CAPITULO 1

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—¡Llego tarde! ¡Llego tarde!— Una chica azabache estaba corriendo hacia el instituto Françoise Dupont, como siempre llegando tarde. Pesé a estar al lado de este, nunca ha llegado a la hora debida. Afortunadamente, pudo entrar a la escuela antes que la cerrarán.

Aunque su profesora la reprendió por llegar tarde, la ojiazul estaba feliz pues pronto llegaría su cumpleaños y estaba muy emocionada por eso. Mientras las clases pasaban normalmente, alguien abrió la puerta del aula sin discreción. Era nada más ni nada menos que Lila Rossi, al verla la mayoría se alegró, obviamente exceptuando a Marinette, Adrien, Chloe y Sabrina.

—Lamento haber llegado tarde Maestra, mi vuelo de regreso a París fue a altas horas de la noche y no me dio tiempo de descansar un poco— Dice la ojiverde con falsa vergüenza.

—No te preocupes Lila— Responde la Maestra Bustier con una voz dulce.

—Muchas gracias, maestra— Dice amable Lila, aunque ya sabemos que no es cierto. Mientras que la azabache rechinaba los dientes de furia y mordía su libreta para no gritar.

—¡Amigos, estoy muy feliz! ya que pronto será mi cumpleaños— Sigue hablando Rossi, que al enterarse de que pronto Marinette cumplía años, no quería que le quitaran la atención que ella merecía.

Casi todos, exceptuando a los ya mencionados, se miraban entre sí con emoción.

—¡Eso es increíble Lila!— Empezó a hablar Alya, que según ella, era en nombre de todos sus compañeros —En ese caso sugiero que hagamos una fiesta para celebrarlo—

La mayoría asintieron emocionados.

—¡Ay! Muchas gracias, chicos. Son los mejores, pero no quisiera ser una molestia— Responde Lila simulando pena.

—Eres nuestra amiga Lila, estaremos felices de prepararte una fiesta— Menciona Rose con voz dulce.

Después de esa pequeña charla entre ellos, la maestra siguió dictando clases, aunque la ojiazul no presto atención a estas, y no por estar mirando a Adrien, sino por la rabia, ya que sabía que el cumpleaños de Lila, era otra de sus mentiras.

En la hora del almuerzo, la azabache se quedó sola, ya que todos estaban escuchando las asombrosas experiencias que paso Lila en su viaje, estaban tan concentrados en ella, que incluso llegaron a ignorar a Marinette cuando esta les habló.

La ojiazul estaba triste, pues probablemente 'sus amigos' se olvidarían de su cumpleaños y estarían más atentos a Lila y sus mentiras, y no solo eso, pues también sentía impotencia, ya que aunque les dijera a sus amigos la verdad, no le creerían nada, ya sea porque Lila arme un escándalo, ellos sientan pena por ella y se enojarían con Marinette o porque tienen más confianza en Lila que en la ojiazul.

La azabache estaba tan perdida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que alguien estaba tratando de hablar con ella.

Con un tono tímido, Marc trataba que Marinette le respondiera
—Em... Ma-Marinette?— Tartamudeó, mientras sacudía su mano en frente de la azabache.

Después de unos segundos la ojiazul reacciona
—Lo siento Marc, estaba distraída... ¿Qué pasa?— Responde en un tono amigable y con una sonrisa, que en parte era falsa pues estaba triste.

—Es que me pareció extraño que estuvieras sola, además que estás un poco diferente ¿Te pasa algo?— Pregunta el chico con un tono tímido y a la vez preocupado.

—No me pasa nada— Habla, tratando de fingir una sonrisa. No creía que era buena idea contarle a Marc lo de Lila, pues no sabía si le iba a creer

El chico noto que la ojiazul no le estaba diciendo la verdad, se sentía mal porque ella siempre ayudaba a otros. Ahora ella necesitaba esa ayuda de alguien y al parecer nadie se la daba.

Con timidez intenta que la azabache le diga lo que pasa
—Marinette, sabes que puedes contar conmigo— toca el hombro de la chica y le sonríe queriendo mostrar confianza.

La azabache miró pensativa unos segundos a su amigo, sabía que él no había tenido una conversación con Lila, así que tal vez sería bueno decirle la verdad antes de que sea demasiado tarde.

Con una sonrisa agradecida, la ojiazul empieza a hablar
— ¿Conoces a Lila Rossi?— dice con la esperanza que respondiera no o algo parecido.

—Pues solo he oído que hablan de ella, dicen conoce a muchas celebridades y que viaja mucho ¿Por qué la mencionas?— Al escuchar esa respuesta, Marinette tuvo un poco de esperanza

Le empezó a contar la verdad sobre Lila, de como descubrió las mentiras de Lila, obviamente cambiando un poco la historia para que su identidad secreta
no sea descubierta, aunque también omitió la amenaza que le hizo meses antes.

— ¿Cómo es que alguien puede ser tan mentiroso?— Habla Marc después de escuchar la historia de la azabache —Pero, ¿Por qué no se lo has dicho a nadie?— pregunta extrañado el chico.

—Con revelarles a todos la verdad, no solucionaríamos nada— responde la chica dudando un poco de su respuesta.— Además lo intenté una vez, pero nadie me creyó—

—Es sorprendente que quieran creerle a ella y no a ti— dice con un poco de enojo al oír la respuesta de la azabache.— Marinette, tienes mi apoyo. Yo si te creo—

—Muchas gracias Marc, me alegra que me hayas creído y que no cayeras en las mentiras de Lila— dice la ojiazul con mas ánimo.

Después de esa pequeña conversación, cada uno se fue a su respectivo salón.

En todo lo que restaba de clases, la ojiazul fue ignorada por "sus amigos" lo cual no paso desapercibido por Adrien, el cual quería hablar con su amiga para saber como se encontraba.

Lastimosamente no pudo hablar con ella, ya que en cuanto las clases acabaron la azabache se fue rápidamente a su hogar y el modelo no pudo seguirla, ya que tenía clases de piano, pero eso no hizo que su preocupación se fuera.

Por el lado de la azabache, esta se había ido rápido, ya que tenía un mal presentimiento sobre Lila, que aunque lo quiso evitar, no pudo y decidió ir a su hogar en cuanto las clases acabaran.

EL MAL QUE CAUSÓ SUS MENTIRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora