Sirenita «IT, Stranger Things y tú»

2. Stan el Galán

CAPÍTULO DOS
"STAN EL GALÁN"

Después de mucho tiempo, llegamos a Derry, nuestro destino.

— Elige cuarto y pon tus cosas ahí — dice mamá mientras abre la puerta de la nueva casa.

— Ok — cojo mis cosas y entro a la casa —. Guau — digo al ver lo grande que es.

— Anda muévete de la entrada, que no me dejas pasar.

— ¿Ah? Si, si — me quito de en medio para dejar pasar a mi madre.

Subo al piso de arriba y elijo la segunda habitación para que sea mi cuarto. Es bastante espacioso, con una litera al lado derecho; una mesa al frente, arriba de ella, una ventana que da a la ventana de la casa de enfrente; en la esquina del lado izquierdo, el armario, y por último, una puerta que da al baño.

Empiezo a colocar la ropa en el armario, y cuando miro a la ventana, veo a un chico de pelo ruloso mirándome. Al ver que yo le veía, él aparta la mirada sonrojado y se va.

Ok, eso ha sido un poco raro.

P O V N A R R A D O R A
«unos 20 minutos antes»

— Hey tíos — dice el chico ruloso.

— ¿Sí Stan el Galán? — pregunta el chico con gafas gigantes.

— Hoy alguien se muda a la casa de enfrente —

— ¿Y q-quién e-es? — pregunta el de pelo cobrizo.

— Creo que una mujer con su hija — responde el judío.

— ¿Creen que la chica sea de nuestra edad? — dice el pequeño asmático.

— A-aunq-que s-sea de nu-nuestra ed-dad, n-no c-creo q-que s-se qui-quiera jun-juntar c-con los p-perde-dedores — dice con dificultad por culpa de su tartamudez.

— Chicos — dice Eddie sobresaltando a todos, ya que un pequeño silencio se había acomodado —. Tengo que irme, que si no, mi madre me mata.

— Adiós — dicen Bill y Stan prácticamente al unísono.

— Adiós Eds — se despide el bocazas del grupo.

— ¡Ya te he dicho un millón de veces que no me llames Eds! — comenta algo exaltado mientras se sube a su bicicleta.

Los tres chicos observan a Eddie irse a su casa, hasta que en una curva se pierde de vista.

— Yo ta-también t-tengo q-que ir-irme — dice Bill

— Bueno, pues ya no se hará trío, ¿verdad Stan? — dice como siempre, haciendo comentarios fuera de lugar

— Cállate Richie — dice Stan —. Mejor me voy a mi casa a ver si veo a las nuevas vecinas.

Y así fue como cada uno se fue a su casa, pero veremos que le pasará a Stan el Galán.

Stan se dirige a su casa en bicicleta, observando de vez en cuando los pájaros que se le atraviesan por el camino.

— Ya llegué — dice temeroso, al ver que llega un poco tarde de la hora límite.

— ¿Qué horas son estas de llegar? — pregunta furioso su padre, pero al rato cambia de expresión — Vamos, ve a cambiarte, que hemos quedado a cenar con las nuevas vecinas.

El chico sube a su habitación rápidamente para hacer caso a su padre. Cuando mira por la ventana, ve a una chica pelirroja, bastante linda para decir verdad, guardando la ropa en su armario. Se la queda mirando embobadamente, ese pelo rojo fuego, ojos azules, ¡¿espera, ojos?! Entonces, se da cuenta de que la chica lo está mirando, y este, aparta la mirada sonrojado y se mete al baño a ducharse.

P O V _____

Después de que el chico se fuera, bajé a ver a mi madre.

— Hija, justo iba a subir a verte.

— ¿Qué pasa?

— Mejor siéntate en el sofá, tengo buenas, y malas noticias — nos sentamos en el sofá y empieza a hablar — ¿cuál quieres primero, la buena o la mala?

—Emm, pues la mala — digo un poco nerviosa

— Tu padre ha llamado — hace una pausa dramática — y me ha dado su número de teléfono para que hables con él.

— Eso no es tan malo — empiezo a decir, pero me interrumpe.

— Quiere que vuelvas con él.

— Ok... ¿Cuál es la buena noticia?

— Los vecinos de enfrente, nos han invitado a cenar con ellos, para conocernos.

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Hola, ¿cómo están? Espero que muy bien.

Aquí otro capítulo, lo hice un día antes de lo acordado, pero bueno.

Estoy muy agradecida a estas 38 leídas, pensé que solo tres personas lo leerían, o menos.

Por favor, me haría muy feliz que votasen, me dan más ganas de seguir escribiendo.