Ravi vive en los bosques de la montaña, junto a otros 4 miembros de su manada. El resto ya están emparejados entre sí y como alfa sin pareja Ravi es quien se encarga principalmente de la seguridad, aunque el alfa líder es HakYeon.
Un día, durante su...
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Pasaron solo unos instantes antes de que HakYeon y Ken estuvieran a su lado, en el claro frente a la casa.
—Ese ha sido Hyuk, hay problemas —dijo el alfa principal, haciendo eco de los pensamientos de Ravi.
—No está muy lejos, vamos. —Ravi se giró hacia Leo para acariciar su mejilla y que lo mirara directamente—. Vuelve a casa con Ken y espérenos ahí, iremos a ver qué ocurre y volveremos.
Le dio un beso rápido en los labios antes de guiarlo para que se detuviera de Ken.
—Te lo encargo, no tardaremos en volver, —le dijo al castaño.
—Lo mismo digo, te encargo a mi HakYeon, —le contestó Ken con una sonrisa—, y no te preocupes que yo cuidaré de Leo.
Este último miraba a Ravi con una expresión preocupada, por lo que el peliblanco no pudo contenerse a darle otro suave beso, esta vez en la frente.
—Tranquilo, volveré, —prometió.
HakYeon ya había tomado su forma de lobo y Ravi se apresuró a seguirlo, luego de una última mirada a sus parejas se lanzaron por entre los árboles. El sonido de un disparo los hizo avanzar con mayor velocidad.
El lobo más grande iba abriendo la marcha, Ravi, un poco más atrás, iba preparado no solo para atacar sino para ser la defensa de su alfa, tal como sus instintos le pedían. Avanzaron durante varios kilómetros antes de que el olor de la sangre de Hongbin les llegara.
Sin detener su avance, Ravi levantó la cabeza para olfatear mejor el aire, en efecto podía percibir el aroma de la sangre de Hongbin derramada, Hyuk estaba cerca en su forma de lobo aunque no parecía herido. Había además otros dos olores, humanos, cazadores si hacía caso al olor de la pólvora en sus armas.
Una vez que llegaron cerca de la escena, ambos se detuvieron y bajaron el cuerpo a la tierra para poder observar sin ser detectados. Hongbin estaba en el suelo, lloriqueando suavemente, al parecer había caído en una de esas horribles trampas de caza y tenía una de sus patas traseras aún atrapada entre los feos dientes de hierro.
El enorme cuerpo de Hyuk gruñía entre él y los dos humanos cazadores que le apuntaban con sus largos rifles.
—Genial, dos por uno, sacaremos un buen precio por sus pieles, —comentó uno de los cazadores en voz baja.
—Cállate y concéntrate, si no quieres que este perro nos mate y nos coma.
El gruñido de Hyuk se hizo más sonoro y grave, lo que hizo a los otros dos hombres temblar, justo cuando uno de ellos se posicionaba para disparar Ravi salió de su escondite y arremetió directamente contra él.
El arma se disparó, sin embargo Ravi había logrado golpearlo primero así que el proyectil se perdió entre los árboles sin dañar a ninguno de ellos. Antes de que pudiera recargar o siquiera entender qué estaba ocurriendo, el enorme lobo blanco mordió con fuerza su hombro, con lo que logró que soltara el peligroso artefacto.
