CAPITULO 5

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Con la mirada de algunos estudiantes puesta en ella, se fue a sentar en la mesa donde estaba Adrien. La mayoría de la escuela sabia "Lo que le había hecho Marinette a Lila". Pues antes de que la azabache llegara ella había armado un escándalo para así decirle a todos lo que paso, por eso algunos la miraban con decepción, reproche o incluso algunos con odio, ellos se habían comido el cuento de Lila.

Al sentarse junto al rubio, observó la expresión de preocupación que tenía, para luego cambiarla a una sonrisa que denotaba apoyo, eso hizo que el corazón de Marinette palpitara muy rápido, le gustaba mucho su sonrisa, la ojiazul intento también darle una sonrisa, sin embargo no era muy sincera.

—Lamento todo lo que te está pasando Marinette ¿Estás bien?— Empezó a hablar el ojiverde con tono preocupado y triste.

—No tienes que lamentarte, no es tu culpa Adrien— Respondió Marinette tranquila, aunque en el fondo estaba nerviosa, ni siquiera supo como es que pudo fingir estar tranquila —Además estoy bien, creo— Eso último lo dijo en susurro para ella misma, pero Adrien alcanzo a oírlo.

—Es mi culpa, yo fui quien te dijo que no debíamos decir nada sobre las mentiras de Lila y eso nos ha llevado a lo que está pasando ahora— dice afligido.

—Ya encontraremos una solución para lo que está pasando, siempre la hay— dice tratando de tranquilizarlo. Intentó mostrarle una sonrisa, pero simplemente sentía que no podía, ya que no tenía ánimos para hacerlo.

Marinette apoyo su brazo derecho sobre la mesa, haciendo que su amuleto se pueda ver. Adrien se fijó que este estaba diferente, no tenía sus colores habituales era más como una transición de negro a morado, como un objeto akumatizado.

En ese momento pensó en la posibilidad de que Marinette sea una villana akumatizada.

Marinette había estado actuando diferente, actuaba como si no tuviera o no expresara sus sentimientos, al principio pensó que solo era porque estaba afectada por lo que estaba pasando, pero al parecer era otra cosa.

Era extraño que no hiciera nada malo o que no tuviera otro atuendo, parecía que era inofensiva, aun así dijo su nombre para que le mirara.

Con mucha discreción para que nadie le escuchara por si todo era idea suya, le dijo:

— ¿Por qué tu amuleto de la suerte está así?— Preguntó con preocupación y miedo.

Después de la pregunta que le dijo Adrien, Marinette miró su muñeca derecha para ver que, efectivamente, el amuleto estaba diferente.

Olas de miedo, asombro, preocupación vinieron hacia la azabache.

¿Cómo era posible que el amuleto este así? ¿Acaso el akuma seguía ahí? ¿Era posible? ¿Cómo no se había dado cuenta antes?

—Y-yo no sé...— responde con sinceridad la azabache, aun asombrada y como la mirada puesta en el amuleto, tenía miedo de ver la expresión de Adrien.

Cada vez habían más estudiantes que trataban de escuchar la conversación de los dos, por lo que Adrien antes de decir cualquier cosa, llevo a Marinette fuera de la cafetería, a un lugar un poco escondido, sin embargo ninguno de los dos se dio cuenta de que alguien lo estaba siguiendo.

Cuando llegaron a ese lugar escondido, el cual era un salón de clases que hace mucho no se utilizaba y estaba alejado de los demás salones, se sentaron y Adrien empezó a hablar:

—Marinette ¿Por qué el amuleto está de ese color?— vuelve a preguntar. Se habían sentado en unas sillas cerca de la salida, pues Adrien temía que Marinette se transformara en akuma y no le diera tiempo a salir para poder esconderse y transformarse en Chat noir.

EL MAL QUE CAUSÓ SUS MENTIRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora