21: No pongamos nombre a algo que no sabemos

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-Recuerdo de Grecia.

—Exactamente...unos cinco días estuve dormida por culpa de la señora E, pero... ¿Quién es ese?— le contaba mi último viaje a mi reciente amiga, hasta que mi mente voló hacia el chico que entraba al salón de comida todo lastimado y vendado, mirando a Clarife —mi nueva amiga— con los ojos llorosos, llevándose la atención de todos y el motivo de charla de muchos—Te está mirando mucho—le dije, al ver mi interés por el dichoso muchacho ella se dio la vuelta.

—Mierda, mierda, mierda— lo único que escuche decir a ella antes de levantarse e ir hacia él corriendo.

— ¡Clarife!— y con eso me dirigí hasta donde estaba ella y el chico—Te...olvidaste...que soy...enana—mi voz apena salía de lo agitada que estaba por correr atrás de ella.

Claro, todo era muy fácil para ellos dado que el muchacho traía piernas de cinco metros y mi amiga unas de cuatro, eran MUY altos.

Regresando al muchacho, él tenía ojos miel al igual que Clarife, su cabello era negro pero muy negro, tenía tez clara y varias pecas por su rostro.

—Entonces...—dije mirando a Clarife pidiendo una explicación, porque estábamos rompiendo varias reglas.

Primera regla rota: correr en el pasillo.

Segunda regla rota: estar en el cuarto de los chicos.

Tercera regla rota: TOCAR A LOS CHICOS.

La ultima era por culpa de ella, porque le estaba inspeccionando cada lastimadura de su rostro e cuerpo.

—Oh cierto, él es Noah... mi hermano—me contesto con sencillez mientras yo hiperventilaba por todas las cosas malas que esta chica me hizo hacer.

—Noah, ella es Grecia... mi mejor amiga—le comento tranquilamente al muchacho, señalándome con la cabeza.

ME DIJO MEJOR AMIGA, AAAH.

—Un gusto— su mirada y su mueca no mostraban eso—Pero no es lindo presentarnos en el estado que me encuentro, Clar—tenía razón, sus moretones y la sangre quizá me asustaban un poco. Un poquititin.

—Mejor te espero afuera, y te aviso si viene alguien—claramente entendió que se lo decía a ella al ver que su hermana levanto la mirada y asintió con la cabeza.

Salí del cuarto y arrime la puerta, esperándola. Pero se escuchaba los gemidos de dolor por parte del hermano y los reproches de mi amiga.

—Hola, bonita—me dijo Faira cuando cruzo por mi lado pero se frenó luego de dos segundos de caminata— ¿Grecia? —su mirada de reproche era claro.

—Porfi no me retes—puso las manos en la cintura, carajo—El hermano de mi amiga se lastimo feo y ella lo está reprochando—dije rápidamente y ella solo se rio.

—Tranquila, no es la primera vez que pasa, pero por favor...que no te traiga, me meten en problemas, bonita—le sonreí y ella me señalo una jeringa en su bolsillo—Me voy a atender un amiguito—me guiño el ojo y la vi alejarse a paso tranquilo por el pasillo.

Faira, era la mejor doctora de todas. Era el amor de todos los muchachos de aquí, dado a que era joven y tenía un muy bonito cuerpo. Si no me gusta Uxiel, andaría seguramente con ella.

— ¡Ya voy, no te desesperes! —grito Clarife.

—Tranquila, me la paso súper- divertido...viendo a guapetones chiflados cruzar —le conteste asomándome por la puerta y viendo como ella le limpiaba la herida con un pedazo de su ropa.

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