Toda la historia será narrada por la escritora.
Ese día, ChangBin tuvo una revelación: Felix no solo era una persona agradable, sino alguien verdaderamente valioso, capaz de aportar calma y perspectiva incluso en los momentos más tensos. Desde entonces, algo en la forma en que lo miraba había cambiado aún más.
Días después, el equipo recibió un aviso inesperado del maestro JaeMin, quien los convocó a las 8:00 a.m. en el campo deportivo. ChangBin llegó puntual, como de costumbre, y notó a Chan esperándolo con su característica sonrisa despreocupada. Mientras se saludaban, Hwang HyunJin apareció poco después, su energía vibrante iluminando el ambiente.
El maestro JaeMin esperó a que todos estuvieran presentes antes de alzar la voz para dirigirse al grupo. "Como todos sabemos, llevamos dos semanas sin clases y, lo que es peor, sin entrenamientos. Estoy seguro de que más de uno ha aprovechado estos días libres para no hacer absolutamente nada relacionado con el deporte", comentó con una sonrisa astuta, mirando cómo varios de los chicos desviaban la mirada o se rascaban la nuca incómodos. El entrenador soltó una pequeña carcajada antes de retomar con un tono más serio: "Pero ya estamos aquí y no podemos darnos el lujo de perder el tiempo. Este año, no vamos a permitir que nos quiten ese trofeo nuevamente. Ustedes saben bien a qué equipo me refiero, lleno de traicioneros y oportunistas, algunos de ellos estudiantes de nuestra propia escuela que ahora apoyan al contrario. ¡Eso se acabó! Este año, ese campeonato será nuestro"
El sonido del silbato de JaeMin cortó el aire, marcando el inicio del entrenamiento. "¡A sus posiciones!", ordenó con firmeza.
El equipo, motivado por el discurso, se movió rápidamente hacia el campo. Los entrenamientos eran intensos pero llevaderos, con un equilibrio entre exigencia y compañerismo. JaeMin, aunque estricto, sabía cómo motivarlos para que dieran lo mejor de sí mismos.
Para algunos, las sesiones matutinas eran una verdadera prueba de resistencia, pero todos sabían que cada gota de sudor valdría la pena. Los entrenamientos se llevaban a cabo de 8:00 a.m. a 10:00 a.m., y después volvían a reunirse de 6:00 p.m. a 8:00 p.m. para ajustar estrategias y reforzar el trabajo en equipo.
La rutina, aunque extenuante, comenzaba a forjar algo más que habilidades en el campo. Estaba creando un grupo unido, decidido y con una meta clara: demostrarle al resto que este año, nadie les arrebataría la victoria.
Eran las 16:00 en punto, y ChangBin había despertado listo para prepararse. Se estiró perezosamente mientras su mente empezaba a organizar las tareas del día, pero antes de que pudiera moverse demasiado, su teléfono sonó. Era una llamada de Chan.
"¿Hola?", respondió con voz adormilada.
"Te estamos esperando, ¿Te quedaste dormido o qué?", preguntó Chan, y ChangBin podía imaginar perfectamente la sonrisa burlona en su rostro.
"Llego enseguida", respondió apresurado, colgando y saliendo de su habitación.
Al pasar por la sala, se encontró con su mamá, quien estaba limpiando la mesa. Ella le dirigió una sonrisa cálida, aunque sus ojos reflejaban cierto cansancio que no podía esconder.
"¿Ya te vas, cielo?", preguntó suavemente, levantando la vista hacia él.
ChangBin asintió mientras se colgaba su mochila deportiva. "Sí, mamá"
"Mucha suerte, hijo", le animó la mujer con ternura.
ChangBin se acercó para besarle la frente. "Gracias, mamá. Nos vemos más tarde", su voz era firme, pero el peso de lo que sucedía en casa no se iba de su mente. Su padre seguía durmiendo en la empresa, evitando regresar al hogar. Aunque no estaba decepcionado de él, había algo en esa situación que le dolía profundamente, sobre todo por cómo afectaba a su madre.

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Hot Cheerleader [Changlix]
FanfictionSeo ChangBin es un nuevo estudiante en la universidad. Su buena racha en el fútbol lo hace convertirse en capitán, y el más popular del plantel. Algo llama su atención y es que hay un chico porrista que está muy bueno. "Vaya, él es un porrista calie...