~ capitulo cuatro ~

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Solo le tocaba esperar, esperar hasta que su infortunada amiga gatuna pudiera llegar a admirar su cadáver y su fantasma y quizá hacer el baile de te lo dije, pues en efecto, le había dicho que podía ver fantasmas ¿Porque no creyó antes en ese disparate?, Claro, antes no era un fantasma, a veces hay que ver para creer otras ser para creer, si no creía antes en los fantasmas seguramente ahora sí lo hacía inclusive los admiraba por ser tan persistentes en su labor, no podían hacer nada y muchos de ellos escapaban a la vista de los humanos comunes, eran como viles ratas invisibles que solo podían lamentarse y rondar cerca de los demás humanos, ya entendía a la llorona, también lloraría por sus hijos sabiendo que el estaba atrapado en la tierra mientras los niños estaban esperando del otro lado, a partir de ahora también creería las historias de su el mexicano, al que siempre extrañaría de ahora en adelante.

¿Ahora que hacemos? - la pregunta del millón, el estadounidense no sabía que responder ante esa incógnita, no trabajó en algo para decirle al peruano solo concluyó que podrían pasarla por allí nada más.

No lo sé, ella no llega hasta mañana así que supongo que podemos rondar - murmuró sin pensar realmente en algo que pudieran hacer ¿Que podían hacer dos fantasmas en un pueblo tan pequeño y peculiar? - oye ¿Y si intentamos mover algunas cosas?, Es decir, si no se mueven no pasa nada pero si se mueven sería divertido ver la cara de las personas.

Suena bien - hace un buen tiempo que no se divertía, más bien, serían como dos años el tiempo en que no se divertía con nada ni con nadie - vamos a  incordiar a los ladrones.

Excelente idea - se lo merecían, si bien no podían meterlos a la cárcel podían hacerlos pagar siendo acechados por siempre y para siempre por los fantasmas de sus víctimas.

Llegaron al pueblo como si nada, nadie podía verlos de todas formas podían hacer lo que quisiesen, se preguntaba si podía comer algo, era un fantasma y no lo necesitaba pero vaya que se hacía agua la boca al ver las delicias del festival, cogió uno, si se esmeraba como ya dije podía coger cosas y moverlas aunque fuera un poco, comió el bocadillo, o lo intentó, no calló al piso simplemente desapareció en la infinidad del tiempo y del espacio o sea su estómago fantasmal, no sabía a nada, no valía la pena consumirla en estado fantasmal si no iba a saborearla cómo se debía, decepcionado negó con la cabeza cuando su amigo intentó tomar un trozo de tarta de calabaza, al fin no sabría a nada. Siguieron entre la multitud a la mujer y al hombre, aquellos no estaban interesados en el festival se les notaba, el estadounidense consideraba que esa parada no era precisamente para descansar pero aún necesitaba recabar información, entraron después de ellos a la casa de estos y miraron un momento los muebles todo parecía normal.

Oye déjame llevarte a dónde están los tesoros - comentó el peruano con media sonrisa sabía perfectamente dónde los tenían ocultos, bueno, lo recordaba perfectamente desde la última vez - se necesita una contraseña, al fin y al cabo somos fantasmas eso no hace falta - atravesó la pared a espera de que el otro lo hubiera también - henos aquí, mira, este es chistoso -  comentó tomando una cabeza tallada en piedra que parecía ser de alguna civilización antigua - mira soy un monstruo de piedra - se le cayó porque pesaba mucho - ups.

Ten cuidado, son tesoros muy valiosos - recogió aquella cabeza que reconocía muy bien de su viaje al museo británico cuando era niño, sabía que la habían robado más no que estaba aquí - aunque si está chistosa.

Jejeje si, mira este - cogió una corona de oro que también tenía pinta de ser muy antigua - está me gusta mucho, me gustaría poder usarla - se la colocó en la cabeza esperando que no se cayera cuando eso no pasó se alegró - ¿Cómo me veo?.

Eres lindo - se dió cuenta de lo que había dicho y tosió levemente para tratar de desviar la atención del contrario - quiero decir, te queda lindo, si eso.

Oh gracias - había entendido ambas cosas, estaba también un poco sonrojado, en su vida después del engaño que le había dado aquel hombre despiadado no quiso de nuevo confiar en el amor y menos a su muerte, ahora no quería confiar en ese tipo de cosas aún así podía confiar en que estados unidos sería su amigo ¿No?.

Juro que escuché un ruido por aquí - el peruano se quitó la corona dejándola dónde estaba y el estadounidense por impulso más que nada se escondió hasta que recordó que era un fantasma y salió del escondite algo avergonzado.

Te lo dije, no hay nadie, no deberías ser tan supertisiosa - comentó el hombre restándole importancia a lo que había dicho la mujer.

Este pueblo apesta, odio las vibras de este lugar - el peruano quería discutir con ella, para el toda su vida había Sido en el pueblo así que no estaba de acuerdo.

Ya te lo dije, será temporal, hasta que robemos ese dije - lo suponía, estados unidos suponía que ellos no vendrían a descansar solo venían a robar otra cosa de este pueblo - ¿O no quieres ese dije?.

Claro que lo quiero, hasta me lo llevaría puesto - comentó sintiéndose la reina del lugar, quería ese dije para llevarselo puesto y que todo el mundo admirara una joya tan presiosa, como nadie conocía este pueblo nadie sabría de donde habían sacado el dije, con algo de molestia el peruano tomó la corona y la arrojó a dónde estaba  la mujer - ahg, ¿Ves? Te dije que oí algo.

Será un gato - murmuró rebuscando en sus bolsillos, normalmente tenía un cuchillo por si acaso.

Claro un gato me arrojó la corona - era obvio que no era un gato pero el tampoco quería creer las historias de la desvariada mujer, el estadounidense se dió cuenta de que el peruano estaba enfadado con esos dos, supo que era el momento de hacerlos sufrir, no arrojó cosas pero las movió para que cayeran al piso - no es un maldito gato, vámonos de aquí rápido.

No nos vamos a ningún lado tiene que haber una explicación - el estadounidense continuó tirando cosas al suelo, le dolía tirar al suelo tesoros valiosos pero era por una buena causa - está bien, clausuremos este lugar por este día - sonrieron triunfantes, ahora lo harían en toda la casa.

Experiencias paranormales Donde viven las historias. Descúbrelo ahora