21. Fingiendo amarte

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Lauren

—¡Laureeeeen! —me llamó a gritos Lowen mientras yo resoplaba con pereza.

—¡Vooooooooy! —grité de regreso tirando todas mis botanas al piso.

Mi camisa de los power rangers estaba manchada con salsa de tomate, lágrimas y migajas de galletas y doritos. En el piso estaban esparcidos los envoltorios de oreos y la bolsa vacía de doritos esperando que las recogiera pero no estaba de humor para hacerlo, así que hice un gran esfuerzo por enderezarme y por suerte logré levantarme de mi puf, busqué mis pantuflas de Tinkerbell, y cuando las tuve puestas salí de mi habitación arrastrando los pies.

Cuando bostecé al pasar frente a la habitación de Liam me reproché haber dormido sólo 3 horas, pero no me arrepentí de nada ya que logré releer de nuevo por octava vez Boulevard, mis ojos estaban rojos y llenos de lágrimas y lagañas, y ni siquiera me había cepillado los dientes, tampoco me había peinado y mucho menos duchado desde anoche. Releí Boulevard después de enterarme que al parecer iban a sacar la película y como era muy ilusa me la creí aunque Flor no hubiera asegurado nada todavía.

Consecuencia: Resaca literaria.

Así que después de llorar y chillar toda la madrugada hasta las 5 de la mañana me acosté con los ojos hinchados y el corazón roto por octava vez. Hacía un clima perfecto, el cielo estaba gris, llovía a mares, retumbaron los truenos y hacía un frío delicioso.

Me encantaba el frío y si me dieran a elegir lo elegiría a él, odiaba los días que eran más calientes que Travis sin camisa. Si, así de calientes se ponían los días.

Quitando la imagen de Travis desnudo de la cintura para arriba llegué hasta la entrada de la casa donde Lowen me esperaba con una caja entre las manos.

—Te ves horrible, asquerosa y demacrada —dijo cuando llegué a su lado.

—Gracias, tu te ves como la versión travesti de Nick Jonas —me burlé al notar el extraño corte de cabello que se hizo.

Lowen siempre me recordó a Nick Jonas sólo que Lowen no tenía una barba ligera y tenía el cabello más claro que Nick, tampoco estaba en una banda, ni poseía millones y millones de dólares así que en conclusión era un inútil, pero era mi hermano.

<< Por desgracia >>.

—Ya en serio ¿quién te hizo esa maldad? —pregunté pasándole una mano por el pelo al fijarme en que lo tenía más corto y ya no le llegaba a la nuca.

—Sólo me hice un cambio —respondió quitándole importancia al tema.

—Mal por ti. —De pronto percibí un perfume cerca de él—. Espera, —Caminé a su alrededor— ¿Cabello corto, perfume, un cambio? ¿Vas a ver a una chica?

Lo escuché maldecir en voz baja y luego me entregó a malos modos la caja envuelta en cinta adhesiva.

—Eso no es problema tuyo, hermanita, te llegó esa caja —bramó antes de irse pero como yo era yo me reí a mandíbula abierta y lo seguí escaleras arriba.

—Oye, tu perfume huele a hombre rico, guapo y tatuado de todos lados.

—Gracias —dijo sin detenerse o voltearse.

¿Cómo conquistar a una lectora? ©✓ (BILOGÍA LECTORES I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora