17. Mi estúpido fuckboy

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Lauren.

Dos semanas pasaron.

Dos semanas sin ver a Travis.

Dos semanas sin salir de casa.

Dos semanas sin ir al boulevard.

Dos semanas de supuestas vacaciones.

Estaba en mis planes de descanso terminar de leer mi saga, pero no tenía los ánimos de seguir. Sentía que me atrapaba un bloqueo de lector y eso nunca me había pasado, estuve más perezosa de lo normal, y con eso me refiero a que estaba sumergida en una rutina que se presumía en: comer, evacuar y dormir, ni siquiera era funcionable leer, y ni hablar de la escritura.

Estaba bloqueada por doquier.

¿Qué voy a hacer con mi vida? Ésa era la pregunta que me hacía a diario y que me estaba comiendo la cabeza.

Lowen y Lawn me aconsejaron que buscara un empleo de medio tiempo para pasar el rato y hacer algo de dinero. Lo pensé y no me pareció mala idea en su momento. Esa era la razón por la que hacía seis días que estaba trabajando en un McDonald’s, la diferencia entre los personaje y mi persona es que no estaba tomando órdenes como me hubiese gustado o en el auto servicio, estaba sirviendo.

Era mesera en un McDonald’s.

Había McDonald’s en los que las personas no buscan sus pedidos, eran llevados directamente a la mesa por el servicio excepto en los auto servicios. Durante mi corto periodo en McDonald’s todo había ido bien, conocí a una chica que me cayó súper bien. Se llamaba Brooklyn pero le decían Brooke y nació en Brooklyn qué ironía ¿verdad?

Brooke tenía el cabello teñido con reflejos rosas y también muchos piercings, en la nariz, en la ceja y dos en cada oreja, también llevaba tatuajes en el hombro y cuello y me dijo que tenía otros debajo de las tetas, la espalda, el trasero, los muslos y en otros lugares íntimos, era una chica de 20 años y llevaba 2 años trabajando en la caja.

—¿Entonces te gusta ese chico? —preguntó dando una calada a su cigarrillo. Le estaba contando de mi extraña experiencia con Travis.

—¡No! Es un idiota, sólo fui un juego para el —mascullé cruzándome de brazos.

—Pero ¿intentó en algún momento propasarse? —Cuando dejó salir el humo del cigarrillo tosí por la nicotina en el aire.

—No, nunca, bueno… —Si evadía los momentos en su auto, en la fiesta y en su auto de nuevo, no. Sacudí una mano frente a mi para alejar el humo—. Odio admitirlo, pero siempre se comportó como un caballero.

<< Oh claro, sobre todo cuando me tocó las te… >>.

Brooke soltó un risotada interrumpiendo la voz de mi consciencia y volvió a inhalar del pitillo en su mano.

—¿Caballero? —preguntó con mofa liberando el humo—. ¿No decías que era un fuckboy?

—Lo era, más bien… lo es. —Me alisé la camisa del uniforme—. Pero siento que casi no lo conozco y lo juzgué demasiado rápido.

—Nunca juzgues a una persona ni por su apariencia, ni por su fama sin antes conocerla de verdad, no lo olvides. —Me miró con el cigarrillo casi por la mitad—. Le gustas.

No era una pregunta.

—Ni siquiera lo conoces.

—Loca, no necesito conocer al chico para saber que es un buena persona, con lo que me cuentas ya es suficiente.

Sonreí ante el apodo. Brooke me decía “loca” desde el día que un cliente intentó propasarse conmigo y le terminé lanzando la bandeja con hamburguesas y una cajita feliz, al final el tipo se fue con la cara llena de ketchup y yo me quedé con la cajita feliz destrozada en mi mano, extrañamente ese día no me despidieron, pero si me enviaron media semana al almacén.

¿Cómo conquistar a una lectora? ©✓ (BILOGÍA LECTORES I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora