patinaje sobre hielo

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— ¿Estás seguro de que sabes lo que haces? Ni siquiera puedes atarte los cordones —preguntó apretando el nudo en las agujetas de los patines ajenos. Él frunció el entrecejo.

— ¿Y qué si no lo sé? Será divertido.

— ¿Tan divertido como cuando querías apuntarte a los juegos olímpicos en tu colegio y desististe tras dos caídas diciendo que era una estupidez y no lo volverías a intentar jamás? —inquirió con una sonrisa ladeada. Aiden rodó los ojos y se cruzó de brazos.

— Eso fue hace dos años, Estropajo. La gente cambia, ¿vale? —su contrario empezó a incorporarse, sosteniéndose del banco de cemento donde se había sentado su novio. Sin dejar pasar la oportunidad, le dio un beso cortito en los labios y quedó mirándolo a los ojos de cerca con una sonrisa gentil.

— ¿Vamos? —ofreció con un ademán de la cabeza dirigirse a la pista de patinaje improvisada que se había preparado en un lago (ahora congelado) en cuanto se divisó la llegada del invierno y que para este momento no debería tener a nadie dentro, pues está cerrada. Pero a ellos siempre les ha gustado romper las reglas un poco cuando de sus citas se ha tratado.

Ethan se incorporó como pudo y le costó mantener el equilibrio sobre las cuchillas, tanto que casi se cae. Aiden se rió de su tropiezo, mas cuando fue su turno de ponerse de pie si no fuera porque se aferró al rubio, se habría caído de boca al suelo.

Una vez avanzaron a tropezones mientras Fox se quejaba de que Ethan había de igual forma reído ante su falta de equilibrio y llegaron al barandal que rodeaba el lago, el pelirrojo se sujetó con fuerza a éste, mirando nervioso al hielo. Tragó saliva a medida que Ethan ponía un patín sobre la superficie cristalina.

— No ha de ser tan difícil —supuso apoyando una mano al barandal y poniendo el otro pie al frente.

— Pff, pan comido —el otro esbozó una sonrisa ladeada, ahorrándose comentar nuevamente acerca de lo rápido que se rindió Fox tras fallar un par de veces en el patinaje sobre hielo.

Ethan empezó a avanzar por el borde de la pista sosteniéndose del barandal, con la misión de acostumbrarse al uso de los patines en esa superficie. Su novio fue tras él, intentando aparentar menos nerviosismo del que en realidad experimentaba.

Tras un rato dando vueltas y charlando en el trayecto para hacerlo más entretenido, decidieron que ya estaban listos para intentar ir sin aferrarse al barandal.

El primero en avanzar fue Fox, yendo más paso por paso que deslizándose —como se suponía que debía intentarlo—. Se detuvo a mitad del camino hacia el centro del lago, y se dio la vuelta.

— ¿Vas a venir? No quiero hacer esto solo —inquirió, extendiendo los brazos hacia los costados y arrugando levemente el ceño. Spring rió.

— ¡Ya voy, ya voy! —y así como dijo, fue. Intentó, al contrario de Aiden, patinar hacia él. El primer impulso lo ejecutó bien, pero al intentar dar un segundo paso, perdió el equilibrio y avanzó rápidamente como pudo hacia su contrario para poder sostenerse de él.

— ¡Cuidado! —exclamó atrapándolo y haciendo lo posible para no caerse también. Mientras el pecoso estaba aún asustado por pensar que su novio estaba a punto de hacerse daño, éste estaba carcajeándose.

— Perdón, Rojo. Gracias por atraparme —bajó la voz, aún sonriente. Aiden bufó y también sonrió mientras lo veía pararse bien aún sostenido a sus brazos. No se podía enojar con él.

Spring puso sus manos sobre los hombros ajenos y cerró los ojos con una expresión de calma. Estaban a una cantidad de "no-sé-cuántos" grados bajo cero, pero estando tan cerca entre ellos, se sentía muy cálido.

Como si fueran a bailar un vals, Fox colocó sus manos sobre la cintura ajena, algo que en los meses que llevaban de relación y los años que llevaban de amigos jamás había hecho. Siempre que se besaban lo tomaba por las mejillas.

Nunca había notado que su cintura era así de fina.

De hecho, nunca había tenido mucho chance de verlo con ropas más ligeras que shorts y musculosa, generalmente holgada, por lo que descubrir las formas de su cuerpo lo sorprendía, claramente en el buen sentido.

— ¿En qué piensas? —inquirió de pronto él en un susurro. Las mejillas de Aiden enrojecieron más de lo que estaban antes producto del frío.

— Te amo —murmuró acercándolo más a él aprovechando el agarre de su torso. Sus labios estaban algo fríos, pero eso no lo detuvo de presionarlos sobre los ajenos durante unos segundos.

— ¿A qué ha venido eso? —inquirió risueño Ethan, que aún no estaba muy acostumbrado a decir "te amo" (a pesar de haber sido el primero en decirlo hace un par de semanas). Aiden se encogió de hombros.

— ¿Quisieras otro día volver a la pista? Creo que me motivo más si lo hago contigo —desvió el tema, juntando su frente a la ajena y cerrando los ojos.

— Claro. Podemos hacerlo a menudo. Quién sabe, en algún momento podríamos ganarle a esos rusos —escuchó una leve risa de parte de Aiden.

Unos segundos de silencio en los cuales intercambiaron varios suspiros y miradas tiernas fueron abruptamente interrumpidos por una voz ronca y anciana.

— ¡Hey! ¡Ustedes dos! ¡Par de maricas! —se voltearon a la vez para divisar al guardia de la pista, quien estaba profundamente dormido una vez llegaron al lugar y pudieron burlarlo fácilmente— ¡Este sitio está cerrado, saquen sus culos de acá antes de que llame a la policía!

Tuvieron que contener la risa a medida que intentaban correr hacia la banqueta donde dejaron sus zapatos, cayendo varias veces al suelo helado. Se quitaron lo más rápido que pudieron los patines para colocarse de forma descuidada el anterior calzado mientras el anciano seguía insultándolos lo más alto que su garganta deteriorada le permitía.

Salieron corriendo en dirección opuesta a la entrada, adentrándose al bosque en el que se situaba el lago entre carcajadas, tomados de la mano.

20 días OTP || foxtrap fnafhs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora