3: Aquí esta el inútil de tu hermano

66 10 5
                                    

-Iván Natën

Un sonido de un cuerpo desvaneciéndose a mi lado me saco de mis pensamientos, ese niño de diez años que le aterraba la oscuridad se encontraba con los pies pegados en el suelo, anhelando que su hermana menor este bien.

Luego de llamar a mi hermana, sin respuesta, logre oír a alguien caminando.

Pero al instante que logre visualizar al dueño del sonido sentí una cuchilla acariciar mi piel que se encuentra sobre las costillas. Solté un gemido de dolor y comencé a dar golpes al aire.

Seguramente la persona que había hecho eso se moría de risa en frente mío por esos estúpidos golpes, pero nada me frenaba.

Escuche como la puerta se abria y vi como de ella salía un cuerpo mucho más corpulento y entraba uno mucho más delgado, casi como...una mujer.

—Deja de pelear con el viento y concéntrate en tus otros sentidos, glupavo khlape—susurro en el lado derecho de mi oído, joder, estaba cada vez más jodida la cosa si me estaba hablando en búlgaro, porque el simple hecho de que lo sepa podría significar dos cosas:

A. Me deja pulverizado.

B. Las marcas moradas que me iba a dejar quedarían como tatuajes en mi piel.

—Deja de jugar a Batman y muestra tu rostro mach...— no pude ni acabar cuando una mujer se hizo presente, jure que era mi madre, pero ella era incapaz de lastimarnos. Pero al ver sus ojos supe perfectamente quien era.

—Vamos, muestra que tú puedes ser mejor—y con eso su puño dio un golpe seco en mi mejilla haciendo así que tosiera un poco de ese líquido metálico espeso que corría por mi boca.

Después de varios golpes por su parte y estúpidas patadas voladoras a la nada por mi parte, el silencio reino de nuevo junto a la oscuridad a su lado. Debo admitir que por lo poco que di vueltas en esa habitación no era tan grande, sentía las manchas húmedas del moho que cubría casi la mitad de la habitación, pero mi admiración se desvaneció cuando caí de rodillas al piso por culpa de... el cuerpo de mi hermana.

— ¡No, no, no, no... Grecia levántate...por favor, enana! —Repetía una y otra vez zarandeando el cuerpo cubierto por ese líquido espeso parecido al que yo tuve—. ¡Mamá, Papá! ¡Ayuden a Grecia, por favor! —grite mientras algunos que otros sollozos comenzaban a salir.

++++

Luego de varios minutos, nos encontrábamos mi madre y yo en el living.

Lo que paso fue que al llegar papá la llevo al pequeño sanatorio que teníamos en una habitación, ya que ejercía la profesión de cirujano, supuestamente.

Ahora con veintidós años descubrí que era todo lo contrario a salvar vidas.

Lo que más me llamo la atención fue una venda con una minúscula mancha de sangre en la parte de su antebrazo, pero todo hizo clic al instante que recordé que la puerta se abrió cuando salía una persona y entraba la muchacha, lo cual me hizo soltar una pequeña pero notable risa llamando así la atención de mamá.

— ¿Qué te da risa hijo? —escupió molesta y sorprendida por mi carácter en ese momento

— ¿Enserio papá es tan demente para dañar a sus hijos? —comenté con un tono de odio y furia mezclados, pero antes de que mi madre pueda abrir la boca para contestar apareció mi padre cabizbajo, lo cual me sorprendió demasiado

—Me fui al carajo, el golpe en seco le causo una pérdida de memoria ligera.

—¿Qué significa eso, cariño? —le pregunto mi madre.

—Eso significa que ella recordara lo que más le marcó a ella... lo que más emoción tuvo en su vida—lo último lo dijo casi en un susurro para el mismo.

—¡NO ME DIGAS PAPÁ! ¡CASI MATAS A TUS PROPIOS HIJOS A GOLPES!—solté hecho una furia, pero él seguía con su mirada fría—¡LA DEJASTE SIN MEMORIA, CASI MUERE DESANGRADA, YO ESTOY HECHO MORETONES, CON EL LABIO PARTIDO Y CON UNA CORTADA EN LA PARTE DE LAS COSTILLAS!— dije cada una enumerando con los dedos y gritándole en la cara, como que si olvidara que ese búlgaro de un metro ochenta y tres era mi padre.

Pero antes de que me pudiera decir algo se escuchóun ligero estruendo en la parte de atrás, donde se encontraba el estudio depapá, el cual lo hizo reaccionar sacando un arma que ni se dé donde consiguió, y mi madre saco un bate de béisbol.

Yo me quede inmóvil detrás del sillón que me indico mi madre, pero al cabo de unos cinco minutos salió la desquiciada de cuyo estudio.

— ¿Qué paso? —Susurro al ver a mi padre apuntándola, el cual automáticamente dejo de hacerlo y suspiro— ¿Por qué él tenía un arma, y por qué yo estoy cubierta de manchas de kétchup? — dijo con un hilo en la voz mirando su remera manchada por sang... digo kétchup

—Hijita ¿Qué haces levantada? —comentó aproximándose a ella, pero la peque dio tres pasos atrás mirándola confundida y miedosa—Hija ¿Qué ocurre? Soy ma-mamá—quiso tranquilizarla, pero en un abrir y cerrar de ojos la tenía a esa castaña de ojos marrones arriba mío llorando y preguntándome que paso, y ahí lo supe todo... Ella olvido a mis padres, pero se acordaba del estúpido que apenas la veía se reía de ella.

—Calma sestra, calma, ya está aquí el inútil de tu hermano—susurre en su oído acompañado de caricias en su cabello.

Porque el día que nació jure que nadie jamás le faltara el respeto, mientras esté vivo, pero para eso debo mostrarme frioy odioso, así no vive bajo mi sombra y puede saber defenderse de todos y sobre todo, de él.

*****

Corto pero shockeante capitulo, quien creería que Aslan ese hombre de negocios iba a terminar siendo un golpeador y casi causante de la muerte de uno de sus hijos. ¿Quién será ese "él" que nombro Iván?

Espero que les esté gustando esta historia rara y atrapante que de apoco hago, si llegaron hasta aquí son libres de dejarme sus opiniones en los comentarios.

Momento google traductor:

-Glupavo Khlape: niño estúpido.

-Sestra: hermana.

Sin más preámbulo, chaito hasta el próximo capítulo.

-𝓜.𝓖.𝓣

AsíntotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora