Hot Cheerleader [Changlix]

XXI

Toda la historia será narrada por la escritora.

Lo dejó justo enfrente de la casa del pelirrubio, se acercó para darle un beso en la frente. "Nos vemos mañana", le sonrió. Lee asintió abrazándose a él con cariño.

"Nos vemos", se dieron un pequeño beso.

La noche se pasó volando dando a sí dos días para que el partido oficial comience. JaeMin estaba muy estricto y supuso que Jisung también lo estaría con los porristas. "Dos días chicos, rápido hagan equipos jugaremos un último partido antes de irnos a casa", los jugadores asintieron yendo a sus lugares.

"Ya saben que hacer chicos", habló el pelinegro a los de su equipo. El ambiente estaba tan tenso, JaeMin juraba ver una pelea en cualquier momento, como Mau faltó del equipo así que injustamente pusieron a Mark como reemplazo. ChangBin no dijo nada para no empezar una pelea con este clima que amaba.

El partido comenzó, el entrenador los miraba sentado desde una banca mientras leía algo en su tableta, Mark empujó a Chan de repente, todos se acercaron, parecía lastimado. "¡Largo!", gritó MinHo molesto levantando sin problemas a Chan para llevarlo a la enfermería.

"¿Estás contento?", preguntó molesto.

"Demasiado contento", sonrió desquiciado.

"Idiota", preparó su puño. El pecoso llegó abrazándolo para calmarlo. "¿Felix?", correspondió el abrazo.

"Escuché que Chan se lesionó ¿Tú estás bien?", se separaron tomándose la mano caminando lejos de las personas.

"Estoy bien, apenas empezó el partido Mark lo empujó y pateó a propósito", soltó cansado caminando con Felix hasta la enfermería en donde se encontraron a Bang Chan y MinHo en un beso, los restantes se miraron con sorpresa y salieron despacio cerrando la puerta cuidadosamente.

"¿Por qué no le dicen a JaeMin?", preguntó mirando a ChangBin.

"Tienes razón. Por ahora solo quiero que Chan se recupere para que pueda participar, si no lo hace entonces estaremos en problemas", completó sentándose en las bancas.

"Chan estará bien, tiene a mi hermano y juegue o no, lo hizo bien", se recostó en el hombro del pelinegro.

"Lo sé", recargó sus manos entrelazadas en el muslo descubierto del pelirrubio. "¿Cómo estás? ¿Todo bien con Ana, Dana y Diana?", Felix asintió.

"Si, sólo que ahora me molestan diciendo que soy un mal agradecido con el maestro", se acercaron más.

"Sabes que eso no es así, no le des importancia", le sonrió. "Estás lindo", le guiñó.

El menor se sonrojó. "Siempre dices eso", sonrió.

"Es que es cierto, corazón", besó su frente.

El entrenamiento se repuso y terminó luego de minutos. "¡Mañana a la misma hora!", les sonrió, ChangBin se encaminó a él con pasos pesados. "¿Si, ChangBin?", le sonrió a su jugador estrella.

"Primero quiero hablar sobre lo mal que estuvo meter a Mark como reemplazo de Mauricio, sabrá nuestras estrategias y las usará en nuestra contra", el maestro asintió. "Segundo, Mark, por suerte, no lesionó a Bang Chan. Pero ese era el punto para él, lesionar a los más fuertes y grandes de nuestro equipo", se cruzó de brazos.

"¿Lo hizo a propósito?", Seo asintió y el mordió suavemente su labio mientras pensaba. "Gracias por aclararlo Changbin, ya no habrá más faltas de ese tipo", el alumno asintió yendo a vestidores para bañarse.

"¿Qué te dijeron?", preguntó Hwang esperanzado.

"Pondrá más atención", HyunJin asintió desanimado entrando a las duchas.

"¿Irás por tu uniforme? Lo van a estar entregando en unas horas. El maestro nos pasará luego la dirección", habló.

"Si, estaba pensando en eso justamente", se sacó la camiseta y shorts quedando en boxer.

Se bañaron y salieron impecables rumbo al estacionamiento, JeongIn y Felix iban delante de ellos charlando de lo más emocionados. Sonrieron aquel olor inconfundible de sus chicos y voltearon.

"¿Se enteraron de los uniformes?", preguntó Yang poniéndose en medio de los dos jugadores, Felix se puso del lado de ChangBin.

"Por supuesto ¿Quieres qué pase por ti?", ofreció HyunJin con una sonrisa a JeongIn.

"Me encantaría", se adelantaron.

"¿Quieres ir conmigo también?", le miró con una sonrisa. Felix asintió.

"Si", sonrió.

"Nos vemos más tarde, cuídate", besó su frente y subió a su auto yendo a casa para descansar.

Papá.
Directo a mi oficina jovencito.

El pelinegro suspiró dando vuelta hasta la empresa de su papá, se maldecía constantemente por no haber tomado un descanso. Se estacionó enfrente y se maldijo nuevamente, justo cuando necesitaba camisa tenía puesta una camiseta llena de letras con una chaqueta de cuero negra.

Sin importancia se adentró siendo saludado por todos y todas con una sonrisa. "¿Necesitas algo?", preguntó la chica de recepción.

"Vine a ver a mi papá", se pasó una vez le otorgaron este, caminó hasta las grandes y gruesas puertas negras de la enorme oficina de su papá. "Estoy aquí"

"Siéntate", pidió sin retirar la vista de la carpeta que sostenía. "Escuché que en unos días es tu partido", ChangBin asintió sin interés mirando la hora. "¿Has tenido problemas?", su hijo volvió a asentir.

"Muchos, un chico no deja de lastimar a mis compañeros", él frunció el ceño.

"¿Saboteo?"

"Oh, por supuesto que sí", agregó. "¿Sólo me llamaste para esto?", preguntó un poco abrumado y fastidiado.

"También me dijeron que eres el capitán del equipo Lobos Negros. ¿Por qué no me lo dijiste?", le sonrió mirándolo. 

"Estabas tan ocupado con tu trabajo", volteó sus ojos.

"Lo siento por eso"

"Está bien, sin problemas", dijo neutro mirando de nuevo la hora. 16:41 si quería dormir un poco debería irse ya.

"Iremos a verte, te daremos todo el apoyo posible hijo", me sonrió.

"De acuerdo. Papá tengo que irme, entrené muy duro y quiero dormir un poco antes de ir a recoger mi uniforme", se levantó.

"Por supuesto, nos vemos en casa", sonrió mirando a su hijo irse, había sido un buen padre pero ¿Lo seguía siendo? Sabe que se excede en trabajo y quería que su familia lo entendiera, pero él nunca los entendía a ellos así que por eso habían tantas discusiones últimamente.

Por suerte se reconcilió con su amada esposa. No puede creer lo mal que la tuvo sólo por berrinches. Después de todo se dió cuenta de algo muy importante, su familia es la que lo hace esforzarse aún más.