20 días OTP || foxtrap fnafhs.

primera cita

— ¿Con qué ropa crees que le gustaría más verme? —preguntaba el chico revisando entre sus cajas, buscando el atuendo más adecuado para la ocasión.

— Lencería, quizás. O directamente sin ropa.

— ¡Meg, estoy hablando en serio! —volteó hacia ella con el entrecejo fruncido y las mejillas coloradas. La chica soltó una carcajada.

— ¡Relájate, Spring! Ya han salido juntos antes y nunca te he visto tan nervioso por decidir qué arapo ponerte encima. ¿Qué es lo que ahora lo hace tan distinto de antes?

— El hecho de que es formalmente nuestra primera cita —bufó y se pasó la mano por el cabello haciéndose el flequillo para atrás, solo para que vuelva a su posición anterior—. Me lo propuso seriamente, antes simplemente decidíamos dar una vuelta en medio del aburrimiento, pero ahora es algo premeditado, ¿entiendes? No puedo aparecer como cualquier cosa.

— Brother, van a pasear tomaditos de la mano y comerán en algún lado, no irán a cenar con la familia Golden —Meg sabía de lo que hablaba, en realidad, pues más de una vez se ha hallado en apuros por no saber qué ponerse para ir a cenar a la residencia de su novia. Se puso de pie de la hamaca, meneando la cabeza de lado a lado mientras se acercaba a su amigo. Le puso una mano sobre la mejilla y sonrió inspirando confianza—. Conoces a Rojo. A él no le importará si vas casual o de pasarela. Lo que quiere es pasar un rato contigo y ya. Vayas como vayas le causarás una buena impresión. Él te ama y lo sabes.

Spring ruborizó ante esa última frase, frase que reiteradas veces ha estado en su propia boca. Era algo que ya sabía, a pesar de que aún no se habían dicho el primer "te amo". Abrazó a Meg por unos segundos, sonriente.

— Gracias, Enana —soltó en un tono mucho más calmado que antes.

— No hay de qué. Pero, ey, eso no significa que te vayas con lo que tienes puesto ahora. Así que mejor acelerar el paso porque el tiempo se va volando —se separó de él y empezó a rebuscar prendas entre las cajas que tenía desordenadas sobre las mesas, preguntándose cuándo será el día en el que se decida a organizar sus pertenencias o a salir de ese cuchitril en el que vivía y mudarse con ellos, como más de una vez le han ofrecido.

Ethan rió y se unió a la búsqueda de un atuendo que los satisfaga a ambos, agradecido de tener a su "hermana" a su lado en ese momento. Seguramente sin ella se habría perdido en sus nervios y habría tenido que ir a buscarlo Fox a su casa en vista de que no aparecía por el lugar de encuentro, para hallarlo hecho bolita dentro de su hamaca.

Él siempre se había caracterizado por ser un joven ligero e "easy-going". En esa situación parecía irreconocible para cualquier persona que no fuera Meg y tal vez Aiden. Y es que cuando de éste último se trataba, Spring podía pasar de cero a cien en un segundo, aunque lograba ocultarlo lo suficiente cuando estaba alrededor suyo.

En eso distaba con su pareja. Aiden no sabía disimular su nerviosismo alrededor de Ethan, y si no había sido muy obvio con respecto a sus sentimientos durante los años que estuvo inscrito al colegio era porque su enfoque estaba puesto —al menos eso pretendía— en Ann. Pero una vez esa relación acabó e incluso antes, era imposible no notar lo loco que el de ojos luna lo tenía. Incluso cuando eran niños Spring estaba consciente de que su comportamiento no era el de un simple mejor amigo.

Y no era de un simple mejor amigo la forma en la que sonrió al divisar al rubio en la entrada del parque, dejó de tronarse los nudillos para ponerse de pie y acercarse rápidamente hacia él.

— Eh... —se detuvo una vez lo tuvo al frente. ¿Qué era lo que debía hacer? ¿Abrazarlo, darle un beso, hacer el saludo secreto con él, o simplemente quedarse parado? ¿Debía saludarlo por el nombre, el recurrente apodo "Estropajo" o tomar un tono más romántico? Era todo un caos mental mientras sus manos se abrían y cerraban con nerviosismo y balbuceaba muletillas inseguro de qué decir.

— Hola, Rojo —se adelantó sonriente a darle un beso en su colorada mejilla.

— Ho... Hola —tosió para aclararse la garganta. Realmente se sentía como empezar de cero cuando oficialmente un encuentro tenía el título de "cita". La primera de muchas más.