26. ¿Un tesoro pirata?

151 15 1
                                    

— ¿Tú quién eres? — me preguntó el hermanastro de Max.

Lo inspeccioné con la mirada, se parecía mucho al Billy que apareció en la casa Neibolt. Borré ese pensamiento de mi mente, y me presenté.

— Soy ____. Amiga de Max — en su rostro se vio una pizca de tristeza, pero volvió al enfadado de antes.

— No sabía que tenías amigas — dijo el rubio mirando a la pelirroja. Ella se cruzó de brazos y me indicó que pasara.

Ya dentro del coche, el mayor encendió un cigarrillo y se dispuso a hablar.

— ¿Por qué hablaba con vosotras?

— Por una chorrada de trabajo — mintió Max.

— ¿Y por qué os habéis enfadado?

— No nos hemos enfadado — contesté por las dos.

— ¿Os está dando problemas? — siguió interrogando.

— ¿Qué más te da? — preguntó Max enfadada.

— Verás Max, no vales una mierda, pero ahora somos una familia nos guste o no. Ahora tengo que cuidar de ti.

— ¿Qué haría yo sin ti? — dijo la pelirroja irónica. Su hermanastro la cogió de la mano.

— ¡Eh! Esto va muy en serio, ¿vale? Soy mayor que tú. Y si he aprendido algo, es que hay cierta clase de gente en el mundo de la que te debes alejar. Y ese chaval, Max, ese chaval es uno de ellos. Aléjate de él, ¿me has oído? Aléjate de él — dijo y la soltó.

Max me había advertido que su hermanastro solía cambiar de humor muy rápido, y que si se enfadaba, que solo fuera con ella. Me resulta frustrante que haya podido enfrentarme a un payaso cambia-formas pero no a un hermanastro. Patético.

Bob me llamó y me dijo que no podía quedarme a dormir en casa de Max, y al final decidimos dejarlo para otro día

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Bob me llamó y me dijo que no podía quedarme a dormir en casa de Max, y al final decidimos dejarlo para otro día.

— Sorpresa. Te habría llamado, pero no querías que ocupara la línea — dijo Bob con un montón de juegos de mesa en la mano.

— Estamos bien, no necesitamos nada. En serio — dijo Joyce intentando que Bob no entrara a la casa.

Después de un minuto hablando, conseguimos entrar en la casa de los Byers.

— Guau — solté al ver todos esos dibujos de ¿túneles?, que había por todas partes.

— Guau — dijo Richie al ver todos los recortes del periódico.

— Guay, ¿no? — preguntó Ben.

Sonreí al recordar los viejos tiempos en los que los perdedores estábamos unidos.

— ¿Los has dibujado tú solo? — le preguntó Bob a Will. Este asintió — ¿Por qué exactamente?

— Ya sabes las reglas, nada de preguntas, ¿vale? Sencillamente tienes que ayudarnos a averiguar que... Bob, Bob. Ven aquí — dijo y fuimos a la cocina.

— Ese es el objetivo. Encontrar la X — explicó Mike.

— ¿Sí? ¿Qué hay ahí? ¿Un tesoro pirata? — preguntó Newby bromeando.

— Nada de preguntas — habló Joyce muy seria.

— Claro. Hablemos un segundo. Ahora venimos — dijo el oji-verde y se llevó a Joyce a otra parte.

— ¿Qué está pasando? — pregunté seria, mirando hacia los chicos.

Mike hizo un gesto para que me sentara, y lo hice. Luego, me explicó todo, lo de los ataques, el monstruo sombra, el espía, Hopper...

— La cantera Sattler. Y luego si lo sigues naturalmente... debería estar... el río Eno. Y aquí está. Es el Eno, ¿lo ves? Vale, las líneas no son caminos. Pero actúan como caminos. Y actúan como caminos porque si te fijas verás que no cruzan el agua. Y esa es la pista. Esa es la pista. ¿No lo pilláis? Es un puzzle. Es un mapa. Es un mapa de Hawkins — nos explicó moviéndose de un lado a otro el Cerebrito. Nos lo quedamos viendo flipados —. ¿No Will?

[•••]

Rápidamente nos pusimos a medir las distancias que había entre los lagos y ríos, para que Bob pudiera hacer un mapa 1:1.

— Es difícil. La proporción no es exactamente 1:1. Pero si me retorcieras el brazo como estas haciendo ahora, diría que la X está seguramente a casi un kilómetro al sureste de Danford — explicó Bob.

— Gracias — dijo Joyce y le besó la mejilla. Rápidamente corrimos hacia el coche para rescatar al oficial Hopper.

Ya llevábamos como una media hora en el coche, y estábamos bastante estresados.

— No hay nada. Ahí no hay nada — informó Mike.

— ¿Estamos cerca? — pregunté.

— En las inmediaciones — respondió Bob.

— ¿Cómo que en las inmediaciones? — preguntó Joyce estresada.

— Pues que estamos cerca. No lo sé. No es exacto.

— Pero si lo estuvimos midiendo.

— Te dije que la proporción de la escala no era exactamente 1:1...

— ¡Gira a la derecha! — exclamó el pequeño de los Byers interrumpiendo a Newby.

— ¿Qué? — preguntó su madre.

— Lo he visto — respondió él.

— ¿Dónde?

— Aquí no. En mis recuerdos del ahora — explicó.

Rápidamente Joyce giró a la derecha, pero nos estampamos contra unos sacos de heno. Cuando paramos, nos encontramos con un coche de policía que estaba enfrente de un agujero enorme. Joyce nos obligó a quedarnos dentro, mientras que los mayores buscaban a Hopper.

Después de que se metieran en el agujero, salimos del coche y nos acercamos al borde.

— ¿Tú ves algo? Me refiero, a tus recuerdos del ahora — preguntó Wheeler. Will negó con la cabeza.

De repente, aparecieron un montón de furgonetas blancas con el logo del departamento de energía. Ellos bajaron con unos trajes especiales y unas incineradoras para ayudar a rescatar a Hopper. De pronto, Will empezó a convulsionar y se tiró al suelo, gritando.

Sirenita    «IT, Stranger Things y tú»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora