13. S T R A N G E R

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Lauren.

Travis y yo nos miramos sin saber que hacer, la oficial volvió a tocar el vidrio y él se vió en la obligación de bajar el vidrio, pero antes de hacerlo se quitó la chaqueta y la puso sobre su regazo cubriéndome con ella, reí debajo de la prenda y él también mientras me ocultaba.

—Buenas tardes, oficial —saludó Travis en plan coqueto una vez bajado el vidrio.

<< Bien, usa esos encantos de fuckboy >> pensé tratando de disimular mi pánico.

—Buenas tardes, joven —devolvió el saludo la señora con voz neutra—. Debo suponer que aún no se ha dado cuenta de su mal estacionar ¿verdad?

—Oh, lo siento, estaba esperando a alguien, sólo iba y venía —se explicó pero aún así la oficial comenzó a decirle algo sobre el buen estacionamiento y la reglas de tránsito.

Mientras tanto yo seguía debajo de la prenda cuando percibí algo caminarme por el interior del muslo. ¡Joder, era una hormiga! Traté de quitármela pero la muy perra me picó y pegué un sobresalto antes quitármela y rascarme en el lugar.

Como era obvio, la oficial no pasó desapercibido el extrañamente sospechoso movimiento debajo de la chaqueta.

—¿Qué tiene debajo de la prenda? —indagó y Travis movió la pierna con nerviosismo pero al hacerlo mi cabeza cayó sobre su muslo, inmediatamente la quité y escuché atentamente lo que le platicaban.

—Las piernas —respondió Travis como si fuera obvio y tuve que reprimir una carcajada.

—A ver quítesela —ordenó con voz mandona.

—Creo que no es necesario y ya me dio la multa así que…

—Quítese la chaqueta de las piernas, joven —volvió a exigir esta vez más neutra y supe que a Travis no le quedaba otra opción más que claudicar.

Tenía que hacer algo porque la oficial me iba a ver y era obvio que notaría mi cara llena de sangre, pensaría que Travis intentaba secuestrarme o peor, que quería matarme.

<< Vamos, piensa Piper >>.

Parpadeé, tenía una idea, pero era algo muuy vergonzoso.

<< No hay de otra. Perdóname Diosito, me voy a ir al infierno por el pecado bochornoso que estoy a punto de cometer >> me dije antes del desastre.

Sentí que Travis tomó la chaqueta, cerré los ojos me posicioné sobre pues… la cosa de Travis y comencé a subir y bajar la cabeza como si estuviera haciéndole una felación.

<< ¡Oh, Diooos qué vergüenza! >>.

Silencio sepulcral.

Ninguno habló y subí mis manos desde las rodillas hasta los muslos de Travis y… << Oh, oh pero qué teníamos ahí >>. Vale, nadie es de piedra, Travis era un chico muy atractivo y poseía unos muslos fuertes y varoniles que me hicieron babear, les di un apretón y dio un pequeño sobresalto en el asiento.

Reprimí otra carcajada y para que la cosa se viera más realista liberé un gemido audible que puso la situación más tensa, escuché que la oficial le dijo a Travis algo sobre las demostraciones sexuales en público y luego se marchó susurrando:

—Estos jóvenes de hoy en día no tienen vergüenza.

Escuché como el vidrio subió y después asomé la cabeza como una niña  entre las sábanas. Observé a Travis y me delité al ver que estaba rojo como un tomate. Sonreí.

—¿Quién es el mushu ahora? —me mofé, pero no mostró alguna sombra de una risa, yo por el contrario empecé a reír como una loca mientras me quitaba la chaqueta de la cabeza.

¿Cómo conquistar a una lectora? ©✓ (BILOGÍA LECTORES I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora