Asíntota

2: La pelea de cadenas

Me encantaría contarles que paso en el cuarto oscuro, pero primero me gustaría contarles la historia de ese cuarto, así que preparen sus palomitas de maíz y su refresco que acá se pone linda la historia.

Cuando tenía apenas seis y mi hermano diez años desencadenamos una pelea muy fuerte. No esa que vieron anteriormente, sino una digna de la familia Natën, que la verdad fue creada ese mismo día, le llamamos "la pelea cadena".

Ese día nuestros padres no estaban por lo cual nosotros aprovechamos, y al cabo de una hora... pum, volaban las cosas de un lado para otro.

Esa tranquila pelea se desencadeno porque mi querido hermano se comió MI pastel, sip, acá doña tragona no quería ni que una mosca se acerque a esa porción de torta de chocolate, era la puta gloria, pero cuando mi hermano llego de futbol se la devoro de un solo bocado y ahí comenzó el desastre.

Se preguntarán ¿Y tus padres que estaban haciendo para dejarlos solos, Grecia? Adivinen, negocios, lo típico que mis padres solían hacer cada sábado por la mañana. Ese día mí hermano no volvía a almorzar, por lo tanto llego a eso de las 19:45 hs por ahí.

A lo que entra mi hermano y destapa mi plato que contenía mi torta, lo cual como reflejo rápido pegue un grito, que hasta me dejo seca la garganta.

— ¡IVAN BRANDON NATËN SACA TUS MANOS SUCIAS DE LA TORTA! —grite con mi chillona voz de niña de 6 años, pero mi hermano siguió con lo suyo, lo cual me puso los pelos de punta

—Que harás al respecto ¿EH? — escupió con tranquilidad y con esa mirada retadora que lo que menos hacía era eso.

— ¡NO SABES, IVÁN! —grite nuevamente. Si damas y caballeros, esa petisa de tan solo 6 años con 1.45 metros se estaba levantando de su cómodo sofá para retar a un chico de 11 años. La verdad muchos se sorprendían con mi carácter por la edad que tenía, pero para mi familia era algo común y genético.

Vaya a saber uno de donde salieron esos ovarios para ir y empujarlo, con lo cual no conseguí ni que su pelo se mueva porque claramente, NUNCA iba a poder mover a tremendo rascacielos de ese momento.

Lo próximo que paso fue que yo de lo enfurecida que estaba tire el jugo de naranja que estaba tomando, consiguiendo así mil trozos de vidrio disparando para muchos sectores de la cocina, algunos le ocasionaron diminutas cortadas en su mano derecha, pero él ni loco se quedaba de brazos cruzados, así que respondió el ataque empujándome haciendo que caiga de culo al piso.

++++

Luego de un buen rato papá y mamá llegaron, sonriendo y felices, pero eso duro poco al momento de abrir la puerta.

Esa casa era todo, menos una. Había vidrio roto en el piso, las plumas de los almohadones del sofá revueltas por todos lados, cuadros tirados y el jarrón egipcio hecho trizas en el suelo, el último objeto fue lo que derramo la última gota en el vaso de mamá. Cuando fueron al patio trasero vieron a dos enanos de seis y once años, la menor con una cadena alrededor del cuello del mayor. Vaya a saber uno de donde salió esa cadena, pero ahí estaba... en el cuello de Ivan.

— ¡QUE ESTA PASANDO AQUÍ! —Soltó mi papá, haciendo que yo tirara la cadena para algún lado y mi hermano tosiera por la falta de aire—, ¡¿GRECIA QUE CARAJOS?! ¡VAS A MATAR A TU HERMANO NIÑA! —comentó furioso acercándose a donde estaba, pero acá doña machona no se movió, levanto el mentón y lo miro directo a los ojos para contestarle.

ESA COMPA YA ESTA MUEERTA NOMAS NO LE HAN AVISAADO

¿Queres callarte y dejarme seguir la historia? Íbamos bien sin vos

Lo dudo cariño... Lo dudo

—Pues le haría un gran favor a la humanidad y al planeta—y así es como recibí mi primer jalón de brazo más fuerte de mi vida por parte de mi madre, el cual ya se podía notar desde lejos la marca que iba a dejar.

—Hijo,¿Que paso exactamente? —dijo acercándose a mi hermano, para ayudarlo a levantarse con una mano y con la otra me sostenía del brazo.

Ante todo, sostenía la fiera.

—Resulta ser que no tengo una hermana, tengo una boxeadora y asesina mamá—escupió con desagrado mirándome con cara de perro recién regañado

—A ver no te hagas el pobrecito, que se ve que la única que tiene los ovarios suficientes acá es Grecia, así que no te quieras hacer el buenito y suelta ya el por qué tu hermana te estaba casi por dejar inconsciente con...—habló por primera vez mi padre, buscando con qué lo estaba ahorcando a mi hermano—Joder Grecia, ¿Enserio? ¿Con la cadena de tu hamaca rota? Se ve que estabas enojada eh, hija—comentó con una risa escondida y un tono casi... ¿Orgulloso? Retirando el agarre de mi madre.

— ¡¿Quién de los dos rompió mi jarrón que me trajo la tía Julieta de Italia?!— Comentó mi madre intercambiando la mirada entre mi hermano y yo—. ¿Saben qué? No me importa, los dos ya mismo a sus habitaciones, veremos cómo arreglaran esto— y como alma que se lleva el Diablo salimos disparando a nuestras piezas, correspondientes de cada uno, por supuesto.

Al cabo de una hora escuche el grito de mi madre que simbolizaba que ya llegaron a un veredicto.

Al bajar lo primero que vi fue el sótano abierto, ese cuarto estuvo siempre PROHI.BI.DO al público o cualquiera persona que no sea mis padres.

Una vez que casi nos hacen caer, entramos.

Para ponerlos en contexto, ese lugar era muy oscuro, apenas entraba luz por la separación del piso y la puerta. Estaba todo cubierto de diarios en el suelo, el cual llamo mi atención, porque no estaban pintando las paredes, pero lo que más escalofrió me dio fue la silla que había en el centro la cual estaba cubierta por manchas de...

— ¿Eso es sangre? —pregunte señalando la pequeña silla, y mi respuesta fue contestada por un asentimiento de cabeza por parte de mi padre. Mi madre en algún escalón de la escalera se detuvo y se quedó ahí mirando otra puerta, la cual parecía no significar algo lindo.

—Adentro, espero que al fin vean y aprendan de que está hecha la familia Natën, aunque tú, Grecia... estas más que lista— y con eso nos encerró en ese cuarto, el cual era igual al otro, solo que aún más oscuro.

Sentí pasos y cuando me gire pude apreciar a duras penas un cuerpo como el de mi hermano, pero cuando logre enfocar bien mi vista era lo contrario, antes de poder gritar un golpe en la parte baja de la cabeza se hizo presente y con eso deje de oír y mi vista se apagó, dejando el grito en la nada.

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Jujuju, ahora empieza la verdadera historia ¿Preparados?

Ahora sin más, hasta el próximo capítulo, chaito.

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-𝓜.𝓖.𝓣