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos, en esos cuatro eternos días su familia no lo dejo solo, parecían chicle pegado a él, fueron los días mas largos de su vida aunque en cierta forma le dieron unas mini vacaciones de sus obligaciones.
Gracias al cielo la mayor parte de su amada familia partía ese día de regreso a sus mansiones, cada uno debía ir de inmediato a sus casa, los puertos y los problemas nunca se hacían esperar.
Así que, cuando SeokJin se levanto y fue a desayunar pudo respirar en paz debido al silencio, en esos cuatro días su hermana lo había consentido y mimado hasta cansarse, no lo dejaban estar solo ni un segundo y parecían evitar a ese extraño aroma que rondaba por la casa.
Ahora que lo pensaba con claridad, en ninguno de esos días había visto al pequeño Min del cual debía cuidar —Ken— llamo desde el comedor.
Su fiel lacayo atendió a su llamado inclinándose ante el —Mi amo.
Jin miro su plato —¿Dónde esta Min?
Ken sintió como una gota de sudor se resbalaba por su cuello hasta caer al suelo —No lo se mi amo.
SeokJin reviso la mesa con detalle, sentía vagamente el aroma de un desconocido, era atrayente pero muy nítido —Búscalo y cuando lo encuentres tráelo ante mi.
Ken solo pudo asentir ante su petición, rápidamente abandono el comedor para emprender su búsqueda, en tanto SeokJin termino con su desayuno. pasaos cinco minutos Ken no aparecía y Jin se comenzaba a irritar —Ese inútil— susurro entre dientes caminando hasta su oficina.
Su instinto pareció despertar a cada paso que avanzaba, no podía detenerse, era como si un imán lo atrajera, sus colmillos se revelaron de la nada, horrorizado tapo su dentadura —¿pero que mier-
Al abrir la puerta del lugar, el dulce aroma de la sangre pura viajo a sus fosas nasales, esa fragancia tan simple se coló hasta llegar a lo mas profundo de su alma —Hola, SeokJinnie— saludo el poseedor de tan exquisito aroma.
El nombrado se cubrió rápidamente la nariz, su boca repentinamente estaba aguada, clara señal de querer morder al sujeto en su escritorio, piel pálida, ojos gatunos, cabello color negro... —Por favor baja de mi escritorio— pidió amablemente.
Aunque Jin quisiera huir algo (alguien), impedía que diera un paso fuera de la habitación —No quiero bajarme— contesto seriamente —Tu familia es un dolor de cabeza, insoportables... Tu aroma me tranquiliza, me di cuenta que utilizas mucho esta habitación, porque huele mucho a ti. Por eso decidí quedarme aquí.
SeokJin no sabia exactamente que decir o hacer —ah... Esto...
Yoongi sonrió para sus adentros, dominar a una bestia demoniaca no era fácil, aun podía ser devorado si se excedía, pero, verlo sufrir y tratar de controlarse es... Tan excitante —ahora que estas libre y al parecer no hay ningún estorbo— el pálido chico bajo del escritorio, a paso lento camino hasta SeokJin, quien al verlo acercarse se alejo un paso a la vez —Déjame sentirte— estando a punto de salir corriendo, el cazador imprudente lo rodeo con sus pequeños brazos —Quédate así— susurro restregando su cabeza contra el pecho ajeno.
Decir que se sentía bien era poco, sonaba raro pero por alguna razón que desconocía se sentía demasiado bien, aunque hace unos momentos sus malditos instintos demoniacos desearon acabar con cada gota de sangre de Min, justo ahora lo que mas deseaba su demoniaco ser, era protegerlo, cosa que lo sorprendió.
Yoongi se separo después de sentirse relajado, ciertamente aun le era increíble sentir tan sutil aroma en un vampiro, normalmente los vampiros comunes, nobles e incluso los herederos del rayo, sueltan el asqueroso aroma a muerte, es nauseabundo tener que soportarlo, sin embargo, SeokJin soltaba un peculiar aroma de bosque.
—SeokJin, mírame— el heredero menor miro al cazador enseguida, Yoongi tenia el control, lo sabia —Cierra los ojos— ordeno nuevamente. Sin replicar el vampiro obedeció, sentía la terrible necesidad de acatar las ordenes de Yoongi.
Con total delicadeza, Yoongi poso sus manos en el rostro ajeno, acaricio y se deleito tocando tan fina piel, una vez mas, aquel vampiro tenia lo que otros no poseían, reprimiendo sus ganas de matar a quien escribió la profecía, se paro de puntitas al mismo tiempo que envolvía sus brazos alrededor del cuello ajeno, pasando su lengua por sus labios rosados, corto la distancia que los separaba.
Torpemente sus labios se encararon a los del vampiro, inexperto y algo dudoso intento dar un beso decente, SeokJin quedo paralizado al sentir los finos labios saboreando los suyos, el cazador era torpe en su tímido beso, eso solo causo euforia en SeokJin.
A pesar de todo, Jin no siguió el beso ni tomo la cintura ajena, estando tan perdido en las innumerables emociones que experimentaba, no se dio el lujo de corresponder, solo quedo estático, a merced de su dueño.
Yoongi había completado la primera fase de su misión en la vida, un beso de autoridad, donde Yoongi absorbía la vida ajena sin que este lo notara —Amo Jin, su padr-
Y SeokJin maldijo a todos en ese momento, Yoongi se separo de golpe, sonrojado hasta la medula salió a toda prisa del despacho, fue tan veloz que ni el polvo se vio, SeokJin gruño furioso, sus ojos sanguinarios miraron a Ken, quien se arrodillo y pego su frente al suelo, completamente asustado de su preciado amo.
—¡Lo siento! ¡Lo siento!...— pidió una y otra vez, levantando la cabeza sin llegar a mirar a su amo, y volviendo al suelo —¡Lo siento!...
SeokJin enseñaba sus colmillos en todo su esplendor, sus ojos demoniacos pedían por sangre, quería asesinar a quien interrumpió al inexperto de Min, quería ver correr sangre —Levántate Ken— la tercera voz interrumpió las disculpas del plebeyo.
—Amo Kim, lo siento— repetía sin obedecer al padre de su amo.
El señor Kim se acerco a su hijo —Ya se disculpo, deja que se valla.
SeokJin gruño una vez mas, no podía permitir tal ofensa. pero ¿por que estaba ofendido? No lo tenia claro, lo que si sabia era que si continuaba así mataría a su fiel sirviente y no quería eso —Permiso— pidió Jin antes de salir corriendo a su recamara.
A los pocos minutos volvió a bajar, esta vez portaba ropa casual, sin decir nada, salió a toda prisa de su hogar, adentrándose al bosque y perdiéndose en la maleza, su padre observo como su hijo menor corría casi a la velocidad de la luz, estaba enojado, pocas veces había visto a Jin enojado, verlo así lo confundió.
—Ken ¿Qué sucedió?
El sirviente mantenía la mirada en el suelo, tenia los ojos acuosos y la nariz congestionada —Mi amo... E-estaba... O-ocupado— fue lo único que contesto antes de desaparecer.
No quiero jugar, pero debo hacerlo.
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De Mi Propiedad *JinSu*
Fiksi PenggemarEl pecado de un Vampiro sagrado como él es beber sangre, siendo tan deseado y codiciado, sentirá como su alma se ve envuelta en los encantos de un cazador. El pecado de un Cazador es amar a aquel que debe despreciar por toda la eternidad, siendo su...